El sábado partíamos Antonio y yo hacia Castellón a participar en la II Maratón de Muntanya de Borriol. Después de recoger los dorsales nos fuimos a Vilafamés donde teníamos el alojamiento. Pegadle una ojeada a las fotografías, es un pueblo muy bien cuidado.
Visita a la villa, cena y a la cama sin oír al Chiquilicuatre. A la 5:30 en pie, desayuno y abluciones y a las 6:00 rumbo a Borriol pues el control de salida era a las 6:30. Día nublado, chispeando así que cogimos los chubasqueros por si acaso.
No llegábamos a 120 participantes. Alguno de los organizadores nos comentó que el año que viene cambiarían la fecha pues a estas alturas de temporada la gente ya está muy cansada de tantas carreras de montaña. En la zona de Castellón hay mucha afición y prácticamente todos los domingos hay carrera.
La prueba era puntuable para el ranking FEMECV constaba de un recorrido de 41,8 km y 2.500 m. de desnivel positivo con un coeficiente FEDME de 103. Hay que recordar que la maratón de Gata de hace un par de años tenía un coeficiente de 108.
Empezamos la carrera con una subidita al Castillo de Borriol y de allí ya afrontar la primera de las subidas importantes. Cielo cubierto con niebla en las cumbres.
El recorrido muy variado en todos los aspectos, sendas, caminos, bosque, monte bajo, zonas técnicas tanto en las subidas como en las bajadas, pistas para llanear, etc.
Con tan pocos participantes, el recorrido prácticamente lo hice solo. En el punto de control de mitad de carrera, llevaba 3h 28 min y empezó a llover. Antonio iría media hora por delante. Chubasquero y a enfilar la cumbre más complicada del km 28. Subiendo hacia el avituallamiento el agua caía con fuerza, el chubasquero ya no servía para nada y los resbalones eran frecuentes.
Al llegar al avituallamiento los cuatro chavales que daban la asistencia estaban cubriéndose como podían bajo un árbol y calados hasta los huesos. De allí enfilo hacia la cumbre. El agua bajaba como un torrente y empezó a granizar y viento fuerte. Cayeron dos rayos y me doy la vuelta. Me quedo en el avituallamiento a esperar que amaine. Allí ya se habían acumulado unos cuantos corredores que también decidieron esperar. La tormenta se mantiene y empiezan a bajar corredores que comentan que el terreno está impracticable y que la bajada de la cumbre que hay que hacer con cuerdas y con ayuda de los bomberos está muy resbaladiza.
En ese punto recuerdo aquello de “una retirada a tiempo es una victoria” así que nos vienen a recoger y me voy a Borriol a esperar a Antonio, que llegó por debajo de las 6 horas. Me comentó que el tuvo suerte pues la bajada la pudo hacer cuando todavía no llovía pero que la última parte de la carrera se le hizo muy dura. Llegó muerto de hambre y se metió en un visto y no visto un bocadillo calentito.
Hay que hacer una mención especial a los organizadores y voluntarios. Organizar una prueba de estas características cuesta mucho trabajo, balizar casi 42 km con cintas cada 15-20 metros y después retirarlas ya es una tarea dura. En los avituallamientos la gente se volcaba, en algunos calada hasta los huesos y esperando a que llegaran corredores. Cuando llegas a meta te prestan todas las atenciones, te abrigan, te acompañan a recoger los obsequios, te preparan un bocadillo caliente y todo con mucha amabilidad y siempre con una sonrisa.
Ducha, experiencias de la carrera y para Alicante. Al año que viene volveremos pues la prueba es bonita y vale la pena.
Que tengáis una buena semana y ya sabéis que el domingo próximo es el Montcabrer
Juanma.
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
CASTRO LOPEZ, ANTONIO | VETERANO | 5:57:24 | 31 | 6 |