Nuestra participación en Carros de Foc estuvo plagada de anécdotas como habréis podido leer en ¡Cómo nos las vimos en Carros de Foc! y en La experiencia de Carros de Foc.
Una de ellas que pocos conocéis, es que, durante la travesía, perdí mi cámara de fotografiar. Muchos de los reportajes de nuestro blog han sido realizados con ella. Desde que empezamos con la web suelo llevarla en las carreras sujeta al cinturón del botellín o de la riñonera. En este caso la llevaba en su funda y sujeta al cinturón de la mochila.
Cuando ya íbamos camino del refugio de La Restanca, al querer hacer una fotos del amanecer, me di cuenta que ya no la llevaba. !Menudo disgusto!. La Ixus 40 ya tenía años, la batería ya estaba en sus últimas y más de una vez se me había caído por algún pedregal y había sobrevivido, pero hacía su papel y para sus 4 megapixels sacaba buenas fotos. Y encima era un regalo con lo que doble disgusto.
Haciendo memoria, en Colomers, el último refugio por el que habíamos pasado, todavía la llevaba. Mientras sellábamos los forfaits recordaba haberme quitado la mochila para sacar algo de ella. Quizás se aflojó en ese momento el velcro de la presilla de la funda y se desprendió bien en el refugio o ya durante el camino. Era de noche todavía y llovía así que las esperanzas de que alguien la encontrase sana y salva eran muy remotas.
Y para más inri, como dice el dicho granadino: “Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada”, pues lo mismo me pasó durante todo el día al no poder sacar fotos de aquellos lugares y paisajes. Triple disgusto pues.
Menos mal que Jesús también llevaba su cámara y pudo sacar unas buenas fotos.
La única posibilidad era que la cámara se me hubiese caído dentro del refugio de Colomers. José Miguel me dijo que si así hubiera ocurrido algún otro participante la habría recogido y entregado al encargado del refugio.
Ya de regreso, tras unos días de descanso, pruebo a llamar al refugio de Colomers. Tras varios intentos logro contactar con ellos y les pregunto si han encontrado una cámara de fotos. No se, espera, pregunto. ¡Bingo! Si que han encontrado mi cámara. Aparentemente está en buen estado pero no recuerdan si la encontraron dentro del refugio. Crucemos los dedos. Quedo con ellos. Les mando un paquete franqueado con mis datos. Me dicen que tenga paciencia que por allí no tienen ningún buzón cerca 🙂 A finales de septiembre cierran el refugio y bajan a Vielha y la echarán al correo. Por favor no olvidaros la cámara todo el invierno. No te preocupes.
Ya tengo la cámara. Hoy me ha llegado al trabajo. ¡La cámara funciona y están las fotos!.
Todo este rollo es para agradecer al compañero/a que la encontró y se la entregó al encargado y también para darle las gracias a la gente del refugio de Colomers que la guardó y me la remitió en perfecto estado. Reconforta ver que a veces las cosas salen bien gracias a las personas.
Gracias pues, a ellos, porque ahora podemos ver las primeras fotos del reportaje. ¡Qué las disfrutéis!.