Mi bautismo de montaña lo celebré con l@s compañer@s de A To Trapo, así que la crónica de mi regreso a la montaña quería hacerla aquí.
Unos días antes tuve la precaución de ir a comprar las cadenas. Le pedí al del taller que me diera una mini-clase para aprender a montarlas. Creo que aquel buen hombre no tenía su día porque se pasó un buen rato para montar una sola rueda. Eso me hizo pensar que, si la carretera estaba muy complicada, no llegaría nunca.
Al salir de casa hacía fresquito. Cuatro bajo cero marcaba el termómetro del coche en una mañana radiante que invitaba a soltarse la pereza. Según asciendo, hasta los 1200 mts. de Cercedilla, la temperatura baja hasta llegar a los ocho bajo cero con los que, finalmente, comenzamos la prueba.
La gente ha madrugado mucho y llena ya el aparcamiento de la entrada del pueblo. Me embuto en mi ropa de abrigo y voy a recoger el dorsal, chip y camiseta de recuerdo (¡de algodón!). Aprovecho para ver el estupendo Belén que han montado junto a la salida y unos troncos enormes (más tarde sabré que servirán para tallar, con motosierra, el trofeo de los ganadores). Por la megafonía escucho que han recortado un poco el recorrido para evitar algún tramo complicado por el hielo. Finalmente serán algo más de 12 kms. con un perfil que me recordó mucho al Puig Campana visto desde la playa de Sant Joan. Volví al coche para recuperar algo de calor y aproveché para llamar a Abe. El frío parece haber afectado al móvil y estoy casi sin batería.
El calorcito del bar, antes de la carrera, nos invitaba a quedarnos un rato más, pero era ya casi la hora y había que salir. Aún tuve tiempo de calentar (?) un poco antes de encontrarnos de nuevo, hacernos unas fotos, y tomar la salida con los otros 1.500 corredores (si no recuerdo mal) que estamos inscritos. Será la última vez que vea a los del Nunca. Había decidido tomármelo con calma y disfrutar de la carrera y el paisaje. El follón de la salida me impide escuchar los consejos que nos da Abel Antón, que también tomará la salida.
Parecía que todo el pueblo de Cercedilla estuviera en la calle porque el ambiente era fantástico. Con este público, el frío se me pasa en un suspiro. Enfilo las primeras cuestas a la salida del pueblo y, al poco, nos adentramos en el monte por un cartel que reza “Carretera de la República”. Siete Picos, nevado y majestuoso, parece darnos la bienvenida. Volveré a verlos en la bajada a Cercedilla. A partir de este momento, y hasta poco antes de la llegada, no llego a orientearme ya que la mayor parte del recorrido discurre por espesos bosques con pinos de 20 metros de altura (por lo menos).
El ritmo de carrera es suave. A veces hay que caminar al vadear algún arroyo o porque la poca nieve que encontramos está congelada y apelmazada por el paso de los carreristas. A la altura del avituallamiento (agua casi helada y naranjas) disfruto de la música de un grupo tradicional, con sus dulzainas y tamboriles.
Recuperadas las fuerzas me preparo para afrontar la parte más dura del recorrido (km. 9). La subida se hace menos dura si vas leyendo los mensajes de ánimo que nos ha preparado la organización. La bajada hasta la meta es muy rápida. No es especialmente técnica, pero siempre hay que tener cuidado con las raíces de los árboles para evitar un esguince (¡ay!).
La llegada a Cercedilla es especial. No soy de los primeros (ni mucho menos) pero aún hay un montón de público aplaudiendo y animando. Recojo la bolsa de corredor pero ya no quedan polvorones ni vinito dulce. 🙁
Antes de regresar al coche, me distraje un rato viendo cómo se talla la madera con motosierra y me acerqué hasta la estatua de Paquito Fernández-Ochoa que preside la salida. Paquito falleció poco después de asistir al homenaje que le dieron sus paisanos (a él y a los 29 Campeones de España que tiene Cercedilla). La edición de 2006 también le recordaría y esta edición ha recordado a dos corredores fallecidos este año: Luis Javier Colmenarejo Barquero “Luisja” y James Stirling.
A la mañana siguiente, Madrid despertó bajo una espesa capa de nieve. Por poco me toca (como la lotería). Qué tranquilidad da saber que llevas las cadenas, aunque no sepas muy bien cómo ponerlas. 😉
Os deseo a tod@s una muy Feliz Navidad y que 2010 esté lleno de sueños (algunos cumplidos, otros por cumplir).
Eduardo
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Eduardo Ramis García | Veteranos A | 1:36:39 | 1401 | 382 |
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Enlaces sobre esta prueba
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- Crónica y fotos en “Ponte las zapas y a correr”
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Un placer,…leerte !! enorme, como todo lo que haces. Salud
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Enhorabuena Eduardo, alguna vez me atreveré a correr mi segunda carrera de montaña pero antes se me tendrá que olvidar la primera, ja, ja.
Tú si que eres enorme, Jesús, siempre haciendo “horas extras” para los A To Trapo.
Santi, la próxima vez que pienses hacer un “stage de bajura” en Denia ponte en contacto con Juanma o Jesús. Seguro que te encuentran una buena carrera para iniciarse en montaña. Verás cómo te engancha.
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