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Unos 1600 corredores nos reunimos para recorrer los 10 km. urbanos de la San Silvestre Crevillentina en su XXIII edición, una carrera llena de buenos propósitos, mucho humor y  llevarse el felpudo que decorará la entrada de nuestros hogares para este nuevo año que entra 2010. Así pues, después de una reparadora siesta a las 17:00 horas ya estaba yo en el paseo de Fontanay, pancarta “A TO TRAPO” bajo el brazo y los correspondientes pulpos para que no se escape con el viento que de momento no amenazaba con soplar. En la primera intentona de colocar la pancarta sobre los patrocinadores de la carrera, bueno al lado y en la parte más alta, sufrí una amonestación por parte de los organizadores y tuve que cesar en mi propósito, pero esto no iba a quedar así, y rápidamente la coloqué en la línea de meta y salida, dejando la imagen bien alta tal como nos inculca nuestro presidente.

Así que ya uniformado de los pies a la cabeza, esperaba que fueran llegando para hacer la foto oficial, primero Reme que se estrenaba por fin en carrera oficial con equipación “A TO TRAPO”, que venía con el amigo Juanmi desde Petrer. Al poco, Mark e Ignacio hacían acto de presencia y rápidamente fuimos a realizar la foto oficial con la pancarta, ya que estaban anunciando que la carrera estaba a punto de comenzar.

La salida muy emocionante, mucha gente disfrazada, de guerreros, chicas playboy, algún papá Noel y mamá Noel, pelucas de todo tipo y colorido y al final a lo lejos se adivinaba ver la figura de un dragón chino. Pistoletazo de salida, empezamos a trotar, música y mucha gente en la salida, que continuaba estando a lo largo de todo el recorrido. Pasamos por la avenida que corta Crevillente, ya llevamos 2 km, subidas, bajadas, de repente te pasaba un oso por la izquierda, por la derecha el correcaminos y el coyote, y de repente sobre el km 5 llegan los san fermines con un toro a tamaño real, tirando de él 2 corredores y alrededor rodeado de mozos con su pañuelos rojos en el cuello. Llegamos al avituallamiento, Reme va muy bien, muy animada por el ambiente del pueblo, un recorrido urbano donde se olían los guisos, asados y barbacoas que iban a alimentar esta noche tan especial de fin de año. Los siguientes kilómetros ya pasaron muy rápidos 8, 9 y recta final hasta meta. Llegamos con el globo de la hora. A Mark e Ignacio los hemos perdido de vista, y llegan por delante de nosotros. Una vez con nuestra camiseta y felpudo retornamos a casa para celebrar con los nuestros este fin de año, cena y de postre uvas y cava, pero con mucho control, al día siguiente hay que ir a la baña. La organización un 10, todo salió como se esperaba.

Y esta es la crónica del que escribe por primera vez en esta web con más o menos acierto,  que os desea para este 2010 los mejores deseos, llenos de buenos momentos y carreras. Feliz Año 2010.

Eduardo Quiles

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