Hace tiempo que tenía la intención de escribir esta crónica /recuerdo de la participación en la maratón de los Ángeles. USA- (L.A.) el 3 de marzo de 1996, sólo que no encontraba la ocasión.
Aunque han pasado casi 15 años, guardo en mi memoria de forma nítida muchas de las experiencias y anécdotas de aquel viaje.
Allí fuimos como atletas aventureros, Jesús Jurado, Rafa Bernabeu y el que esto os cuenta, Vicente Soriano.
Los tres habíamos participado juntos desde el año 94, en algunas carreras populares, y a principios del 95, nos propusimos correr la maratón de Nueva York. Lamentablemente al no ser americanos y no ir por los cauces “oficiales” de una agencia de viajes, no fue posible.
Jesús que los que lo conocen bien, saben que se crece ante las dificultades, propuso ir a correr al sitio más lejano de Alicante, Los Ángeles a la Costa Oeste de Estados Unidos, en la maratón del siguiente año. Cuando Rafa y yo nos dimos cuenta, ya estábamos inscritos como residentes en Beverley Hills, en el domicilio de una actriz secundaria, amiga suya, Shannon Wilcox.
Tanto Rafa y yo estábamos un poco escépticos (entonces conocíamos poco a Jesús) de cualquier forma a principios de año, empezamos a entrenarnos, por si acaso, y la confirmación vino cuando recibimos documentación con el número de dorsal y tuvimos que anticipar el dinero para el billete de avión.
En ese momento tomamos consciencia real que nos proponíamos hacer mas de 24.000 Km. en menos de una semana, en la otra parte del mundo con el exclusivo fin de correr una maratón de 42 Kms.
Lo que había empezado como una broma entre nosotros, mientras trotábamos juntos, había tomado cuerpo e iba muy en serio.
Y llegó el 29 de febrero, jueves, un día frío, en que de madrugada, cargamos las bolsas con el equipaje en mi coche y directos al aeropuerto de Madrid.
En este relato, voy a contar algunas anécdotas que ilustran las habilidades y cualidades de Jesús, nuestro Líder y Presidente de A TO TRAPO; una de ellas fue, que habíamos conseguido un billete muy barato para el trayecto de ida y vuelta: Madrid-NY-Los Ángeles. Pues bien, Jesús cuando estábamos facturando en el mostrador de UNITED AIRLINES, hizo una llamada a alguien y … nos ubicaron en clase Business que para un viaje de esta distancia se aprecia.
Después de 7 horas de vuelo, y hacer escala en NY, conectamos con otro vuelo a los Ángeles, donde tras otras 5 horas de avión, llegamos sobre las 8 de la noche hora local, aunque en nuestro reloj biológico eran las 5 de la mañana, hacía 24 horas que habíamos iniciado el viaje desde Alicante; cuento todos estos detalles para reflejar nuestro estado de cansancio cuando llegamos y lo que ocurrió al llegar.
En el aeropuerto de los Ángeles, nos esperaba un amigo suyo, Ettore Siciliani, -podéis imaginar el origen y características- compañero sentimental de Shannon, la actriz, el cual nos informó al instante que habían preparado una fiesta en su casa para nosotros y nos habían anunciado como “los atletas del equipo español de maratón”
Jesús, siempre seguro de si mismo, alquiló un coche para los tres, pidió un mapa de carreteras -en L.A. es imprescindible ya que apenas hay transporte público y las distancias son inmensas- y nos sumergimos en la madeja de autopistas, en dirección a la casa chalet, de Shannon en Beverley Hills,
Al llegar quedamos sorprendidos, nos estaban esperando para celebrar una fiesta bienvenida unas 10 personas, vinculadas al mundo del cine y del espectáculo y … efectivamente hubo barbacoa de churrasco, ensaladas, copas y … baile, hasta tarde, y todo ello en honor del “equipo español de maratón”.
Casi a las 3 de la madrugada, nos dirigimos al Hotel Holiday Inn en Beverley Hills, donde teníamos reservada habitación, Jesús a esa hora tan adecuada, se presentó ante el recepcionista como un representante de una importante agencia de viajes española y recabó la presencia del Director del hotel, su gestión negociadora, hizo que nos ofrecieran una formidable habitación a mitad de precio.
Apenas habían pasado unas horas cuando nos levantamos, -durante la corta estancia allí, nuestro cuerpo no se acostumbró a la gran diferencia horaria- y nos fuimos a conocer el ambiente de la ciudad que considerada la Meca del cine y nos percatamos que así era.
Ese día, Ettore nos mostró los lugares de moda, los paseos y playas de los Ángeles, en especial Venice Beach, donde es un espectáculo ver la gran cantidad de paseantes, gimnastas, patinadoras, exhibicionistas, aspirantes a artistas en busca de un trabajo de extra en una película, y donde el culto al cuerpo se mostraba en todo su esplendor.
Al día siguiente, sábado, nos fuimos al Monumental Parque de atracciones que Universal Pictures tiene instalado, recreando éxitos de sus películas, y … disfrutamos como chavales visitando todas las atracciones.
Y llegó el 3 de marzo domingo, día de la maratón.
Desde el reducido Downtown, Mohamed Ali, considerado un mito allá, dio la salida a las 9,30 horas, éramos más de 25.000 corredores, de todos los lugares del mundo, tardamos más de 10 minutos en cruzar la línea de salida y … empezamos a trotar.
Era un espectáculo de gente y de animación, en cada una de las 26 millas en que los norteamericanos dividen la carrera, habían grupos musicales de diferente nacionalidad y/o estilo, como japoneses, chinos, mariachis, jazz, soul, etc. etc. que rivalizaban por animar a los atletas, creo que nunca olvidaré los inmensos tambores japoneses que estaban casi al final de la carrera y que nos insuflaban ritmo y energía.
La carrera va recorriendo varios barrios de la ciudad sin dejarla nunca. Los Ángeles es una ciudad que ha crecido de forma horizontal, quizás obsesionada por su tendencia a los terremotos y siendo como es una de las más pobladas de EEUU, ocupa una vasta extensión de terreno.
El cansancio, la diferencia de horario y la falta de sueño, hizo mella en nosotros y la verdad es que nos costó cruzar la línea de meta, donde una multitud de familiares y amigos esperaban a los suyos Jesús nos adelantó unos minutos y Rafa y yo cruzamos la meta entre agotados y emocionados.
Esa misma tarde, con la íntima satisfacción de haber logrado nuestro objetivo, empezamos a preparar nuestros enseres y recuerdos para iniciar el camino de vuelta al día siguiente a primera hora de la mañana.
Fueron cuatro días únicos, distintos, donde interrumpimos la rutina y preocupaciones del trabajo, desconectamos de nuestro entorno habitual, y en los que nos sentimos, adolescentes, inmersos en una aventura y lo que es más importante el viaje propició el que entre los tres compañeros de carrera de fines de semana, se establecieran unos vínculos de afecto y amistad que perduran de forma indeleble hasta ahora.
Alicante a 4 de septiembre de 2010.