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Todavía no habíamos terminado de publicar la crónica de la carrera de Castalla y Edu nos hace una invitación que no podríamos rechazar: salida el domingo desde Petrer para subir a la Sierra del Cid y al terminar almorçaret en su casa. En cuatro correos teníamos conformado el grupo: Toñi, Antonio, Nacho, Juanma y nuestro anfitrión Edu.
En las primeras temporadas de carreras de montaña, la Sierra del Cid era una prueba fija en el calendario. Se salía desde el refugio de La Rabosa y tras un recorrido circular se regresaba al mismo lugar no sin antes haber subido por una vía ferrata en la parte final que hacía las delicias de los que padecemos vértigo. Desde entonces hemos acudido en otras ocasiones a Elda y Petrer pero para recorrer otras sierras de la zona.
Prontito, como nos gusta a nosotros, con fresco y día cubierto iniciamos nuestro recorrido desde las afueras de Petrer. Nos sorprende encontrarnos tan temprano a senderistas que se cruzan con nosotros en nuestro ascenso. Tranquilamente, pero trotando casi todo el rato, vamos poco a poco recorriendo el PR que nos guía a la cima.
Es inevitable que no salga a la conversación lo que durante estos días está siendo la noticia que nos ha dejado a todos, primero helados y después tristes, decepcionados. Hay que esperar pero lo que va apareciendo en prensa da muy mala pinta.
Nacho se nos escapa, se le nota que tiene gana de montaña y lo perdemos de vista. Antonio va haciendo la cosecha de romero, tomillo y menta salvaje para la infusión de después del almuerzo.
Llegamos a la cumbre donde nos espera Nacho. Aquello parece una romería. Varios grupos de excursionistas ya han tomado posiciones y dan buena cuenta de viandas y bebidas. Antonio no resiste la invitación que le ofrecen y hace un buen avituallamiento líquido.
Vamos cresteando y dejamos a nuestra izquierda toda la sierra de Castalla, desde el Despeñador hasta el Maigmó. El descenso lo iniciamos desde el cortado de El Contador donde giramos hacia el oeste y enfilamos el camino de vuelta, primero por senda y después por asfalto. Llegamos al final de nuestro recorrido, casi 19 km. Duchita, Antonio prepara la infusión como si fuera un druída y la deja reposar.
Reme ha preparado un par de cocas buenísimas. Por lo que entendemos, dos son los secretos que las hacen especiales: es una receta que se transmite de suegras a nueras y es importante que la masa se haga de madrugada.
Con unas bebidas y otros acompañamientos nos ponemos tibios. Como somos educados y queremos que nos inviten otra vez, dejamos algún trozo. La infusión calentita nos da un ligero sopor así que antes de que nos de por quedarnos a hacer la siesta del borrego, nos despedimos de nuestros anfitriones y cogemos carretera y manta. En resumen, tenemos que hacer más de éstas.
Próxima semana: El sábado, Trotada gastronómica cervecera desde Elche (no todo va a ser correr) y el domingo a Calp a subir la Serra d’Oltà. Fin de semana completo.
Este es el recorrido y el perfil registrado con el Garmin Forerunner 210. Las marcas aparecen cada kilómetro.
[Puedes descargar este mapa en formato GPX y KMZ]