Antonio y yo habíamos preparado nuestra primera maratón de forma concienzuda:
- Como queríamos terminar en la Playa de San Juan y allí bañarnos, había que coger el coche dirección Benidorm y contar hasta el km 42. Los 195 restantes los calcularíamos a ojo
- Entrenamiento: el de los tres meses, entrenando todos los días antes de entrar a trabajar
- Dicho y hecho, el 12 de Mayo de 1985 cogimos el coche y llegamos a la distancia del Museo Taurino a las afueras de Benidorm.
- A las 9:00 más o menos empezamos nuestro personal maratón. Cruzamos Benidorm en un abrir y cerrar de ojos. Día radiante, sol intenso, mar azul en calma y apenas tráfico. Todo perfecto.
- A mitad camino notamos algo que no habíamos advertido, el trayecto era un continuo tobogán, todo era subir y bajar y el calor apretaba. Bueno pensamos, ya que estamos aquí hay que terminar sea como sea. A lo hecho pecho.
- Subir y bajar. Sol y más sol. Los coches en aumento. Nos dicen de todo. Pero nosotros a lo nuestro.
- De repente nos encontramos con el túnel de Campello ¡C… el túnel! ¿cómo lo cruzamos? Pues con dos c…… Allí no había ni un centímetro de arcén, ni una raya en el suelo, ni por supuesto una luz. Y los coches a toda pastilla, pitándonos y diciéndonos de todo…
- Bueno al final salimos y de ahí a la Playa. Es decir a la meta
- Como trofeo acuñamos en una piedra gris de mar la fecha 12 Mayo 1985.
- Entonces las zapatillas no tenían cámara de aire que amortiguaran, no se estilaba la vaselina para las rozaduras ni los esparadrapos. ¡Pero teníamos 37 años! Y podíamos con todo