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Esta vez me ha tocado a mí estrenarme en esto de las crónicas con Atotrapo, y la verdad es que me lo habéis puesto difícil. Como muchos sabéis soy de Cartagena y pertenezco a un club de allí desde hace 2 años por amistades, y porque formamos un grupo de chicas bastante majo con el que participo en ligas de cross y carreras federadas, aparte de muy buenos ratos juntas. Hoy me tocaba compartir el día con mis dos familias deportivas, la de allí (porque la tierra siempre tira) y la de aquí, que como yo digo me habéis adoptado desde finales de mayo en que os conocí gracias a Pili.

La media de Santa Pola la disfruté con ellos, y con muchos de vosotros que me fui encontrando por el camino, y mi dilema era: ¿con quién como? Y en este punto me incliné hacia vuestra manera de reuniros en una casa familiar, participar en la elaboración, que no fuera en un restaurante… total, que muy contenta con la elección.

Cuando llegué a Villa Rosa me encontré a un grupo inmenso de gente, más de los que me esperaba, muchas caras desconocidas, pero arropada en todo momento por esa naturalidad que tenéis. Nada mas llegar, cerveza en mano, charla con los conocidos, alguna presentación, explicaciones sobre el plato principal que era la primera vez que lo oía y lo comía, por cierto, buenísimo y un diez a los cocineros, y como no, a hablar de la carrera, eso es lo que nos pierde un poco a los que estamos metidos en este mundillo, y lo que tienen que aguantar nuestros familiares, parejas,etc, cosa admirable porque a quien no le guste se lo tiene que tragar por narices.

Después de los aperitivos y llegada de todos los comensales, toca sentarse y gozar de esos gazpachos, postres, pócimas de Antonio y café, todo ello amenizado con una selección de fotos de la temporada pasada, y donde uno se da cuenta todo lo que ha recorrido y nos queda por recorrer juntos. Hubo momentos de todo: el momento baile, que no tuvo mucho éxito, hasta los niños miraban con cara rara a Jesús como diciendo éste ¿de qué va? y poco a poco se fueron escaqueando a seguir con sus juegos; el momento chicas, donde a ese cuarteto estupendo con el que comparto kilómetros los domingos cuando el trabajo me lo permite, se les obsequió con la camiseta que lucirán en el maratón de París (me tenía que haber apuntado allí y no a Barcelona, pero otras ocasiones habrá); momento regalo al concurso fotográfico, a recordar a Vicente que hoy seguro nos habrá echado de menos… también hubo momento mercadillo, donde Jesús sacó las ofertas de Lurbel que le quitaron de las manos.

En fin, supongo que me dejo alguna cosa en el tintero, pero han sido muy buenos ratos los compartidos hoy y que espero estar presente en mas ocasiones. Como no, gracias a Vicente y a Rosa por hacer su casa nuestra y a todos vosotros por hacerme un huequito en vuestro grupo, y que la próxima reunión social sea pronto que me lo he pasado genial.

Por cierto, que mucho halago pero me he ido sin pagar mi parte, a quién se lo deba que me lo reclame, ha sido la emoción, de verdad.

Toñi