A las 09:30 horas partimos los dos osados, cada uno desde un punto distinto, en dirección al Ayuntamiento de Alicante. El día es soleado y hace una temperatura agradable.

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Ambos, Roberto por su ruta playera y yo por mi ruta interior, metemos 12 km previamente a la prueba de la subida al Castillo, pero no conseguimos localizarnos hasta finalizar dicha prueba.

En mi caso, coincido en la linea de salida con Jon, ambos salimos lanzados hacia la cumbre con mucho cuidado porque la calle que nos lleva hasta La Rambla es estrecha y con 1.800 corredores hay dificultades, pero conseguimos encarar la primera subida satisfactoriamente. A la altura del nuevo “PARQUE DE LA TUNA”, Jon me pasa y no consigo seguirlo, estoy bloqueado, pero aprieto los dientes y continuo a mi ritmo. Comienzo la subida “REAL” al Castillo, vaya cuestecitas, pero pongo ritmo “DIESEL” porque la subidita se las trae.

Nada más hacer cumbre, me dejo caer por la primera cuesta y me encuentro fenomenal, tanto es así que bajo a todo lo que el cuerpo y piernas me dan, en nuestro argot “BAJAR A CUCHILLO” y algún susto me llevo, pero consigo finalizar bien, es decir con fuerza y alegría.

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Al ratito logro escuchar a mi compañero ROBERTO por megafonía, lo están entrevistando (es una buena persona) y rápidamente nos localizamos, comentamos la carrera, el previo a la misma (los 12 km que ya llevamos en el cuerpo) y los km que nos faltan por completar en nuestra jornada ya que es muy importante que sumemos 28 km con vistas a la MARATÓN DE PARIS que nos espera para dentro de dos semanas, concretamente el domingo 10 de abril.

Tras recuperar fuerzas, comenzamos el camino de regreso hacia nuestras respectivas metas, ROBERTO a su casa y yo al campo de mis padres, pero en ambos casos 12 km (lo tenemos todo medido). Subimos por la plaza de toros hacia el hospital de Alicante, Virgen del Remedio, Villafranqueza, Tangel y en dicha rotonda, yo hacia el campo de mis padres y ROBERTO hacia su casa.

Hemos conseguido nuestro objetivo, sumar 28 km, pero además metiendo 4 km de competición de por medio. Con esto creo que ya estamos preparados para PARÍS.

La prueba de la Subida al Castillo, un 10, buena organización, buenos servicios, buen recorrido, paisaje envidiable y en definitiva un evento deportivo a mantener en el futuro, no hace falta mejorarlo más, sino mimarlo, cuidarlo y mantenerlo.

Si Dios quiere, el año que viene volveremos a realizarla y ya serán tres ediciones en las que hemos participado, es decir en todas.

Juan Carlos (muffy) y Roberto (zatopek). Marzo 2011

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