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El encuentro estaba fijado para el domingo a una de esa horas que no sabes sin son realmente las de un sábado trasnochado o si es un domingo que no se decide a despertarse. Jesús, Juanma, Eduardo y yo, sin saber si saludarnos con un buenos días o un buenas noches, nos dimos cita en el punto de encuentro de los A tó trapo en San Juan. Faltaba uno, sin embargo, y como no hay quinto malo, ése sería Edu que se reuniría con nosotros en Busot, a los pies del Cabeçó.
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Cinco éramos y a las 5 en punto comenzábamos la subida hasta lo más alto de esta montaña, con la idea de ver amanecer desde allí. Como Eduardo y yo éramos turistas por estas rocas, Jesús iba sin pinza y las Perseidas sobre nuestras cabezas marcaban trayectorias erráticas, sólo contábamos con Juanma y Edu que con sendos GPS’s nos indicaban el camino. La salida oficial del sol tendría lugar a las 7:13 de la mañana, siempre según los Garmin. Íbamos bien de tiempo y coronamos el Cabeçó bastante antes. Una vez allí, nuestros ojos se deleitaron con las luces del paisaje a nuestros pies. Las artificiales, de las ciudades y pueblos aún durmientes, se mezclaban con los fulgores naranjas de un domingo que se despereza lentamente desde detrás del Puig Campana y la sierra de Aitana.
Era la señal que esperábamos. Volvimos a ajustarnos los frontales, ahora ya por poco tiempo, y continuamos nuestro trote. Nos sentíamos tan vitales como las liebres del camino y ligeros como las perdices y palomas que alzaban el vuelo a nuestro paso. En poco más de 4 horas y media rodeamos el macizo del Cabeçó. ¿La guinda del pastel? La bajada final por la pedrera, ideal para que Edu pusiera a prueba las zapas que estrenaba ese día.
Ya casi de vuelta en los coches, Pili, que ha llegado corriendo desde Mutxamel, se reúne con nosotros para compartir con nosotros más risas y cerveza. En definitiva, una mañana estupenda, circular en su recorrido y redonda en su cometido. ¡Para repetir!
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Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Oregon 400t. Las marcas aparecen cada tres kilómetros. El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo. |
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Sois increibles. Pero qué experiencia más bonita. Precioso el paisaje y los colores del amanecer.
Verena, eres toda una escritora… luego dices que no te acuerdas de los Km… ni falta que hace… yo viendo la pedrera que bajáis me confirmo en que esas cosas no son para mí… os espero en el post 😉
Pues no sé si sabría hallar el camino yo sola. Sobre todo el primer tramo, que lo hicimos de noche y dudando. Lo de la pedrera tiene su puntito. Se te puede dar mejor o peor, pero a todo el mundo le gusta.
La noche es lo mejor para el calor.
Muy bonitas las vistas.
Besos
acabo de ver el reportaje sobre el cabeço y la verdad es que siento una sana envidia, por vuestra excelente forma física, el poder disfrutar de un trote largo con esas vistas del amanecer como si guerais aguilas es un placer reservado solo a algunos elegidos. Enhorabuena.