Tenía una gran espina clavada desde el 27 de Julio del 2010 cuando tuve que retirarme por primera y única vez de una carrera. Era la Vuelta al Aneto, en la que más ilusiones y empeño había puesto jamás pero a veces surgen contratiempos y nada más se puede hacer que doblar la rodilla y entrenar más y mejor para volver y terminar lo que se empezó. Así lo hice, volví a inscribirme este año para disputar la prueba reina de 96 km y 6000 metros positivos con la ilusión de un niño. Atrás quedaban los duros y largos entrenos y así el viernes me dirigí a Benasque, a 700 km de casa, yo solito con la casa a cuestas.
El viaje comenzó con retraso así que tras parar brevemente a almorzar en Castellón hice el resto del camino del tirón para poder aparcar cerca del polideportivo con vistas a dormir media horita más. En Benasque el ambiente que se respiraba era tremendo, muy festivo y típico de los grandes eventos. Todos nos mirábamos con el rabillo del ojo pensando … este tío está fuerte joder!!! Saludos y charlas con caras conocidas, visita obligada a Barrabés, platazo de pasta y a intentar dormir algo con los nervios a flor de piel … difícil la verdad. Pasaba la medianoche y los ojos aún estaban como platos visualizando la paliza del día siguiente, recordando las duras subidas y bajadas con las TRES JOTAS del A to Trapo el año anterior.
A las 5.30 en planta para desayunar temprano y hacer bien la digestión. El menú fue 3 bollos con nocilla, un plátano, dátiles y un litro de isotónico. Luego vendría el ritual: recogida de dorsal, preparación de la bolsa para el descanso en Vielha (km 52) y colocación del uniforme. De allí hacia la salida para el control de material y a pasar como fuera los últimos 20 minutos antes de la salida en el corralillo … ya no había marcha atrás!!! De repente alguien me dice “no quiero verte retirándote este año por las uñas, eh?”…eran los podólogos!!!. “coñoooo!!!, se acordaban de mi!!!…tan mal estaban mis pies???”. Pasado el cachondeo llega el pim pam pum y de repente me veo trotando por las calles de Benasque entre los ánimos de la gente mientras salimos del pueblo. Este año decidí salir mas reservón y no mirar el reloj demasiado porque no quería pagar los esfuerzos inútiles más tarde.
Sin darme cuenta llego al control de Senarta y tras una empinada subida atravesando bosque enganchamos con la pista que llevaba al control de Puente de Coronas. El día era perfecto, soleado pero fresquito. Recordaba casi cada palmo del recorrido mientras charlaba con otros corredores sobre lo que se venía encima y les aconsejaba tomarse las cosas con calma. Con el sol subiendo rápidamente, comenzó el primer plato fuerte, la subida a la Ballibierna, dura y técnica. Esta vez me lo tomé con calma y fui admirando el paisaje con los ibones de Llosas y Ballibierna. Casi al final me alcanzó una cara conocida del año anterior, Mario el Peruano del Tierra Trágame … ya no nos separaríamos hasta el final. Sin quererlo llegamos muy frescos arriba en 3h 20m!!! Las vistas al fondo impresionantes con el imponente Aneto reinando y tras tomar un gel e hidratarnos comenzamos la bajada hasta el embalse de Llauset. Se nos hizo muy llevadera ya que charlábamos acerca de batallitas recientes (cuando seamos abuelos vamos a aburrir a los nietos…pero de verdad!!!). Me iba preguntando por que tiene que haber sitios tan maravillosos y por que tienen que existir los lunes laborables … menuda dualidad se me planteaba!!!. Pero al llegar al control de Llauset todo pensamiento desapareció de mi mente ya que la subida al Collado de Anglios me quitó toda la tontería de encima y algo más.
Allí se nos unieron otros colegas más, entre ellos Javi del Tierra Trágame, que ya no nos dejaría hasta el final. Tras reponer fuerzas arriba y contemplar de nuevo las vistas que quitaban el hipo, había que apretarse bien la mochila porque comenzaban las emociones fuertes con la bajada hasta el Puente de Salenques donde el año anterior comenzó mi tortura. Un descenso muy prolongado y técnico a través de sendas muy desprendidas al principio, por un barrizal atravesando zonas de matorral bajo esquivando raíces a modo de obstáculos luego y finalmente por una umbría de bosque paralelo al río hasta llegar al puente y de ahí una leve subida y llaneo hasta el control de Conangles. Tras cargar agua proseguimos hasta el Hospital de Vielha donde repusimos fuerzas antes de encarar la subida a Port Vielha, de dramáticos recuerdos para Juanjo y para mi. Aquí se unió al grupeto Manel, que tampoco nos abandonaría ya, formando el Equipo Ñ definitivo (Mario, Javi, Manel … tres cracks de verdad!!!). Con el sol pegando fuerte, se me volvió a atravesar la dichosa ascensión y a la altura del refugio tuve que parar 5 minutos por una pájara (primera del día). Pero me repuse rápido y proseguí con ritmo suave pero continuo hasta el control y veo que mis compañeros no están lejos así que no tardo ni cinco minutos en alcanzarles y bajamos como flechas a la caza de Vielha. Hasta aquí nos acompaño Pepe de Ponferrada, pero estaba demasiado fuerte y más adelante se lanzaría en busca de la gloria en solitario.
Este año no había feria medieval en Vielha, ni tampoco aplausos ni vítores debido a unas obras que nos llevaron al pabellón por callejuelas desangeladas. Pero al comprobar que en el control marcamos…10h 15m!!! se nos fueron las penas … por no hablar del caldo reparador, la naranja fresquita, el sentarte en la silla y cambiarte de calcetines. Ahhh, que sensación ésa!!! (si encima no tienes ampollas ni uñas negras … bien comío, bien bebío … que más quieres cuerpo mío!!!). En 20 minutos estábamos en marcha intentando aprovechar la luz del día a tope. La subida a Geles se me atravesó de verdad (segunda pájara del día). Mis compañeros se portaron como gentlemen y me esperaron cinco minutillos y a media altura ya estaba repuesto. Llegamos a Geles a las 8.30 tras despistarnos y salirnos del trazado un par de kilómetros en un descuido. De ahí descenso por barrizal y posterior subida a la Artiga de Lin donde decidimos parar media hora ya que Javi, el animador oficial del grupo, se estaba durmiendo de pie. Nos dopamos con Coca Colas, cafés y redbulls (algún bocata cayo también) y nos sumergimos en la noche mas cerrada con la niebla cayendo sobre nosotros para afrontar el último trago amargo de la jornada … el Port de la Picada.
4,5 km y 1000 metros positivos sin apenas zigzaguear. Sólo mirar para arriba y ver los frontales iluminados a lo lejos (muuuuuuuuuy lejos, demasiado lejos) me provocaba pajaras repentinas … y vino la tercera pájara del día. Pero al cabo de dos minutos el frío se apoderó de mi y mis compañeros (qué cracks!!!) tiraron de mi psicológicamente hasta el final. Hicimos la subida en 1h55m adelantando a 12 colegas, mas exhaustos que nosotros. Una vez coronada la Picada me vine arriba. Perdón, nos vinimos arriba!!!. Javi llevaba un frontal que parecía las largas de un Ferrari. Manel conocía la bajada al dedillo y Mario nos contaba historias del origen de Perú. Yo me dejaba llevar por la corriente favorable … sabia que estaba hecho. Descendimos muy rápido hasta los Llanos del Hospital adelantando a mas gente. Llegando al control de los Vados del Hospital nos tomamos otro poquito de caldo reparador y una subida a la fuente del Alba con la que no contaba…de donde salio ese maldito “repecho”??? (digo repecho porque así lo bautizo Manel que iba sobrado). Aguanté como pude la cuarta pájara de la noche y comenzó un leve rompepiernas por las faldas de la montaña y posterior descenso a los Baños de Benasque donde volvimos a aumentar el ritmo trotando bastantes tramos hasta Senarta donde ya si que nos ponemos eufóricos sacando fuerzas de flaqueza. Al alcanzar el camping de Ixeia decidimos trotar mientras los coches nos pitaban y animaban al pasar (ell@s venían eufóricos de la fiesta nocturna sospecho) y al alcanzar la Avenida de los Tilos nos abrazamos los cuatros contentos por haberlo conseguido, pero sobre todo por haber trabajado juntos … los malos momentos quedan atrás y ahora toca disfrutar y valorar lo conseguido. Prometemos vernos en otra “ida de olla” similar, seguro que así es. Javi, Manel, Mario … gracias por todo vuestro apoyo durante la travesía, sin vosotros no lo habría conseguido. Igualmente, eternamente agradecido a tod@s por vuestros mensajes de ánimo que me habéis lanzado en estas semanas … me han empujado en las duras subidas, en las pájaras mas grandes.
Por cierto, lo de menos es el tiempo pero, aunque esté feo decirlo, fue un pedazo de tiempo!!!. 21 horas y 45 minutos, muy por debajo de lo esperado. Ahora toca pensar en las vacaciones, los suaves entrenos de recuperación en Islandia (suena a gloria) de cara a los próximos retos que están a la vuelta de la esquina. Próxima parada Carros de Foc!!! Con el Equipo Ñ!!!. Ansioso me hallo!!!
Salud y montaña!
Jorge
http://notodoescorrer.blogspot.com/
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