ESPECTACULAR Y MUY DURO. Esas palabras pueden servir para definir perfectamente lo que fue.
Se anunciaba como el Triatlón más duro del mundo en su modalidad y no creo que se equivocaran mucho.
Tras una serie de inconvenientes previos como la falta de entrenamiento específico acorde a la dureza de la prueba y unos problemillas gastrointestinales a dos días de la misma, me dispuse a competir al precio que fuera.
El sábado por la mañana partía hacia Granada acompañado por mi padre que venía de suporter y compañero, algo que hizo todo mucho mas llevadero.
En un tris nos plantamos en la recogida de dorsales y vimos que tipo de gente se iba a juntar…Que cuerpos!!!; las frases de mi padre eran de tipo “Ignacio aquí no hay ninguno malo”, “Esta gente está muy preparada ¿eh?” y “¿Tu sabías que ésto era tan duro?”
Mi acojone empezó a aumentar cuando vi alguna de las rampas del domingo y cuando escuchaba a la gente hablar de la dureza de esos puertos, además de a la organización tachándonos de chalaos por apuntarnos a la prueba larga!!!
Pero bueno ya no había vuelta atrás, así que cenita y pal sobre que a las 4.30 sonaba el reloj.
Llegamos de noche a un pantano chulísimo donde se nadaban los 2.500 metros y en un suspiro estaba pateando y tragando agua, pero a un ritmo muy a gusto y pensando en mis cosas y en seguir a alguien para no desviarme y no hacer mis metros extra habituales.
Salí mas bien atrás del agua, pero nada cansado y dosifiqué en la bonita pero dura subida a pie de 900 metros por un túnel excavado en la roca hasta los boxes, lenta transición y a por los 90 km de bici.
Este sector era el que más preocupaba a todos y con razón. Bajé hasta Granada en un grupito y cuando empezó la subida a Monachil me dejó con gran facilidad. Aquí empezaba lo bueno, así que desarrollo fácil, cadencia de pedaleo y a ritmito recordando a la frase de Mufy “Nacho, ritmo de supervivencia”. Sin presión empecé a adelantar, tanto a participantes del corto como del largo, y terminando el primer puerto empezaba a caer la gente echando pie a tierra, y es que la subida al Purche desde Granada podrían ser fácilmente 17 km de continua subida con una última “pared” que te tiraba para atrás. En este punto apliqué la frase de Borja de la noxe anterior (antes de irse de fiesta…) “Ignacio, cabeza fría, piernas calientes”. Pequeño descansito y a continuar subiendo para volver a bajar hasta Granada donde coincidí de nuevo con el grupeto del principio y ya en caliente tenía que tomarme mi “venganza” cazándolos uno a uno y dejándolos sin cambiar mi ritmo.
Llegaba lo duro de verdad, 7 km que llamaban “falso llano” y que era un subida continua, 2 km de descanso y un puerto de unos 10 km (El Duque) que empezaba con 3 km de “paredes” entre el 13% y 17% seguidos de otros 7 km al 7%-8% que parecían llanos después de lo anterior. Aquí desembocamos en la Crtra de la Sierra que tantas ganas tenía de subir y que pude culminar no sin dolores en pies, hombros y culo.
Tras una transición desastrosa me lancé a la carrera muy tranquilo recordando los consejos de mis maestros “ultras” “Dosifica hasta el final y llegarás recogiendo cadáveres” y así fué. Andando-trotando inicié la media marathon entre 2.400 m y 2.900 m con un desnivel importante y una falta de oxígeno acuciante dada la altura y las casi 6 horas que llevaba en carrera.
Algunos me pasaron corriendo, pero a todos acabé devolviéndoles el “recado” y es que los ultras que he hecho hasta la fecha me han dado mucha fuerza mental y capacidad de gestión del esfuerzo.
Me encantó correr por las mismas pistas donde 6 meses atrás estábamos esquiando y poder llegar al Radio Telescopio en un ambiente totalmente distinto al invernal. De ahí, ya para abajo corriendo sin parar pese al fuerte desnivel que amenazaba con subirme el glúteo a la nuca para terminar por la pista del Río como todos nuestros días de esquí, subiendo las escaleras y pasando por el arco de llegada en 7 horas 58 minutos con los pelillos de punta, en media hora menos de mi mejor tiempo previsto y una hora menos de lo que esperaba tras ver el perfil de la carrera.
Dos Alhambras para recuperar y recordar donde estábamos y de vuelta pa la terreta.
Pese a haber algunos fallos organizativos sobretodo en los balizamientos, puedo decir que esta carrera es una pasada y que se puede convertir en un referente a todos los niveles. Si a eso le unimos las ganas que tenía desde hace muchos años de poder subir Sierra Nevada en bici, mas el buen tiempo, la buena compañía y la buena marca, puedo calificar la carrera como un Gran Éxito Personal. Esperemos que sea el preludio de otros y que me sirva de aprendizaje para el Iron Man.
Y para mis compañeros de fatigas, que sepan que va a ser la última vez que me dejan participando solo ¿Eh Borja y Bauti??
Ignacio García Rato 7h 58m 28s
Posición: 83 de 180
Cat. 30-34: 24 de 39
—