Dicen que en esta vida hay que hacer de todo, y yo no voy a ser la que diga lo contrario; por lo menos desde que llevo compitiendo en este mundo de las carreras hace sólo 4 años, aunque corriendo muchos, he pasado ya por millas, cross, distancias medias, medias maratones, maratones, 50km, 101km, montaña… pero había algo que me faltaba, y era una Eternal Running, si, una carrera de locos que en poca distancia, en este caso casi 12km, haces de todo.
Para quien no conozca este tipo de prueba os diré que hay un circuito nacional y también internacional, por eso de unir correr y viajar, y que no es una carrera cualquiera, o de ji ji, ja ja, no, es algo muy duro, en el que tienes que estar medianamente fuerte y en el que tienes que estar dispuesto a ponerte de barro hasta las cejas amén, de moratones, arañazos, y que al día siguiente te duela hasta el DNI.
Dicen que la prueba de ayer era la más dura de las que se celebran en España, y la razón es porque en otras los obstáculos están más repartidos en todos los km, pero en ésta se concentran en un circuito inicial comenzando por: salida hacia la piscina municipal, inmersión en ella, saltar la puerta de más de 2m para salir, y dirigirte después de pasar una zona de escalones de tierra altos a lo puro y duro, o sea, pasar por debajo de un microbús, subir un camión de paja, meterte en una enorme piscina de barro y subir por el montículo de tierra que han sacado para hacer el hoyo, de ahí toca reptar por el suelo metros de alambrada, otra piscina de barro, saltar contenedores de basura llenos de agua, pasar por neumáticos, de nuevo contenedores, subir por otro de unos 3 metros, y después de bajarlo te desvían a las afueras del pueblo a la montaña, en un circuito rompepiernas total, donde hay unas subidas de mucho desnivel y cortas, donde no vas con el calzado adecuado porque te pones el que ya no te sirve ni para pasear por la calle, bajadas, rambla de agua… por el camino ves que el agua y barro que llevas encima empieza a ponerse duro, y llega el avituallamiento: isotónica, agua y chocolate dulce por un lado, y porrón de vino y queso por otro. Repones fuerzas y sigues por algo más de 3km deseando llegar a meta, bueno, aquí no, porque antes de cruzar el arco tienes que pasar de nuevo por la piscina de una punta a otra, autobús, camión, zanjas, contenedores, y como premio si era poco otro camión más de paja y unas colchonetas hinchables que te llegaban mas arriba del pecho y que si no llega a ser por un chico que me ayudó todavía estoy esperando a pasarlas.
Hoy parece que todos esos obstáculos que salté me han pasado por encima, mi cuerpo es un mapa, pero como soy masoca contenta de haber realizado el circuito en 1:50:09, entrando la 142 de 1055 locos que llegaron a meta (a las 3h cierran la meta y no dejan pasar a nadie) y 9ª mujer, y sobre todo porque siguiendo el lema de la Eternal: “Si puedes serás invencible, si no habrás fracasado”, y yo ya soy INVENCIBLE.
Mencionar como no a mis amigos “CORREBIRRAS” con los que formé equipo, y con los que dí buena cuenta del tapeo y la cerveza de la zona, y de los orujos. No perderos el reportaje fotográfico de Pilar y el vídeo que han hecho.
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