Seis meses después de mi última carrera (Maratón de Madrid) vuelvo a ponerme un dorsal. Volver a sentir ese gusanillo de la competición es algo que echaba mucho de menos.

El viernes por la noche durante el entreno con Javier Granizo me comentó que tenía el dorsal de su hermano Ángel disponible, una lesión le ha impedido participar y no tardé en decirle que ya tenía dueño. Me comentó JAVI que él iba a hacer los 14k y acompañaría a su amigo Curro, que quería mejorar su marca de 1’36 h. en la media maratón y que le dijera a Juan Enrique que se viniera a correr, que le vendría muy bien para quitarse el mal sabor de boca de la maratón de Murcia, además será en plan “cuéntamecomopasó” (ritmo de entreno). Este aceptó, a las 8 horas del domingo pusimos rumbo a Petrer.

Llegamos pronto, la mañana estaba rara de temperatura, a veces calor, otras frescoret, pero bien, era buena para correr.

Juan Enrique fue a apuntarse en la zona de recogida de dorsales para evitar problemas pero ya no dejaban inscribirse a la prueba, las inscripciones estaban cerradas y no dejaban correr sin dorsal. Encontramos la solución, fotocopio el mío y se acabó el problema, además como yo corro sin chip, no hay problema. Necesitábamos hacerla así que corriendo más rápido que en la carrera buscamos un hotel que nos habían dicho que había tres rotondas más abajo pero que no aparecía ni “pá Dios”.

 Preguntamos a un chico que iba en coche y me llevó al hotel, fotocopias para otros dos más y el chico me volvió a llevar en su coche al punto de encuentro. Reparto de dorsales y a la línea pues esto comienza ya.

Nos colocamos en los últimos puestos del pelotón, pues vamos a correr sin presión.

Los primeros 14 km, Javier va marcando el ritmo, se preocupa de que su amigo Curro no se agobie, Juan y yo de escoltas como la Guardia Civil. Juan Enrique nota que corre sin presión y va muy a gusto y se le notan los kilómetros que lleva en la “paticas”, cosa que yo en cambio voy falto y también lo voy notando. A falta de un kilómetro para los 14, Javier nos da el relevo,  ahora nos toca a nosotros marcar el ritmo a Curro (objetivo bajar ese 1’36).

Le voy diciendo todo el camino que se olvide de mirar el Garmin y que corra a gusto, así llegará a meta sin agobios. Algún empujoncillo en las subidas para que no decaiga el ritmo y seguimos, Juan Enrique cogiendo el agua en los avituallamientos para los tres, hablando y distrayéndonos nos metemos en el kilómetro 20 y es cuando le digo, Curro ahora sí quieres correr a 5 min el km ya has bajado tu marca (vi que llevábamos poco más de 1’30 h. hacemos el esfuerzo en la última subida y vemos que la meta está en la banderola del último giro, después es todo bajada y las zapatillas volaron. Dejamos que Curro entre delante nuestra, en su mejor marca en media 1 h 35 min y Juan y yo prácticamente de las manos. Fue genial.

 Ahora sólo tengo un objetivo empezar a volver a correr medias y disfrutarlas sin buscar más metas que acabarlas.

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En la clasificación no salimos, más o menos nuestras posiciones fueron:

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