Me había levantado de la cama con ganas de correr, aunque mi primera pisada, todo hay que decirlo fue con el pie derecho, y las sensaciones de ésta no fueron buenas. Poco a poco y con un buen desayuno fui despejando las dudas.
Quedamos todos enfrente del Carlos Belmonte para hacer la rutinaria foto de familia. Me presento a todos y todas ya que soy el nuevo en todo esto, con los nervios típicos de correr por primera vez en mi ciudad y no haber hecho muchas carreras, y observo también que los compañeros “tienen nervios”, “pero si llevan mas de ocho medias de Albacete”, lo que por un lado en esos momentos me tranquiliza y veo que aunque lleves toda la vida trotando, siempre encuentras un estímulo, un cosquilleo… para seguir (ya sea para mejorar marca, por encontrarte con gente, por conocer a nueva y nuevos sitios…)
Me había propuesto seguir mejorando en mis marcas, así que en la misma línea de salida pensé que ir a un paso por debajo de 5:00 min/km este podía ser una ritmo adecuado a mis objetivos, incluso más bajo pero asequible al menos durante los primeros kilómetros.
En cuanto nos fuimos acercando a la salida, Jorge y Joel, nos abandonaron en busca de sus objetivos. Yo como siempre, al ser novel en todo esto, y por registros, me quede con Mark, preguntando por ritmos, de las carreras a las que habían ido, observando como se estira y se relajan músculos etc…
Buen ambiente, ya que era el Campeonato de España de Media Maratón, y buena climatología, según decían los/las corredores a nuestro lado. Ya que el año anterior, fue durísimo por el calor.
Espero paciente y tranquilamente a que se abrieran los primeros huecos, tampoco tenía prisa por llegar, acordándome de mi primera pisada, así que esperé.
Ya en la segunda curva, y con tanta gente perdí de vista a Mark, la referencia que me había marcado en los primeros kilómetros, comenzaba entonces la carrera. Pasaban los primeros 5 kms mejor de lo esperado, y fue a partir de aquí y por una mala respiración, cuando me dí cuenta y pensando en lo hablado con la familia de ATT, “a ver con las sensaciones que nos encontramos ya comenzada la carrera”, que tenía que tomármelo de otra manera.
Iban pasando los kilómetros, y cuál fue mi sorpresa, cuando no sólo una vez, ni dos, varios corredores me iban preguntando por gente de a ATT,”oye ha venido a la mancha tal …, oye esta por aquí cual …”. Un gusto que con sólo una camiseta, reconozcan por donde se extienden los pasos de vosotros, y desde ahora espero que míos.
Al paso por la primera vuelta buscaba, sin encontrar, la mirada de mi xico. Ya a 3 kms de meta y dándome cuenta que mi ritmo no estaba dentro de lo que había pensado, relajé músculos y disfruté de las calles de la ciudad, en éstas que tantas veces he pasado, y en las que ya se sabe, que en Harvard, no hay distancias todo está a 5 minutos; voy a la feria tardo 5 minutos, nos vemos en las tascas tardo 5 minutos… Hasta que 100 m antes de la meta, alguien gritó, bueno muchísima gente claro cada uno/a buscando a quien quería buscar, y ese era mi Dani levantando los brazos y recordándome que tenía que levantar los brazos cuando entrase en la meta, como ya la noche de antes habíamos ensayado en el pasillo de casa una y otra vez. Lo cogí en brazos, como pesa ya el “caperuz”, y cruzamos la meta contentos los dos de ser otra vez finisher.
En meta 1:48:38 (5:10 min/km).
Me quedo con la sensación positiva de seguir bajando de 1:50 horas, y con esa extraña impresión de sufrir, y aunque parezca contradictorio, disfrutar.
Y esto no era el final, ya que para recuperar de tanto esfuerzo, una comida de lujo en “Nuestro bar”, con la familia y disfrutando una vez más de la cocina típica. Torreznos, paletilla con denominación… cuantas alegrías me vais a dar.
Gracias ATT, y por supuesto y como siempre a los García Rato, por vuestro tiempo.
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