Esta vez escribo la crónica bastante después de haberse celebrado la prueba… lo que pasó el lunes en Boston para mí ha sido bastante desestabilizador… que la gente me llame preguntándome si estaba allí, o mejor dicho diciéndome “dime que no estabas”, que vayan a ver a mi madre a ver si estaba o mejor dicho que no estaba… vamos que te hace pensar… pero no voy a cambiar mi pasión por correr y conocer sitios y gentes por los actos de, ahora se sabe, dos pirados…
Bueno la crónica. Me hacía ilusión saber lo que siente un hámster, es una prueba curiosa. Para mí el objetivo era saber si tengo cabeza para afrontar Ronda dentro de tres semanas, pues lo de dar vueltas se me antojaba bastante difícil, cosa que no lo es… y si mi cuerpo puede correr más allá de las 10:30 de la noche, hora en la que normalmente estoy durmiendo…
El sábado la sensación era curiosa, había dormido en casa, estaba por la mañana tendiendo la ropa, y sin pensar mucho en el maratón, aunque en el fondo con miedo porque éste se me antojaba que no lo iba a terminar.
Quedo por la tarde con José Vicente para ir para Ceutí, y como yo no soy yo si no hago una de las mías cuando voy a medio camino con la bici, me doy cuenta que me he dejado el reloj, y esta prueba en pista y sin reloj imposible, así que media vuelta y en vez de ir en bici parece que voy en moto, vamos que a la ida otra vez, creo que me dio el alto la Guardia Civil, pero le oí el casco y dije vale y seguí, así que no se si me salté o no el control…
Bueno pues para allá vamos José Vicente y yo en agradable charla, y llegamos a Ceutí. La pista de tierra, recogemos el dorsal y la bolsa del corredor. Que pedazo de bolsa, mochila, camiseta, gorra, saquito (que me viene genial para la bici pues es reflectante), llaveros, y un par de bocadillos, ¡ah! y una bolsa de pimentón… a ver si aprenden otras ;).
Como es pronto y he comido a la una, tengo bastante hambre me voy a tomar un acuarius y tomar algo sólido. Me encuentro a Rafa (gracias por la invitación), Ricardo que la semana de antes había corrido 100 km, y Toni, charlamos un rato y para la pista.
Curioso, estoy muy tranquila pero pensando que con esto no voy a poder…
Son las 20:00 y se da la salida, 42 personas inscritas en el maratón, y en la vuelta dos Pepe se junta, quiere bajar de 3:30, y como yo quiero hacer 3:26 dice que le viene genial… no llevamos ni tres vueltas y ya hemos doblado a dos personas, esto se va a hacer duro, por los adelantamientos… los km pasan, deberían salir a 4:53 pero se me van las piernas y mira que regulo, pero nada no puede ser, eso si tampoco se van mucho, que el más rápido fue a 4:41… no es tan duro como parecía, a unos doblamos otros nos doblan, pero vamos avanzando…
Cuando llevo como 20 vueltas aparecen mis sobrinas, mi cuñado y mi hermana, que genial… en cada vuelta me animan, mis sobrinas me han hecho una pancarta de ánimo, me gritan, la pequeña dice “Pili corre todo lo que puedas”, y yo me río y respondo “que me quedan muchas vueltas”, y esto está genial porque se ve a la gente cada 400 metros… pensad que pasaría si vuestra familia os animara en un maratón cada 400 metros, ¿a qué ya no es tan duro?
Los avituallamientos, cada 400 metros, eso sí, yo lo cojo cada 5 km, vaso de plástico que para no tirarlo encima paro a beberlo… creo que este es el único aspecto negativo de esta prueba.
Llegamos a la media maratón y la pasamos en 1:41, en ese momento Pepe se descuelga, y me dice que él va a regular y yo sigo con el mismo ritmo, unos km más rápidos, otros menos pero a la postre todos más o menos igual.
En el km 32 o algo así mi sobrina pequeña se pone en el centro de la pista y en el principio de la recta se pone a correr junto conmigo le doy la mano, y llega casi hasta meta, así durante muchas vueltas, yo me paro la espero, vamos juntas y luego continuo, pero le digo venga en la última vuelta corremos juntas, que no están los músculos como para parar y arrancar…
Y los que habéis corrido un maratón sabéis que los últimos 10 km son los peores, pues aquí es todo lo contrario, sólo quedan 25 vueltas y eso que es con lo que llevas así que se encaran de otra manera…
Última vuelta, y Eugenia descalza (Anita te sale una gran competidora ;)), corre junto a mí con esa sonrisa que siempre tiene, se pone al sprint y le digo que la tía lleva muchas vueltas y no puede ir tan rápido jajaja… llegamos a meta y felices nos vamos a por algo de comer que desde el km 15 me estoy autodigiriendo (no controlo esto de correr por la tarde).
Luego creo que del hambre me pasa una cosa que en la vida, me meto en la ducha y me entra una tiritera, que de verdad creo que algo no esta bien, menos mal que se pasa…
A eso de las 12:30 entrega de premios, compartir podium con Anita Fuster, que por fin la conozco, gran persona.
Es curioso como 3 o 4 personas me dicen “saliste súper tranquila y fuiste incrementando el ritmo”, y es lo contrario salí al mismo ritmo que llegué, supongo que es la sensación de ver que muchos de los demás si que van más lentos a partir del km 30.
Lo mejor compartir estos momentos con la gente, y esta vez muy especial con mis sobrinas, gracias José Luis y Marian por aguantar la paliza.
Gracias a Correbirras por organizar con tanto cariño este tipo de pruebas. Desde luego que es una prueba para hacer, os la recomiendo, para que veáis que no es nada dura, por lo menos a mí me ha encantado…
Si no puedo ir a New York, creo que correré Murcia, que yo soy una de las que corrió Lorca, así habré corrido todas las maratones de la Región de Murcia.
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