La mejor crónica que se puede hacer de esta carrera es no hacer crónica e invitaros a todos a que os animéis y participéis en ella, pero como lo habitual es hacerla, voy a intentar plasmar en palabras lo que sentí, aunque creo que va a ser muy difícil.
Es jueves y hoy toca partir para La Palma a vivir esta aventura. Hasta hoy no había sido consciente de que había llegado el momento, puesto que con el trabajo y los preparativos de maleta y mochila se me habían pasado los días en un suspiro. Hoy me he levantado antes de que sonara el despertador y la mañana hasta que me ha avisado David para ir al aeropuerto ha sido larguísima, o eso pensaba yo, porque después el viaje sí que lo ha sido. Hemos tenido que coger 3 aviones con sus respectivas esperas en los aeropuertos, pero por fin, a la hora de cenar hemos llegado a Santa Cruz de La Palma, que es donde vamos a establecer nuestro centro de operaciones. Ha sido muy curioso cómo ha ido aumentando el número de “Transvulcanos” que se veían conforme nos acercábamos a la isla, y como era muy fácil reconocerlos.
El viernes toca dar una vuelta por la feria del corredor y recoger los dorsales. La feria está en los Cancajos, un sitio con playas pequeñas y de arena negra, que es bastante turístico, muy cerca de Santa Cruz. Al lado de la feria hay un mirador desde donde se pueden hacer fotos muy chulas. Una vez recogido el dorsal, nos hacemos las fotos típicas y nos vamos para Santa Cruz de nuevo. La tarde se hace larga esperando que llegue la hora de cenar (prontito). Después de cenar un corto paseo para bajar un poco el plato de macarrones boloñesa que nos acabamos de comer y a la cama. Digo a la cama, porque lo de dormir ya es otra cosa. Entre los nervios propios de la carrera, que es muy pronto para lo que estamos acostumbrados y demás vicisitudes de la pensión, es difícil conciliar el sueño.
Suena el despertador, por fin es sábado, las dos de la mañana hora local. Comenzamos con el ritual pre-carrera, que si compeed por aquí, que si vaselina por allí, un último vistazo por si se ha olvidado meter algo en la mochila… Desayunamos un poco (poco, porque a esa hora no entra mucho) y el resto del desayuno nos lo llevamos para la salida, con idea de comerlo allí. A las 3 cogemos la guagua que nos llevará al faro de Fuencaliente, donde está situada la línea de salida. Después de una hora por una carretera llena de subidas, bajadas y curvas, llegamos al faro. Yo algo mareado del viaje. Cuando estamos bajando del autobús vemos que todo el mundo se dirige al faro en lugar de ir directamente a la línea de salida. Una vez abajo entendemos el motivo, hace un viento de … y la sensación de frío pronto empieza a invadirnos, así que como todos nos dirigimos al faro para refugiarnos en el muro que lo rodea. Tenemos casi dos horas de espera, así que hay que abrigarse bien, y para ello utilizamos la ropa que después entregaremos a la organización para que nos la lleven a la línea de meta. Casualidad o no, parece que nos hemos puesto en la zona levantina para esperar. Sentados frente a nosotros hay una pareja y él lleva un buff igual que el mío, el de la carrera de Beneixama, así que les enseño el mío y pronto establecemos conversación. A nuestro lado hay una chica que al oírnos, nos dice que es de Onil, y pronto se nos viene a la cabeza que seguro que conoce a Elías, con lo que le preguntamos y nos dice que lo está buscando, que está con sus amigos (qué casualidad).
Se acerca la hora de la salida y tenemos que quitarnos la ropa de abrigo e ir a la línea de salida. El speaker va entrevistando a los primeros espadas de la carrera y mientras tanto el resto de los corredores va llegando a la salida. Ya falta poco, la música y el speaker van animando el momento hasta que a poco del final suena AC/DC y todos con la mano levantada y el símbolo de los cuernos como si fuéramos heavies de toda la vida. El momento es impresionante y tengo los pelos de punta.
A las 6 de la mañana, por fin comienza la carrera. Los primeros salen como si se tratase de una carrera de 100 metros lisos, es impresionante!!!, subimos la primera rampa que lleva desde la explanada en la que estábamos al faro y al bordear éste vemos una de las imágenes más espectaculares de la carrera, la famosa serpiente de luces blancas y rojas subiendo del faro hacia arriba. Yo había visto multitud de fotos de este momento, pero la sensación de formar parte de él es increíble.
Pronto se forma el atasco habitual en estos casos, y creíamos que habíamos salido en una buena posición, pronto nos damos cuenta de que somos de los últimos. Si es que hay cosas que no cambian. Una vez pasado el primer repecho, que es por una senda muy estrecha, el panorama se despeja un poco y permite que cada uno se marque su ritmo. La carrera transcurre por una senda de lava en tierra que se hunde bastante al pisar. Casi sin darnos cuenta, y algo motivados por el miedo que le teníamos a quedarnos fuera en el primer punto de control, vamos adelantando corredores en la subida. No es que llevemos un ritmo muy rápido, sino que es un ritmo cómodo, pero aun así, vamos pasando corredores. Mientras ascendemos va amaneciendo y así, en el kilómetro 6 y a unos 700 metros de altura, llegamos al primer avituallamiento que está situado en Los Canarios, donde podemos ver a toda la gente del pueblo volcada con la carrera. Bebemos un poco de agua y continuamos nuestra marcha.
Cuando salimos del pueblo entramos en un bosque de pino canario que es más frondoso y con pinos más altos en la parte baja, pero que poco a poco va desapareciendo mientras seguimos ascendiendo. Las vistas son increíbles, y para que no se nos olvide, tomamos algunas fotos. Pronto estamos por encima de las nubes y el paisaje es totalmente volcánico. Yo sigo impresionado con el mismo. Siguiendo la fila de corredores llegamos al segundo avituallamiento en el kilómetro 16 y a unos 1.900 metros de altitud. Llevamos más de 3 horas sin parar de subir así que en este avituallamiento decidimos parar un momento, bebemos agua fresca, rellenamos los botellines y aprovechamos para quitarnos toda la tierra que llevamos dentro de las zapatillas, que no es poca.
Habíamos cometido un pequeño error al mirar el perfil, y pensábamos que después de este avituallamiento ya sería todo bajada hasta el siguiente, pero no, todavía nos quedaba por subir un poco, hasta la cima de Las Deseadas. Desde ahí sí que comienza un descenso de unos 6 kilómetros para llegar al Área recreativa El Pilar, kilómetro 24 de carrera. Primer avituallamiento sólido, final de la media maratón y comienzo de la maratón. Llevamos casi 5 horas de carrera, y hemos recuperado una hora con respecto al tiempo de corte. Pienso que hemos subido un poco rápido y como me encuentro un poco cansado en ese momento aprovechamos para descansar y comer un poco. Le digo a David que se vaya para delante si quiere, que yo prefiero descansar, pero me dice que no, que me espera, que si no se aburre.
Una vez que hemos descansado remprendemos la marcha por un camino ancho y flanqueado por helechos. Es un terreno bastante llano, aunque con pequeños toboganes que permite correr, pero yo prefiero hacerlo despacio y trotando sólo en las pequeñas bajadas y en los llanos, caminando en los pequeños repechos. Durante este trayecto, alguien reconoce la camiseta de A To Trapo, y resulta ser uno de los Willies con el que había coincidido un rato en la maratón de la Marina Alta dos semanas antes. Paso a paso, llegamos al avituallamiento del Reventón, en el kilómetro 31, y aunque en ese momento no lo sabíamos, habíamos dejado atrás la única parte llana de la carrera.
Desde aquí comienza la ascensión al Pico de la Nieve que se encuentra en el kilómetro 40 y a unos 2.200 metros de altitud. Durante este tramo de la carrera, establecemos conversación con diferentes corredores que nos vamos encontrando. Entre ellos un chico catalán que más adelante volveré a mencionar y La Princesa del Desierto, una chica de Sevilla, que tiene el objetivo de hacer los cuatro desiertos de 4deserts en 2015 (Sahara, Gobi, Atacama y Antártida). Así entre conversación y conversación, y paso a paso llegamos al avituallamiento del Pico de la Nieve. En este punto me encuentro mal de fuerzas y tras varios intentos consigo convencer a David para que se vaya él para delante, y le digo que esté tranquilo, que llegar llegaré y nos veremos en la meta. Así pues, David se va y yo me siento en una sombra a recuperar un poco.
Tras unos minutos de descanso, emprendo de nuevo la marcha hacia el siguiente avituallamiento, que se encuentra en el Pico de la Cruz, tan sólo a unos 3 kilómetros y medio de distancia. Parece que el descanso me ha venido bien, mi ritmo es bueno, y voy pasando a los corredores que me habían pasado mientras estaba descansando. Al llegar al avituallamiento veo a David, que después de comer algo sigue su camino poco después de llegar yo. Aprovecho para comer y beber un poco y prosigo con mi marcha hacia el Roque de los muchachos, que es el punto más alto de la carrera, a unos 2.426 metros de altitud, y el siguiente punto de control. Parece que he recuperado bien y mi ritmo es bastante bueno, hasta el punto de que poco antes de llegar al Roque veo de nuevo a David, lo que me hace pensar que igual he ido demasiado rápido ese tramo. Por fin llego al Roque, llevamos unas 11 horas de carrera. Al llegar veo a David que está haciendo verdaderos esfuerzos para intentar comer un poco de la ensalada de pasta que servían, pero me dice que no le entra. Yo primero bebo algo, y descanso un poco, para ver si de esa forma me apetece la pasta, porque nada más llegar, no la podía ni ver. Nada, la pasta no me llama ni un poquito, así que pruebo con un trozo de sandía y un poco de plátano que parece que entra mejor. Mientras estaba descansando decido cambiarme de camiseta y de buff, para comenzar el descenso con ropa seca.
Casi media hora después de llegar, decido salir del Roque. Al principio el descenso no es tal y como me lo había imaginado, puesto que es una zona de continuos toboganes por los que poco a poco vas perdiendo altura. Esta primera parte del descenso la hago bien, puesto que acabo de descansar y parece que tengo fuerzas, pero poco a poco, veo como esta falsa sensación de fuerza desaparece y el descenso se hace interminable. Es una pena, porque el terreno invita a correr, ya que excepto en algunos puntos muy concretos, no es un descenso para nada técnico. Por fin, y consigo llegar al siguiente avituallamiento, situado en la Torreta Forestal El Time. Justo cuando yo llego, sale David, que ha estado esperándome un poco, para verme por lo menos llegar (si es que es como una madre…).
¿Recordáis al chico catalán del que os he dicho que hablaríamos más tarde?, pues bien, aquí estaba. Este chico, estaba parado en el avituallamiento haciendo de intérprete para dos extranjeros que no hablaban nuestro idioma y que estaban siendo atendidos por los servicios médicos. Más tarde, cuando hablé con David, me dijo que ya estaba allí cuando él llegó y seguí allí cuando yo me fui. Esta actitud es de alabar, puesto que sacrificó su carrera por ayudar a otros corredores. Esto es lo que más me gusta de estas carreras, que siempre hay gente dispuesta a echar una mano si se encuentra a alguien en problemas.
En este avituallamiento me he hecho fan incondicional del Powerade azul (ya sé que está mal decir marcas, pero en este caso tengo que hacerlo). Llegué al avituallamiento ya casi sin fuerzas, y sin poder comer, puesto que el estómago ya no me lo admitía. Pedí un poco de isotónico, porque el que yo llevaba estaba muy caliente, y me dieron una botella de este líquido milagroso. Sentado allí, me bebí la botella casi entera y cuando salí, estaba recuperado y no con una falsa sensación como en el Roque, sino recuperado del todo. Comencé lo que me quedaba de descenso a un ritmo tranquilo por miedo a que me viniese otro bajón, como me había sucedido antes, pero lejos de eso, poco a poco me vine arriba, e iba incrementando el ritmo, pasando a varios corredores que me habían pasado antes del Time. Me encontraba tan bien, que a unos dos kilómetros de Tazacorte alcancé a David, que iba en un grupo. Como ya no quedaba mucho para la meta, decidimos ir juntos otra vez a un ritmo tranquilo (menos mal, porque no sabíamos lo que nos esperaba). El último tramo de la bajada era una pared por la que habían hecho un camino empedrado haciendo eses, y que con la pendiente y la oscuridad se hizo interminable.
Por fin llegamos a Tazacorte poco antes de las 10 de la noche. Desde ahí sólo nos faltaban unos 5 o 6 kilómetros hasta la meta de los Llanos, pero vaya kilómetros. Este año han cambiado el recorrido. Antes se subía de Tazacorte a los Llanos por la carretera, que aunque a nadie le gusta ir por la carretera, hay que reconocer que cuando ya vas tan cansado, se hace más cómodo. Pues bien, este año nos han metido por un barranco con arena de playa y piedras enormes que había que sortear durante unos kilómetros y después hemos tenido que subir casi en línea recta lo que otros años se subía siguiendo el zig-zag de la carretera. Vaya rampas para terminar!!!
Por fin se terminan las rampas y enfilamos una larga recta de casi un kilómetro que nos va adentrando cada vez más en el pueblo. Conforme nos acercamos vamos sintiendo en calor de la gente y los ánimos, pero no me podía imaginar lo que iba a sentir justo unos pocos metros después, cuando a unos 300 metros de la metra giramos a la derecha y ya se ve la meta. La calle estaba llena de gente que animaba con si les fuese la vida en ello, y ya iban transcurridas casi 17 horas de carrera. Yo entré en meta casi llorando de la emoción.
Aunque sé que seguramente ninguno de los habitantes de la isla leerán estas líneas, me gustaría reconocer y agradecer lo volcados que están con esta carrera. No te falta ánimo en ningún momento. También me gustaría destacar la buena organización de la misma, y a los servicios médicos y de rescate, porque hacen una labor descomunal.
También quiero agradeceros a todos el apoyo y los ánimos recibidos durante tantos y tantos entrenamientos juntos. Y en especial a Juanma, porque fue quien puso en marcha todo esto y después, por mala suerte, no ha podido vivirlo, sin él no me hubiera involucrado en algo como esto. Y qué decir de David, que ha sido el mejor compañero de aventura posible.
Agradecer también a Susana, mi novia, la paciencia que ha tenido durante todos estos meses de entrenamiento de cara a la carrera, en los que todos los domingos por la mañana me iba de casa con mis amigotes y volvía a la hora de comer o incluso más tarde, los sábados por la noche me acostaba pronto para poder madrugar el domingo, y entre semana me iba de casa muchas tardes a correr, por lo que nuestro tiempo de ocio juntos se ha visto reducido a la mínima expresión. Gracias por haber sido tan comprensiva.
No quiero olvidarme de mi madre, que lo pasó mal durante la carrera, sobre todo al final, porque con el cambio de hora pensaba que no nos iba a dar tiempo a llegar dentro del límite de tiempo.
Gracias a todos por el apoyo recibido.
Pirri
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
David | Senior M | 16:57:37 | 1377 | 996 |
Pirri | Senior M | 16:57:38 | 1378 | 997 |
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[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]
Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 310xt. Las marcas aparecen cada 7 kilómetros.
El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.
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