Era mi estreno en ambas modalidades, natación y trail y ya había quedado con nuestro recordman, Juan Carlos de Cabo que queríamos pasarlo bien y no competir. En boxes Juan Carlos me orientaba y pintaba el dorsal 131 con rotulador en el brazo.

Aunque he pasado una noche alterada con la guerra que han dado mis peques, todo cambió cuando la adrenalina hizo su efecto al entrar en el agua. Muffy y yo comenzamos rezagados para evitar los atropellos de los que competían en serio. Primeras rocas en el suelo y a nadar! Nuestro clima (26 grados en la salida a las 9:00) y el Mediterráneo tranquilo acariciando Playa San Juan, proporcionaban las mejores condiciones para esta prueba. Juan Carlos se larga y yo decido ir a mi ritmo. Aún así comienzo a adelantar a otros nadadores. El peor momento de toda la prueba cuando a falta de 100 m para llegar a la boya de vuelta teníamos que esquivar a los que venían de frente a toda pastilla dando brazadas. Ha sido la única pega a una buena organización, pero el comentario general era que no se puede trazar un recorrido en el agua dónde los nadadores se cruzan. Al menos tenía que haber sido en forma de “U”. Después de superar el agobio y tragar algo de agua, llegaba el mejor momento de la prueba, al menos para mi. Volvía a adelantar a algunos participantes pero lo interesante estaba bajo el agua: peces, algas y algo de coral en el fondo. ¡Vaya gozada!

Fin al medio acuático, puesta de zapatillas y camiseta de “A To Trapo” y a trotar. Recorrido conocido para nuestro grupo por las rocas del Cabo de Las Huertas. Lo más difícil, una empinada pendiente de arena de unos 500 m a mitad del trail que algunos hacíamos andando. Después, como dice Juan Carlos, a partir de esa bajada podías coger ritmo y apretar un poco. Ya de vuelta, me cruzo con Antonio y le grito “¡ese A to Trapo!”. Poco después unos ciclistas y entre ellos mi tocayo Mejías que me da ánimos para sprintar el último kilómetro.

Final de la prueba en 58 minutos, más que contento. Y a deshacer los dos kilómetros que ya había hecho por la mañana al trote y que separaban mi residencia veraniega de la meta.

Como suelo decir en mis cursos, no sabes si puedes si no lo intentas. Este tipo de pruebas es totalmente aconsejable para probar tus límites. ¡Hasta la próxima!

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