Ayer salí a trotar con el grupo y tras unos kilómetros iniciales, mi cuerpo me recordó que el sábado participé en Botamarges, así que cuando llegé a casa, después de una ducha y un buen desayuno me puse a escribir esta crónica.
Llegaba a esta carrera con pensamientos contradictorios. Por un lado sabía que mi preparación no había sido la más idónea y que en verano no había podido entrenar todo lo que me hubiese gustado y que se necesita para una carrera como ésta. Por otro lado, y siempre teniendo presente que era una ultra, fijándome en los tiempos y comentarios de años anteriores de todos vosotros, pensaba que de las que había hecho, sería la menos exigente. Esto provocaba que mis sensaciones de los días previos pareciesen una montaña rusa, unos días me sentía pletórico y pensaba que sería “fácil” acabarla y otros días no las tenía todas conmigo. Eso sí, siempre con ganas de afrontar la carrera.
En esta edición éramos muchos los componentes del equipo de A To Trapo, y muchos los allegados que participábamos en ella. Un grupete alquilamos una casa en Pego (una población al lado de Forna) para dormir la noche anterior, así el viernes por la tarde quedamos en el punto de encuentro Jesús, Juanma, David y yo para ir hasta allí. Llegamos a Pego, recogemos las llaves de la casa y nos vamos a Forna, a por el dorsal. Cuando llegamos a la plaza del pueblo, nos encontramos con Abel (por cierto, me llamó la atención lo fino que está, cada vez parece más un corredor de élite, como ya empieza a demostrar) y un amigo suyo. Colocamos la pancarta en un lugar estratégico para que todo el mundo tuviera que pasar por ella, nos hacemos las fotos de rigor y tras recoger el dorsal nos volvemos a Pego.
Ya en la casa, preparamos unabuena cena del corredor, pasta con un sofrito de cebolla, atún y tomate, como para un regimiento, pues éramos unos cuantos para cenar. Mientras que estábamos preparándola llegaron Antoñito y Ramonet y más tarde Gosa, Jesús S. y sus familias. Pasamos un buen rato cenando juntos y terminamos con unas buenas hierbas de Antoñito.
La Carrera
Antes de que de comienzo la carrera, nos juntamos todos los compañeros de A To Trapo y los que aunque no se inscriben como tal, son parte de esta gran familia y entre risas, anécdotas y nervios se acerca el momento de ponernos en marcha.
Guardamos un emotivo minuto de silencio por Ángel, un niño que demostró sus ganas de vivir, pero al que una malformación en una parte del cerebro no se lo permitió. Su padre Fernando, estaba con nosotros y no pudo contener las lágrimas, lo que hizo que a alguno más se nos escaparan. Este año el II Ultrafondo Solidario en el que participa Cayu y por supuesto Fernando, es por él.
Son las 6 a.m. en punto y se da la salida. No deja de sorprenderme la velocidad con la que se sale en este tipo de carreras, si es que yo salgo más despacio en una media maratón. Esta vez consigo no dejarme llevar por el ritmo de los que me preceden y voy a mi ritmo, tranquilo, coincidiendo los primeros kilómetros con Jesús S. y pensando que de los nuestros sólo Jesús iba por detrás (más tarde veré que Antoñito también), los demás han salido como si tuvieran que llegar para comer.
Pronto llegamos a la primera subida, que se hace por una pista ancha y evita así que se hagan los típicos tapones de estas carreras. En el alto encontramos el primer avituallamiento líquido. Al comenzar la bajada nos introducimos en un bosque y cogemos una senda que nos llevará hasta el primer pueblo, Villalonga, en el kilómetro 11. La bajada, con unos pequeños repechos a mitad, se hace complicada, porque los días anteriores a la carrera ha llovido mucho por la zona, y hay mucho barro, aunque uno no sabe donde pisar, porque si pisas el barro mal, pero si pisas las piedras, como están húmedas y ya manchadas de barro, peor, aún resbalan mal. Aquí si que se forma un tapón y mientras estoy en él, oigo a Jesús, con su guasa habitual, “con lo bien que iba y ya me habéis parado el ritmo” (o algo similar). Así, resbalando y patinando en algún momento, llegamos a la entrada de Villalonga, donde me encuentro con Cayu y llegamos juntos al avituallamiento.
Desde Villalonga arrancamos por una carretera hasta coger una pista paralela al cauce de un río y de la que seguro que todos habéis visto alguna foto de corredores entrando o saliendo de un túnel. La pista es de las que castigan, porque parece que es llana, pero pica para arriba. Este es uno de los tramos que se me hizo más largo en la carrera, son unos 5 o 6 kilómetros que como digo no son duros, pero sabes que te llevan al comienzo de La Safor, que vista en el perfil parecía la subida más dura de todas las que teníamos que afrontar. Así pues llegamos al final de la pista, donde había un habituallamiento líquido. Mientras bebo y relleno los botellines, aparece Antonio, y me explica que ha salido tranquilo y ha ido con Jesús hasta Villalonga. Así pues comenzamos la subida juntos, pero a Antoñito no hay quien lo siga, con ese andar que no toca el suelo, y pronto comienza a distanciarse de mi.
A mitad de subida de La Safor, me encuentro con Gosa, que había salido por delante, y vamos unos metros juntos, pero en el avituallamiento de mitad de subida, el para a rellenar los bidones, pero yo, como los llevo llenos y voy un poco más rápido, decido seguir para adelante. Así llego al alto, con la sensación de que no ha sido una subida excesivamente dura y esto hace que me psicológicamente me venga arriba, pues como he dicho antes, sobre el perfil parecía la más complicada. Desde la cima comienza una larga bajada que nos lleva hacia Alpatró, no sin antes superar unas pequeñas tachuelas de camino.
Es en Alpatró donde vemos por primera vez a las mujeres de Gosa y Jesús S. Digo vemos, porque allí coincido con los dos Jesuses (en realidad Jesús S y yo estuvimos toda la carrera juntos pero no revueltos, es decir, que aunque no fuimos juntos, nos vimos en muchos momentos). Tras beber y refrescarnos un poco, reemprendemos la marcha.
En ediciones anteriores no se llegaba hasta Alpatró, por lo que de aquí en adelante y hasta llegar a Benirrama era un terreno “desconocido” para todos. Así, nada más salir de Alpatró nos encontramos con la primera de las sorpresas, una subida que aunque no era muy larga, si que tenía una pendiente más que considerable, hasta el punto de que en algunos puntos había que ayudarse de las manos para subir. ¡¡¡Menudo regalo nos había hecho la organización!!!
Una vez subida y bajada la tachuela llegamos a Benisili, desde donde arrancaba la parte la parte más dura de la carrera, la subida y posterior cresteo de la sierra de la Forada, pasando entre otros puntos por el Penyal Gros y la Penya Forada. La subida la hice bien, a un buen ritmo, para el momento de carrera en el que estábamos y alcancé y superé a un grupo de unos 5 o 6 corredores que tenía delante, pero cuando llegué arriba comenzó lo que para mí fue la peor parte de la carrera con mucha diferencia, el cresteo por la sierra. Un continuo sube y baja por un terreno de rocalla en el que no me encuentro nada cómodo, más bien se podría decir que soy como un pato mareado, torpe donde los haya. Además me pilló arriba sobre las dos de la tarde, y el calor apretaba de lo lindo (una vez en meta me di cuenta de lo que calentaba el sol en esta parte). Para mí este tipo de terreno supone un esfuerzo no sólo físico, sino también mental, porque me hace ir muy concentrado y esto, unido a la fatiga que ya tenía acumulada, me hizo perder mucho tiempo. He de reconocer que no todo fue malo en ese cresteo, si te parabas y levantabas apartabas la mirada de las piedras, había unas vistas magníficas.
Una vez acabado el cresteo comenzaba una rápida bajada hasta Benissivà y tras superar otra tachuela llegámos a Benirrama. Este era, por así decirlo, el punto de no retorno de la carrera, a 15 kilómetros de meta, sabiendo que aún quedaba una última subida dura y todo el terreno desde la Adsubia a meta. Cuando llegué al avituallamiento de Benirrama me encontré con Jesús S, tomándose una cerveza acompañado de su familia. En este punto me dolía bastante la espalda y me rondaba la cabeza la idea de abandonar, así que me tumbé en el suelo para estirar la espalda. Estándo tirado llegó Jesús (el presi), que se partía de risa viéndome allí. Nuestras voluntarias particulares nos facilitaron una cerveza sin alcohol al presi, y una cocacola bien fría a mí, que me revitalizó y sacó de mi cabeza la idea de abandonar. El presi, que decía que le costaba mucho subir decidió tirar para para adelante, mientras que Jesús S y yo preferimos descansar un poco más y comer algo. Pasados unos minutos ambos empredimos de nuevo la marcha, y con las pilas cargadas lo hicimos a un buen ritmo en la subida y aún mejor en la bajada hasta La Adsudia.
Desde allí quedaban 9 kilómetros a meta, pero vaya 9. Sobre el perfil se veían tres tachuelas, pero después resultó ser algo más que eso. Al salir de La Adsudia nos encontramos con una subida por una senda con bastante desnivel. Fue aquí donde Jesús S. me dijo que no iba bien y que tenía que subir más despacio. Decidí entonces que lo mejor sería subir a mi ritmo y bajar despacio para que me pillase, puesto que si intentaba adaptarme a su ritmo en la subida, corría el riesgo de luego no poder arrancar de nuevo. Arriba esperé un pooc, pero al ver no venía decidí ir para adelante. Esta primera bajada era fácil, por una pista ancha y sin fuertes desniveles, lo que permitía bajar sin quemar las pocas energías que quedaban. De repente, las flechas que marcaban el recorrido nos indicaban que teníamos que adentrarnos en un bosque por una estrecha senda, para afrontar de nuevo una pequeña subida con su correspondiente bajada. Este terreno vuelve a estar húmedo y con barro, lo que hace que sea bastante resbaladizo y con las fuerzas tan justas, hay que bajar con mucha precaución.
Al salir del bosque nos encontramos con un tramo de asfalto que nos lleva hasta la cantera, un tramo bastante feo y aburrido, desde donde se puede ver el castillo de Forna, la última subida que teníamos que afrontar. Es en este tramo de asfalto donde me alcanza Jesús S, que se ha recuperado y viene con buen ritmo, tanto que me cuesta mucho seguirlo. Desde esta carretera cogemos de nuevo una pequeña senda que nos baja hasta el cauce de un río seco. Después de cruzar el cauce, comienza la subida hasta el castillo de Forna. Justo cuando estábamos comenzando el descenso hacia Forna, anuncian por megafonía los tres primeros clasificados de la categoría de veteranos, y entre ellos tenemos un representante. ¡¡¡Enhorabuena Josemi por ese tercer puesto!!! Esto nos da un plus de energía que utilizamos para bajar hasta el pueblo, donde justo antes de entrar en meta está esperando la familia de Jesús S. Ambos cogemos de la mano al hijo de Jesús y entramos así en meta.
Yo me fui rápidamente a comer y beber algo. ¡¡¡Vaya avituallamiento final!!! Ya podían todas las carreras aprender de esta es ese sentido. Nosotros no somos de los primeras espadas, sino más bien del pelotón de cola en estas carreras, pero aún así, cuando yo llegué no faltaba la cerveza y la cocacola y sobre todo, ¡¡¡esa costilla, esa panceta, morcilla, salchichas y chorizo hechos a la parrilla!!! Todo un manjar para cuando terminas algo así. Después de comer y beber algo, fui al coche a por la bolsa para ducharme. De camino me encontré con Jesús S. y su familia esperando a Gosa, que todavía no había entrado. Según avanzaba el tiempo y caía la noche, los nervios de Conchi, su mujer, iban en aumento. Pero al final, y como no podía ser de otra forma, después de 15 horas de carrera, allí estaba él, fiel a su cita con la línea de meta. Grande Gosa.
Una vez más todas las unidades habíamos cruzado la línea de meta, y en eso en una carrera en la que entre abandonos y cortes por fuera te tiempo ha habido un poco más de un tercio de corredores que no lo consiguieron, tiene mucho mérito. Si es que es ponerte una camiseta de A To Trapo y te haces más fuerte que el vinagre.
¡¡¡Enhorabuena a todos!!!
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También podéis leer la crónica de Abel “Diario de un corredor invisible“
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Abel | SEN-M | 10:57:30 | 62 | 59 |
Josemi | VETERANO | 11:20:35 | 84 | 3 |
Carlos R. | SEN-M | 11:50:05 | 121 | 109 |
Antonio | VETERANO | 12:19:52 | 143 | 11 |
Juanma | VETERANO | 12:38:42 | 161 | 13 |
David G. | SEN-M | 13:05:59 | 193 | 165 |
Ramón | VETERANO | 13:14:23 | 204 | 22 |
Jesús | VETERANO | 13:49:20 | 242 | 27 |
Jesús S. | SEN-M | 13:54:59 | 245 | 201 |
Pirri | SEN-M | 13:55:00 | 246 | 202 |
Gosa | SEN-M | 15:00:17 | 286 | 224 |
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[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]
Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 310XT. Las marcas aparecen cada 10 kilómetros.
El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.
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Botamargues = NO te amargues, carrera grande, donde las haya , el año que viene, mas .
¡Qué grande Botamargues! ¡Y qué grande este grupo!
Reservo fecha para 2015 🙂
Excelente crónica Pirri, lo vivimos tal como lo has contado.Carrera dura y exigente, sólo apta para corredores curtidos. Este años los jóvenes del equipo Ñ os habeis estrenado en los ultras y le habeis cogido el gustillo: Moratalla, transvulcania y unos cuantos maratones de montaña, a cual de ellos ás duro. Todavía quedan unos cuantos retos antes de finalizar el año.
Enhorabuena a todos
Vaya grupazo de Mountain Runners…¡qué envidia!, ¡qué grandes!
Muy buena la cronica. He vuelto a vivir la carrera con ella.
AMUNT BOTAMARGES!!
Os admiro mucho chicos, vaya manera de sufrir destila la crónica Angel… pero como seguro que ya tenéis otra en la cabeza, a entrenar jajaja.
Muy buena la crónica. Por lo que cuentas parece durilla, jijijii. Supongo que luego lo piensas y dices, yo la hice, que fuerte!!!!! Enhorabuena a todos.