Como he llegado a conocer la expresion “Llegar y besar el santo” en Washington D.C.
Me iba de viaje por trabajo a Washington y a Nueva York. Como es tan buena costumbre, en la maleta estaban las zapatillas de correr junto con mi camiseta de la maratón de Nueva York para poder lucirla en alguna trotada matutina, antes de meterme en reuniones. Llegamos el sábado por la noche a la capital de EE.UU., para ir directamente a dormir, en el intento de amoldarse al horario americano.
Como era de esperar, me desperté muy pronto, y viendo que hacía buen día, nada mejor que buscar una ruta donde estirar las piernas. En el ascensor, una pareja me mira arriba y abajo, y en la bajada de la décima planta al lobby tenemos la siguiente conversación:
Ella: ¡Estará nerviosa! (you must be excited!)
Yo: ¿Por qué?
Ella: Por la carrera
Yo: ¿Qué carrera?
Ella : La de las diez millas
Yo : ¿Dónde es?
Ella : En el Pentagon
Y ya habíamos llegado abajo, pero evidentemente habían despertado mi curiosidad, así que fui al mostrador, donde me dijeron que empezaría a las 8:00 (eran las 7:25) y que el Pentágono estaba a unos 15 minutos andando. Asi que allí me voy corriendo, para ver el ambientillo. Al llegar veo que la carrera se llama Army 10 Miler (16 km), y que va pasando por los monumentos emblemáticos de Arlington (donde está el Pentágono) y Washington D.C. No podía resistir, y tenía que conseguir meterme, ¡ya que uno se arrepiente de lo que no ha hecho! Así que puse mi cara de guiri y me acerco a uno de los chavales jóvenes del control de entrada. Le explico que necesito meterme, y a ver ¿si me deja pasar PLEASE?? Y me contesta ¿esto es una pregunta? !Pues si! Y dice que en tal caso, podía pasar.
Así que estoy dentro, junto con unos 35.000 corredores, casi todos americanos por lo que oigo a mi alrededor, y muchos de ellos, soldados, veteranos, o familiares que corren en honor de un soldado caído en alguna de las acciones militares americanas.
Es muy emocionante, me cuelo al cajón de los dorsales rojos, sin tener idea a qué tiempo correspondería, hasta que nos dan la salida.
Y el recorrido no podía ser más precioso: pasamos por el cementerio nacional de Arlington (donde están las tumbas de los hermanos Kennedy entre otras miles de tumbas), luego pasamos por el puente cruzando el río Potomac, y nos acercamos al Lincoln Memorial para adentrarnos en el National Mall donde están las vistas más espectaculares de los momumentos que tanto se conocen de las películas americanas. Nos llevan por un recorrido precioso por la capital, hasta que volvemos por otro puente, pasando por el Jefferson Memorial para volver al Pentagón. Por el camino, cada 2 millas hay agua, ofrecido por filas de jóvenes soldados.
Había quedado con mis compañeros de viaje a las 10:00 en el hotel para luego descubrir la ciudad. Cuando nos encontramos en el hall, yo ya había tenido mi primera visita turística, pasando por calles cortadas para que 35.000 corredores registrados y yo pudiéramos disfrutar de una mañana soleada y unos cielos azules haciendo un contraste perfecto a los monumentos blancos de la capital. Lo que es: LLEGAR Y BESAR EL SANTO.
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Eso es, mejor que digan que no, que no preguntar y quedarse con el y si hubiera… Es una zona precioso, donde a la gente le encanta correr, así que enhorabuena por aprovechar la experiencia
te falto el baño 😉 , no te pierdes una , enjoy.
¡Qué maravilla! Estirar las piernas por la capital del imperio. Seguro que nos ocultas por pudor las zancadas que diste junto al primer negro en la casa blanca. ¡Cuántos recuerdos de otras épocas el río Potomac! Disfruta y haznos disfrutar.
¡Martina tu si que vales! Enhorabuena y sigue contándonos tus aventuras. Como decimos por aquí “pensat y fet”
(improvisación alicantina) Un abrazo
Internacional
Gracias a Conchi y a Vicente (los dos habeis coincidido con el Santo!)
¡Qué suerte! (lo digo por el Santo). Y qué recorrido tan bonito. Enhorabuena, seguro que lo disfrutaste.