Y yo pensaba: “una carrerita de 19 km, para no pasar el fin de semana inactiva y darme un paseíllo por la localidad de Enguera”, que no conocía… ¡Ja! Los 1.200 m D+ estaban ahí, escondidos y bien repartidos por las sendas del paraje Umbría – La Plana. Circuito rompepiernas donde los haya, muy bien diseñado, con constantes subidas y bajadas, que atraviesan lugares de increíble frondosidad y belleza. ¡El entorno natural de Enguera merece ser conocido!
Ya en el km 2 se empieza la subida al Piquet, donde hay una cruz y donde el primer chico y la primera chica que coronaran esta cima se llevarían una colección de embutidos. Desde allí arriba se divisa el castillo de Enguera, por donde pasaríamos varios kilómetros después. Se escuchan exclamaciones de asombro y (falso) dolor ante la temprana subida técnica. La primera de varias… Paradójicamente, los lamentos irían en disminución: no sé si por resignación o por economía de aliento…
Paralelamente a la carrera se hacía una marcha senderista de 10 km, que tenía algunos tramos en común con los del trail. Al contrario de lo que ocurre en otras carreras, la presencia de estos animados caminantes, lejos de entorpecer la carrera, añaden vida al recorrido, ya que nos animaban mucho cuando les pasábamos al lado.
Impresionante también la gran cantidad de fotógrafos, algunos tan intrépidos como cualquiera de los que corríamos. Había tramos en que se juntaban cinco o seis cañones apuntándote y disparando. Y es que había un concurso fotográfico, así que ¡te hacían sentir una estrella del trail!
Mientras avanzábamos, notaba que algunas sendas parecían nuevas. No me pasaron desapercibidos los bellos bosques que atravesamos. No me esperaba tal frondosidad de vegetación… Gracias a estas abundantes zonas de umbría, el sol radiante de este fin de semana no ha sido tan castigador como muchos temíamos. Eso sí, la carrera permite muy pocas distracciones en todo su recorrido y requiere mucha concentración. Se va todo el tiempo a un ritmo vivo y exigente en la medida en que la prudencia lo aconseja. Durante la primera mitad iba viendo a Alberto Enova por delante, teniendo a Juanma a pocos metros (nada) por detrás. Eran mis referencias, aunque sólo con Juanma pude conversar un rato durante la carrera, muy cerca de la pared de 50 m de roca lisa que nos tocó subir a cuatro patas.
Una vez llegados al Castillo y tras rodearlo, conviene disfrutar de las increíbles vistas porque lo que viene después es la subida por el cortafuegos, un tramo de fuerte pendiente que se hace interminable, excepto quizá para Juanma que iba sin lugar a dudas de menos a más. Pasada la primera mitad de carrera, empezó a hacer adelantamientos con una ligereza envidiable, moviéndose entre los tramos técnicos y saltando obstáculos cual delfín surfeando las olas. ¡Qué envidia! Ya no volvería a verle, ni a él ni a Alberto, hasta la meta.
Allí volvimos a intercambiar impresiones y la conclusión fue que la carrera es alucinante, tiene muchísimo encanto, no se hace monótona en absolutamente ningún momento y es, entre las de su distancia, de las más duras que hay por la zona. Personalmente me ha gustado mucho y valoro muy positivamente que hayan endurecido el recorrido respecto a ediciones anteriores que, aunque yo no las haya hecho, seguro que no han sido tan divertidas como las de este año.
Además, está muy bien organizada: el gran despliegue de voluntarios en los puntos de cruce, en los avituallamientos y en las zonas más conflictivas, hacen que el corredor se sienta cuidado y seguro en todo momento. Los avituallamientos, por cierto, no son aptos para gente golosa como yo. Dejaba estos puestos con ambos carrillos llenos de berlinas y un puñado de chocolate en la otra mano. Claro que había plátano, dátiles e higos, como opciones más sanas, pero esta vez se me antojaba “trompudear”, como dicen en Yecla.
La bolsa del corredor contenía una braga de cuello y un gorro, ambos de Lurbel, así como una malla con diferentes tipos de cebolla, cortesía de RPH Onions. A mí, todo lo que me echen de comer, me gusta. En meta, más berlinas, más chocolate y mucha agua. A los afortunados que pillaron chapa, les obsequiaron con vinos, embutidos, miel y más cosas. Creo que Enguera se cultivan cosas muy ricas y variadas. Antes de llegar a meta, nada más entrar al pueblo se entra al pueblo por casas con huertos, algunos de ellos muy exuberantes. También se sorteaban entre todos los corredores y senderistas cenas en bares y restaurantes de la localidad.
Como la abundancia de carreras y compromisos hacen que la agenda de cualquier corredor esté más ocupada que la de un ministro, para mí el verdadero premio ha sido coincidir con los amigos y conocer un paraje hermoso. ¡Cuánto valoro eso! Si a esto le añado que, una vez más, he salido indemne y he acabado con buenas sensaciones, no puedo pedir más. Lo he pasado muy, muy bien. ¿Quién se apunta conmigo para la edición de 2015?
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Nota al margen: El 19 de octubre se celebraba también el Día contra el cáncer de mama. Un recuerdo a todos los que participaron en alguna carrera solidaria con esta enfermedad.
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Alberto | VET M | 3:02:48 | 125 | 40 |
Juanma | VET M | 3:02:59 | 126 | 41 |
Verena | SEN-F | 3:05:48 | 139 | 5 |
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[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]
Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 210. Las marcas aparecen cada 4 kilómetros.
El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.
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prueba anotada en el Calendario, la has pintado tan bien !! y para perderse con la familia en poder. Gracias.
Como ha dicho, la prueba es una de las mejores de todas las que hecho por la contornada. Y dura también ya que teníamos bosque hasta el km 18’5.
Coincido en todo Verena, trazado impresionante, hasta los pocos metros que habían de pista en bajada venían bien para soltar un poco las piernas, 19 kms de tramos variados y sin desperdicio es difícil de conseguir, perfecta para intentar competirla, al año que viene la prepararemos mejor ese ritmo tan vivo es difícil de seguir y cuando te das cuenta te quedas atrás.
Mención especial para mi hermano Sergi, que en su segundo trail (como es habitual en asfalto) logro un tercer puesto en categoría de veterano y 17 de la general con un impresionante 2’17h.
Pero bueno cuántos kgs habréis echado al zurrón 😉
Completamente de acuerdo, un recorrido muy bien diseñado, aprovechando al máximo el entorno. Tramos de roca con pendientes del 45% en los que hasta tuvimos que ayudarnos de las manos para poder avanzar, sendas mullidas con ese olor a tierra húmeda, bosques espesos, descensos técnicos, … Las tres horas de carrera se me pasaron volando. Una carrera muy recomendable.
Buena compañía y reencuentro con amigos de muchas batallas.
Si puedo ir, me apunto sin dudar. Un buen finde en familia y con amigos, kasí ná!!!