X Carrera por Montaña Serra del Coto (1-Febrero-2015)

41 días exactos sin correr. Ni un solo kilómetro desde este feliz evento. Lo juro; que yo, cuando me privo, me privo del todo. Ninguna lesión, cero síndrome de “burnout”; pura y simplemente falta de tiempo.

De esta cuarentena vino a rescatarme Juanma. Una lesión de gemelo que no se le va del todo le aconseja tomarse unas semanas de reposo y me propone cederme generosamente su dorsal, con eso de que Yecla y Casas del Señor están cerca. Como casi siempre que me proponen algo inesperado, digo sí. No sé si hago lo más prudente, pero si Juanma, que conoce mis circunstancias, piensa que puedo, ¿quién soy yo para contradecirle? Así que a la Sierra del Coto me voy.

IMG_0863No me voy sola. Mi Luis, que tenía ganas de verme otra vez en la competición, me acompaña y se hace cargo de nuestra perra, ansiosa por estirar sus galgas patas por esos montes. Allí me encuentro con el verdadero motivo por el que acudo a las carreras: la gente, mis amigos. Josemi, David, Pirri, Ramonet y Sergio (encantada de conocerle por fin, futuro compañero de equipo en el Trail Solidari de Alcoy), Charly de Villena, Edu y Reme, Lisardo, Hortensia, Mª Ángeles, amigos de Yecla a puñados… ¡Esta es la marcha que me va!

La carrera sale puntual a las 10 de la mañana. Día despejado, pero muchísimo frío y viento helado. Pirri recomienda el día de antes por el wasap que llevemos gafas para protegernos los ojos de las rachas de viento. Sabio. Le hago caso. Pero en el resto del atuendo decido ir ligera: pantalones cortos, tirantes y manguitos por si acaso que al final no uso. Lo pienso ahora y me entra un escalofrío, pero hice bien ese día. “Menos es más”. Pero David Gil no es de esa opinión y me deja unos guantes que acepto con mucho gusto y que no me quito en ningún momento. Otro sabio; ¡gracias!

La carrera no me preocupa. La había hecho el año pasado en 2h36 y no recuerdo haber sufrido mucho porque era mi primera vez y fui con cautela. Ahora más: si esta carrera suponía “mi regreso”, no era cuestión de que me lesionara, así que iba a ir muy tranquila. Y así lo hice: 22 km cómodos. Hasta el km 11 fui la 4ª chica, lo que no estaba nada bien porque ser cuarta sin entrenar no solo no es justo para los demás, sino que me hubiera tentado a averiguar los límites de tal táctica (me río para mis adentros). “¡Valenta!”, me animaban, por los tirantes, sin duda.

20150201_111153Disfruto mucho de cada recorrido, especialmente de las subidas. Tengo fuerza, pero me falta fondo en los llanos. Voy casi todo el tiempo muy cerca de Charly, que también se incorporaba tras un largo parón. En una de las cuestas, está Reme y un amigo verde y con escamas. Ella lleva un atuendo blanco, no sé bien de qué es, pero a mí me pareció que era un ángel. Reme, preciosa, me da dos besos y una gominola. Avanzamos.

20150201_111513A mitad de carrera veo a Luis haciendo fotos y a mi adorada perrita, que se porta súper bien en las carreras sin molestar a ninguno de los corredores que pasaba y que sólo se abalanza sobre mí cuando me ve desde lo alto subir una cuesta. Me babea un poco los guantes de David y juego con ella un ratito para luego seguir bajando sola.

Al poco, un triste suceso: un hombre senderista es auxiliado por varias personas que le hacen el boca a boca. Paso al lado y veo que el hombre tiene mala pinta. Pregunto si saben hacer bien la maniobra de respiración cardiopulmonar. Hace un montón de años recibí un curso teórico-práctico sobre eso aunque nunca he tenido que aplicarlo. Me dicen que sí, que controlan la técnica y como la ambulancia está muy cerca (oigo la sirena a pocos metros detrás), continúo mi marcha por no estorbar. Y con un malestar que a mí se me pone en el estómago, me voy triste pensando que no es justo. Ya en meta me entero de que el senderista no sobrevive. Dirán que murió haciendo lo que le gustaba y tal y cual, pero no es justo…

Llego a meta. Se me ha hecho extremadamente corta la carrera. No tengo hambre ni sed. Un poco de frío sí que empiezo a notar. Reme me deja una chaqueta y mientras hago planes con los compañeros para un próximo entrenamiento por Sierra Espuña. Estoy muy feliz. Atalanta ha vuelto.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Josemi VETERANO 2:22:04 69 36
David G. ABSOLUTO 2:25:10 85 39
Rafa VETERANO 2:26:57 92 46
Pirri ABSOLUTO 2:32:08 117 54
Segio Gª VETERANO 2:34:28 138 62
Verena ABSOLUTA 2:50:36 217 5
Jesús S. ABSOLUTO 2:55:20 252 117
Ramonet MASTER-M 2:55:20 251 23
Lisardo MASTER-M 2:56:28 260 25
MªÁngeles VETERANA 3:07:48 305 9
Gosa VETERANO 3:09:55 309 118
Edu ABSOLUTO 3:10:54 315 139

Sueños. 9.

No me quedaba muy tranquilo dejando a mi gente y yéndome en busca de aventuras, pero lo que me decidió a volver sin dudarlo por un momento fue ver a aquel grupo de encapuchados que, cobijándose en el anonimato de sus atuendos y arremolinándose sobre alguna víctima sorprendida en su confianza o inocencia o inconsciencia, estaban robándole algo si no se la llevaban para esclavizarla a su servicio. No era la primera vez que había presenciado algo similar. Al principio no le di ninguna importancia. Más bien, ni sabía de lo que se trataba. Un grupo de gente en torno a alguien que cuenta una historia o saca los dados o vende un producto para el cabello, como en las viejas películas del oeste americano. Días después leí que un grupo de gente había expoliado a una joven que regresaba del trabajo y era exactamente en el lugar donde yo había presenciado el tumulto. Fue entonces cuando asocié ambos hechos. Y no era la primera vez que ocurría, porque la última chica fue robada y pudo regresar a su casa, pero había otras que no habían regresado ni se tenía noticia de ellas. Únicamente por la información de una de ellas que había conseguido escapar supimos que estaban vivas, no sabía dónde, y al servicio de sus secuestradores. Todo hacía pensar que explotadas sexualmente en casas de alterne ubicadas en algunas rutas de camioneros que, sin muchos escrúpulos, sólo ansían vaciar sus miserias sin pararse a pensar en la situación de esclavitud de las chicas de su desahogo. Ya están ellos bastante explotados como para pensar en aquellas chicas por lo demás rodeadas de luces, música, calefacción, copas y molicie, al menos aparentemente. Intentaba restarle gravedad a los hechos pensando que se trataba de un sueño del que no puedes escapar, como suele suceder cuando estás inmerso en él y eres incapaz de correr huyendo del perseguidor porque se te hunden los pies y ya está dándote alcance hasta que súbitamente despiertas y, abandonando la pesadilla, se restablece la realidad. Pero no sé si dentro o fuera del sueño recurría a los periódicos y a las noticias de la radio y la televisión, todo esto producto de la realidad, y la situación era la misma. Aparecen diariamente casos de chicas que han conseguido escapar de sus secuestradores y han denunciado a una red de trata de blancas, chicas rumanas o georgianas o ecuatorianas que, engañadas con un pasaporte gratuito y un contrato de trabajo, son explotadas y recluidas, prácticamente en régimen de encierro y con muy pocas posibilidades de comunicarse con el exterior y de salir a la calle. El contraste con la realidad no me tranquilizaba, más bien al contrario. Me debatía en la duda de optar entre el sueño y la realidad. Y ambos me intranquilizaban. ¿Cómo es posible venir a este mundo y no encontrar un momento de serenidad, de calma, no ya de felicidad? A ella hace tiempo que las circunstancias me han hecho renunciar. ¿Cómo dices eso? Jamás lo hubiera puesto yo en tus labios ni en tu mente. Nunca podemos renunciar a la felicidad. Al contrario. A su consecución deben estar dirigidas todas nuestras fuerzas. ¿Cómo es posible que tú, optimista por naturaleza, hayas dado cobijo a esa rendición? Ciertamente ¿cómo puede oscilar tanto el estado de ánimo para pasar de la euforia al abatimiento? Me debatía, como digo, en la duda de elegir entre sueño y realidad. El sueño te atrapa como en una red de la que no puedes desliarte, la realidad está ahí, no es un sueño, es real, está inevitablemente presente. El sueño permite pensar, al menos, que no es real lo que te está ocurriendo, que puedes aunque con dificultad escapar de él. Éste era el punto en que mi mente se debatía cuando a las 6.50 sonaba la alarma del móvil para salir corriendo hasta el mar donde sumergirme en las aguas purificadoras que, como las de Jericó, me limpian cada día de las pesadillas de la noche.

José Luis Simón Cámara.
San Juan, 25 de noviembre de 2014

26ème Marathon International de Marrakech (25-Enero-2015)

El año pasado decidí que tocaba Boston y este año Chicago, y comentándolo con el grupo de los Maratonianos por el mundo, Chuli me comentó: Marrakech y Chicago, y yo dije vale… Pero me lo pensé, porque no tenía yo muy claro el ir a Marrakech máxime cuando en noviembre me entero que en Gran Canaria va a estar Paula Radcliffe. Pero justo en este mes me dice Chuli, qué vas a hacer porque tenemos que cerrar el hotel, pregunto ¿es que lo tienes reservado? Y con su respuesta que sí, pues venga a Marrakech, saco dorsal, vuelo, tren para Madrid y vamos a por el 33 maratón.

Tras los dos maratones en 6 días no he hecho mucho, además de que la rodilla está tocada, pues últimamente se queja mucho, pero el planteamiento es pasar un fin de semana con mi amigo Chuli y su grupo y correr por una ciudad nueva.

2015-01-24 19.49.44Así que llega el día del viaje, jueves para Madrid me recoge Chuli en la estación, voy a conocer a su mujer, la artista Marisa (que ganas tenía) y para el aeropuerto, donde conozco a parte del maravilloso grupo que le sigue a sus maratones (Ana, Jorge, Rafa y Carlos)… el jueves poco hacemos pues llegamos bastante tarde, así que al Riad Belle Epoque y a descansar.

El viernes por la mañana una de las mías, tengo media horita de rodaje, pero como aprovecho para recorrer las calles serpenteantes de Marrakech, ver la Koutoubia (o mezquita) sus jardines y llegar hasta los Jardines de Menara, volviendo por el Oliveraie Bad Jdid, donde me ha dicho el chico del hotel que es donde va acorrer la gente aquí… pues eso que se alarga un poco el rodaje… y donde me doy cuenta que en este país lo de los pasos de peatones son meras rayas casi inexistentes en el suelo, pues no se les hace caso, y donde no hay casi semáforos, donde cohabitan motos y bicicletas por un carril bici existente en todas las grandes avenidas.

IMG_0553Desayuno, visita al Jardín Majorelle y para la “feria del corredor” a recoger el dorsal, que de feria tiene bastante poco, porque aunque hay varias carpas, solo hay algo en la que se recoge el dorsal y camiseta y en otra en la que te puedes apuntar al maratón (pagando menos que por Internet 🙁 ), según me indican las carpas están preparadas para el sábado por la tarde, pero no nos acercamos… Ya con nuestro dorsal, seguimos de visita por dentro de la Medina, Plaza Jemaa El Fna y el Zoco “El Kesabinne”. Por la noche llega el resto del grupo (Mayte, Jesús, Toli y Enzo).

Sábado rodaje por la mañana con Chuli y Marisa, y día de turismo, donde aunque seguimos las indicaciones de la guía, las intrincadas calles de la Medina hacen que recorramos muchas de sus calles para llegar a la Madersa Ben Youssef y el Palacio Bahía, pero merece la pena. Comemos en un sitio con unas vistas espectaculares de la Plaza y ahí ya se disgrega el grupo. Chuli a descansar que mañana tiene que atacar el sub 3, Marisa y yo a dar una vuelta por el Zoco para ver el Sunset y el resto a tomarse un té a la Mamounia.

IMG_060025 de enero día del maratón. La carrera empieza pronto, 8 de la mañana, quedamos para desayunar, los que vamos a correr (o sea Chui y yo) y Marisa, y un chico de Madrid que está en el hotel, y ya con todo hecho para la salida (donde Toli nos acompaña) en la Avenida Prince Moulay Rachid. En la feria nos comentaron que tomábamos la salida unos 1.500 en la maratón, pero somos muchos menos, aunque da igual el número de participantes, se respira ese aire de intranquilidad previo a disputar un maratón, que por muchos que lleves siempre es una incógnita como va a salir. Fotos, buenos deseos, visita al aseo y para la salida… donde hay como 6 arcos de salida, y donde la élite se coloca como 50 metros por delante nuestro. Disparo de salida y a correr, ¿qué quiero hacer? ni idea, entre 3:20-3:25 creo que sale por como me encuentro. Es una maratón donde podrían perfectamente correr 20.000 personas pues son avenidas anchas, bordeando la ciudad de Marrakech, sobre todo la muralla de la Medina. Ya en carrera bordeamos el Jardín de la Menara y la Olivera donde estuve el viernes y en el km 7 y algo nos encontramos con parte del grupo animando (que alegría más grande). OLYMPUS DIGITAL CAMERAEn el Km 9 enfilamos una de las zonas, para mi más bonitas del circuito, es una avenida larguísima que se hace pesada (como casi todo el circuito) pero con las vistas del Atlas al fondo, una majestuosa cadena montañosa toda nevada… una vez de vuelta bordeamos y atravesamos los jardines Agdal y en el km 15 Marisa y Toli nos esperan para animarnos. En el km 18 la única cuestecilla de 4 metros de la carrera, un puentecillo para atravesar el “río” Oued Issil, pasando por un campo de golf (incongruencias del ser humano) y pasamos el km 20 y la media maratón, pero como los kilómetros no están marcados, ni idea de tiempos, pero vamos voy cómoda así que más o menos bien…. No he dicho que en los avituallamientos hay agua en botella, naranjas y mandarinas (lo de pelar una mandarina se me resulta curioso jaja) y unas bolsitas con pasas y dátiles que en el primero no cojo, pero me doy cuenta que luego los niños lo piden, así que las cojo para dárselas… Lo mejor de la carrera es ver a los niños con caras sonrientes y que buscan el que les choques la mano, por otra parte mucha animación no hay.

20000323_5178Vamos paralelos al río más o menos hasta el km 25, donde giramos para dirigirnos al Palmeral, y ahí en el km 30 me sale un “no puede ser”, me encuentro a mi amigo Chuli al que problemas de estómago le apartan de su marca merecida, me acoplo a su ritmo y vamos juntos, bordeamos otro campo de Golf, pero en el 35 se tiene que parar, y yo no puedo porque mi rodilla si me paro se bloquea y no me deja continuar, así que con mucha pena tengo que continuar (a veces el maratón es muy injusto)… Llegando casi al km 36 veo a todo el grupo animando, me acerco les digo lo de Chuli, y me doy cuenta que llevan una pancarta con mi nombre, es mi primera pancarta y de verdad que casi se me saltan las lágrimas… que unas personas que no me conocían de nada hagan esto, no tengo palabras, bueno si MUCHAS GRACIAS.

Empiezan los kilómetros malos del maratón, y en esta ocasión más malos todavía, al ser avenidas grandes, el tráfico sigue su curso por el otro carril, en el circuito se han atravesado alguna motillo y bici (una vez me tuve que parar), pero lo que hacen a partir del 38 no tienen sentido, vas casi al lado de los coches, pasando la Universidad, en una avenida que es bastante fea, con lo que se hace más duro, volvemos a enfilar la Avd Mohammed VI y giramos para el km 42, y ahí ya lo desagradable total, juntan el maratón con la infinidad de corredores de la media (y carreras de niños) con lo que llegas en un mogollón, que indica que les da igual el esfuerzo que hayan hecho los corredores del maratón, te dan una medalla (no la cuelgan, porque con la cantidad de gente que hay imposible) que es igual para unos que para otros, te empujan, dan codazos (me lleve uno de una chica que me enfadó bastante) y para coger una botella de agua hay que pelearse, dan una mandarina que tiran al aire para que la cazes y ya está… ya se acabó la maratón…

20000323_5207Salgo de esa zona de caos, y voy a ver si veo llegar a Chuli, me encuentro con el grupo y llega Chuli, que es un ejemplo a seguir, problemas desde el 20, pero es su 20 maratón y llega como un campeón…

Marrakech una ciudad caos, que se ve descuidada pero no sucia, donde si no te gusta el arte del regateo yo por lo menos no estoy cómoda, que te estén pidiendo o preguntado todo el rato, no me gusta, no me gusta la sensación de que están engañándome o que yo si compro una cosa por debajo del precio que me han dicho, me vaya con la sensación de que soy yo la que les falto al respeto… pero tienes cosas bonitas como la puesta de sol o la visión de las cigüeñas y el Atlas… Lo mejor de todo del viaje para mí, desde luego el grupo maravilloso que me ha acogido como una más, con los que me lo he pasado genial, muchas gracias… como siempre digo en este mundillo correril hay muchas bellísimas personas que tengo la suerte de conocer.

Gracias a Chuli, a Marisa (eres una gran ejemplo a seguir Marisa, creo que personas como tu deberían contar su historia, para que veamos la capacidad de superación que se puede tener, que a veces nos quejamos porque nos duele una uña 😉 ), a todo el grupo… y por su puesto a los que llevo yo en el corazón (que esta vez no los enumero que cada vez la lista es más grande, pero sabéis quien sois), pero si que quiero mencionar especialmente a dos amigas: Noe, que me arregló la espalda y rodilla y sé que lo suyo se va a pasar y tengo ganas de que te apuntes a una de estas historias, porque se que tú lo ibas a disfrutar mucho, y para Leticia que justo cuando yo estaba en Marrakech terminó con la oposición que tanto ha peleado, esperemos que con resultado satisfactorio (yo estoy convencida que sí) y que has demostrado que por muchos obstáculos que se pongan en el camino, se puede.

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Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Pili F45+ 3:18:16 136 1

Estampas campestres. 1.

Por los cristales de la puerta exterior de la casa chorreaban las gotas de lluvia racheada que desfiguraban las siluetas de los vecinos pasando por la amplia acera. El niño, profundamente dormido, comenzaba a despertarse y estiraba brazos y piernas recreándose en un intento de prolongar el sueño reparador. –¡Qué bien he dormido! Exclamó. ¿Me puedes poner la rebeca? En la cocina no cesaba el bullicio de vasos, tazas, galletas y mermeladas de la mañana preparando el desayuno. Estábamos en El Siscar. Mi hijo desde Pensilvania haciendo juegos de guerra en el ejército americano en previsión de un futuro que a veces se adelanta al pasado. Cuando venimos al pueblo donde nací, al levantarnos son otras las perspectivas. Casi siempre me adelanto al resto y, si no voy solo corriendo hasta la Mina o con amigos hasta el Pico del Águila, voy a tomarme un café al bar del Seva, donde suelo encontrarme con conocidos desde la infancia, Antonio el Lindo, siempre optimista, que no piensa ni por un momento reducir su abultada barriga con lo que le ha costado conseguirla, o José el Gallina, siempre cojeando y esperando operarse de la rodilla cuando lo llamen, o Pepe el Garajista, ya tiempo jubilado y ahora ayudante del cura en la sacristía, o Rafael el carpintero, desde siempre cojo por una polio infantil, o mi primo Antonio el albañil, ya retirado del oficio por edad y por lesiones en las piernas y ahora cuidador de caballos con los que pasea su soledad en la carriola. Regreso a casa y ya están los peques por el patio o la cocina, la niña viendo dibujos animados o colocándose ropas, el niño con la caja de herramientas por el suelo o llenando de ramas la estufa o con las tijeras de podar. Podemos hacer varias cosas, la más a mano es visitar a Pepe, el vecino, con su inmensa jaula de pájaros diminutos y otras pequeñas donde tiene ninfas, perdices, canarios. Los periquitos forman un arco iris de colores. Una de las perdices se mueve con el cuello vuelto hacia atrás, como si tuviera alguna lesión permanente. Es lo primero que solemos hacer. El pequeño siempre intenta desprender una caña de apoyo en la jaula y rozar a los pájaros. Después ya nos vamos hacia la acequia donde están las cuadras al aire libre de Pepito el de los cherros. Puede haber entre 500 y 600 de todos los tamaños y edades, desde los que beben leche en un gran biberón instalado en un cubo metálico como si estuvieran amamantándose, hasta las vacas con ubres gigantes y los terneros ya de 400 kilos. Por en medio las gallinas del terreno, las americanas, los pavos, algún cerdo revolcándose en el estiércol de su cerca. No siempre vemos a Pepito. Siempre están por allí los chicos que trabajan con él, últimamente negros o árabes; también suele ayudarles a cambio de un lecho de paja para dormir un joven con pocas luces, como su padre, el “Paisano”, chico de mi edad al que conocía desde la Aparecida y muerto de desatención hace ya unos años. Su hijo, muy afable con mis nietos, se mueve entre el ganado mejor que por el asfalto. Los animales, que lo huelen, lo tratan con más cariño que la gente de los bares hasta donde lleva el olor del establo. Mis nietos no se irían de allí cuando llegan. Además de los animales, que se dejan picotear el lomo por los pájaros en busca de parásitos, están los tractores por cualquier sitio. Se suben a ellos, los manipulan, se bajan, persiguen a las gallinas, meten los pies en el estiércol y las manos casi en la boca de los animales, echan paja a los terneros y no saben a qué atender con tantos estímulos y tan diferentes a sus hábitos diarios. Siempre resulta costoso sacarlos de allí, más bien hay que arrancarlos a la fuerza con la promesa de regresar la próxima vez que volvamos al pueblo.

José Luis Simón Cámara.
San Juan, navidades del 2014.

Crónica de un día brutal

Correr y escalar; entrenamiento perfecto

IMG_5072Cuando me lo propuso mi amigo Jose, no me lo pensé, hacer la integral de Bernia escalando y corriendo, o sea, por toda la cresta de Bernia.

Salimos de Alicante a las 7 de la mañana hacia una urbanización de Altea la Vella, que es desde donde empezaremos la aventura, en las mochilas los arneses, mosquetones, cuerdas y cascos.

Empezamos a correr hacia la bernia, pasamos por el fortí y le pegamos la vuelta a la bernia, pasamos por el forat y por ahí, subimos a la cresta, ahí nos colocamos el arnés, casco y demás y seguimos por la cresta hasta la primera bajada, un poco de formación de cómo tenía que colocar la cuerda y demás y a bajar, primero baja Jose para que vea como se hace y luego yo, ese momento de dejarse caer al vacío colgado de una cuerda, no tiene precio, emoción y acojono todo junto, completamos la primera bajada con éxito hasta la segunda bajada, una pared de 15 metros que había que bajar rapelando y esta vez bajaba yo primero, brutal, el corazón a 1000 pero seguro de estar con una persona muy experimentada, baje un poco torpe pero bien, ahora tocaba seguir por la cresta y Jose me sujeto una cuerda a él, para ir los dos atados, me dijo que si él se caía yo tenía que tirarme al otro lado de la cresta, ahí me acojone de verdad.

IMG_5091Llega una subida que nos tenemos que enganchar otra vez, sube Jose primero y cuando asegura, subo yo que tenía que ir desenganchando los mosquetones y colgármelos en mi arnés, acojonante, Jose me decía, tranquilo que no te caes, en ese momento no tienes más narices que confiar.

Así fuimos hasta que enlazamos con el tramo de la perimetral ahí nos quitamos los trastos de escalar y a correr y andar pasando por el punto más alto de la bernia hasta el coche.

Un día inolvidable.

Mi agradecimiento a Jose por confiar conmigo para esta aventura y por cuidar de mí y protegerme en la montaña, y particularmente me sentí muy seguro y protegido.


CARRERA DE MONTAÑA: 5:54’39.4
DISTANCIA: 18,80 km
ASCENSO: 1.614 m
DESCENSO: 1.598 m