Juanma me pidió que os contara mi experiencia en esta prueba del KV Vertical Gandía con la esperanza de que os motive a alguno a realizarla el próximo año.
Pero antes os contaré que esta ha sido mi tercera vez inscrita en este evento pero la primera vez que llegaba a participar realmente, pues en las dos ocasiones anteriores, por razones que ahora no recuerdo bien, tuve que cambiar de planes a última hora.
Fue Alberto (amigo de A Tó Trapo de Xàtiva, aunque él aclarará que es de Enova) quien me animó a apuntarme. Es cierto que los primeros días de enero no parecen fechas muy propicias para estrenar el año con una carrera corta y explosiva, pero en mi caso, el saber que mi cuerpo estaba bien abastecido de jamones, turrones y roscones (cuantas delicias acaban en “-ones”, ¡uf!) me infundía consuelo. Sospechaba que no iba a ser la única que llevara a cuestas un kilito o dos extra; así, estas fiestas nos igualaban a todos como pocas veces volverá a ocurrir dentro del calendario deportivo.
Lo que sí que era distinto en mi caso es que iba casi de estreno. ¡Hacía nueve meses que no me colocaba un dorsal! El último había sido casualmente en otro KV, el del Puig Campana, allá por abril de 2015. Debido a esta falta de costumbre olvidé echar en el bolso la camiseta oficial roji-verde de ATT que tanto me gusta y que tan buena suerte me da siempre (perdón, presi…).
En definitiva: a mí, si hay alguien que no lo sepa ya, las carreras con mucha subida me gustan. Mucho. Muchísimo. Me dan morbo, hacen que me sienta… un poco… no sé, entre sexy y animal. Aunque siendo siendo estrictos, he de decir que esta carrera no es realmente un KV como reza su nombre, ni siquiera sería una carrera vertical. Aquí van un par de definiciones extraídas del Reglamento de Carreras por Montaña de la FEDME:
Carrera vertical:
“Las competiciones de Carrera Vertical constarán de una única subida, permitiéndose un máximo del 5% de bajadas propias de las características del terreno y no provocadas. El desnivel mínimo en subida será de 700 metros. La distancia máxima será de 8 kilómetros.”
Siendo KV Gandía cronometrable durante 13 km (y no 8 como mucho), ya no califica como carrera vertical. Mucho menos como KV:
“Sólo se considerará Kilómetro Vertical aquella competición de 1.000 metros de desnivel positivo entre salida y llegada (+/- 5% tolerancia) que se desarrolle sobre terreno irregular de gran pendiente, el recorrido del cual no exceda de 5 km.”
Pero bueno, nos entendemos entre nosotros, ¿verdad? Y subir a la cima del Mondúver es siempre gratificante.
Jaime “el espíquer” (Sense Límits) anima la salida en una zona de la ciudad de Gandía conocida como el Barranco de Beniopa. Los corredores salimos en tres grupos cajones escalonados con 5 minutos de diferencia entre ellos. En el momento de hacer la inscripción cada corredor elige libremente en qué cajón salir. Como no tenía referencias y sabía de mi deficitario entrenamiento, opté por salir en el último, pensando que iría más cómoda con menos gente respirándome en la nuca. Posiblemente no fue una buena decisión, pues adelanté desde muy temprano a mucha gente y pasé valiosísimos segundos esperando que se disolvieran los atascos en las sendas. Esto lo pensaba, pero no me preocupaba gran cosa y cada parón me servía para recuperar y volver a arrancar con más fuerza.
El trazado me pareció cómodo y muy asequible, pues los 7 primeros kilómetros son prácticamente llanos y anchos. Imposible que se formen tapones. Luego llega la subida con fuerte pendiente, pero al ser esta la parte en la que yo disfruto, se me pasó en un abrir y cerrar de ojos. Veía la hilera de gente por delante ascendiendo poquito a poco y de vez en cuando miraba hacia el mar para regalarme la vista con el paisaje. Llegué a meta casi sin darme cuenta y allí recibí la bonita sorpresa de que mi Luis y mi Roma estaban allí esperándome. Corría un fuerte viento y el poncho de plástico que nos daba la organización en meta se agitaba ruidosamente. Tras esperar a Alberto un par de minutos, bajamos juntos por el trazado indicado por la Organización, conversando animadamente.
En total, 13.7 km de carrera con un desnivel positivo acumulado de 1.120 m en 2 horas y 1 minuto, más otros 4 km para bajar hasta el área recreativa de la urbanización Font de la Drova, donde estaba el catering que ofrecía la organización. La bolsa del corredor incluía una bonita camiseta de algodón conmemorando el 15º aniversario de este evento y un buff. En meta había masajistas y un catering muy completo con bollería, hot dogs, caldo calentito, sándwiches, fruta, cerveza, entre otras cosas.
Allí pude saludar a Sofía García (la ganadora) y a Rosi Llorens (que llegó segunda) y esperaban a subir al podio. Rosi es de Cuenca y fue allí donde la conocí hace unos años. De esos encuentros breves, pero es volverla a ver y saludarnos con mucho cariño. Tengo que regresar a Cuenca, me parece un lugar precioso y nunca he competido allí…
Alberto, Jessica Mataix, Sofía… Estos son los agradables rostros que te alegras de ver en las carreras. Significa que todo sigue en su sitio. Estoy feliz de haber vuelto y de haber acabado con tan buenas sensaciones la primera carrera de un año que espero que sea, sobre todo, divertido. La emoción me dura dos días después y me noto con una vitalidad desacostumbrada últimamente. Las montañas y los montañeros me dan vida. Gracias por estar allí.
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre |
Categoría |
Tiempo |
Puesto General |
Puesto Categoría |
Verena |
VET FEM |
2:01:13 |
231 |
8 |
Alberto |
VET MASC |
2:10:23 |
329 |
125 |
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