El todavía presidente de EEUU por unas semanas, Barak Obama, hace su última visita oficial a Europa para despedirse de sus socios durante estos años.
No acude en primer lugar a Londres, su aliado inquebrantable, ni a París, antigua capital de la cultura, ni al gendarme económico, Berlín. Ni siquiera a Bruselas, sede de la Unión Europea.
Su primera parada es en Atenas, el país peor maltratado por la comunidad económica europea, que ha quitado y puesto ministros y castigos a su antojo en la cuna y sepultura de la democracia. Y allí, además del gesto simbólico de su presencia, ha vuelto a plantear algunas cuestiones de la mayor actualidad como que sólo la austeridad no ayuda a los países en crisis a salir de su situación. Esos países, era innecesario decir a quién o quiénes se refería, necesitan apoyo económico y político, necesitan unos plazos que les permitan recuperarse y sacar poco a poco los pies del plato.
“Es necesario el alivio de la deuda para contribuir a reanudar el crecimiento. La austeridad por sí sola no genera prosperidad. Nos complace ver el progreso que se ha hecho…y queremos seguir codo con codo con el pueblo griego durante este proceso”.
Elogió a Tsipras por mantener elevado el gasto militar, necesario para la defensa del sistema de libertades occidental y también por el recibimiento que la sociedad griega ha dado a los refugiados.
Alertó además ante el auge del nacionalismo étnico y del integrismo religioso. “Debemos ser vigilantes ante el aumento de una especie vulgar de nacionalismo o identidad étnica o tribalismo y del fundamentalismo religioso que se construyen alrededor de un nosotros y de un ellos”. “Sabemos lo que ocurre cuando los europeos empiezan a dividirse y a enfatizar sus diferencias y competir entre ellos… El siglo XX fue un baño de sangre. Y, pese a todas las frustraciones y fracasos del proyecto para unificar Europa, las últimas cinco décadas han sido un período de paz, prosperidad y crecimiento sin precedentes”.
También en la Acrópolis, cerca del Ágora donde se reunían los atenienses en lo que podríamos considerar el primer foro de debate conocido de la historia, y quizá pensando en las recientes y sorpresivas elecciones en su país, habló de democracia.
“La democracia, pese a todas sus dificultades, es la mejor de todas las alternativas porque es el modelo que permite superar pacíficamente diferencias y corregir errores”. “La grandeza de la democracia es su capacidad de sostenerse a pesar de los hombres que la representan”.
Pues bien, contra ese presidente que ha braceado a contracorriente en su país y fuera de él para introducir mejoras que en muchos casos se han quedado en el tintero, acaban de manifestarse, tienen todo su derecho pero también yo para criticarlos, grupos de jóvenes, sindicatos, partidos extraparlamentarios y colectivos anarquistas, todos ellos autodenominados izquierdistas.
Protestar contra quien trata de eliminar las cadenas o al menos de aflojarlas es como tirar piedras contra su propio tejado.
No sé si más que reacciones propias del izquierdismo lo son más bien del cretinismo.
San Juan, 18 de noviembre de 2016.
José Luis Simón Cámara.
Cretinos hay de todos los colores.
la historia hará grande a Obama, Un oasis en la vulgaridad, Un líder
Gracias
Cretinismo
Y ahora Trump, presidente de la 1@ potencia del mundo…