El fin justifica los medios

No importa pisotear los derechos de las minorías en el Parlamento catalán, incluso los de aquellos que con su tibieza y ambigüedad lo posibilitan.

No importa reprochar al Estado que se resiste al monólogo, no al diálogo.

No importa estimular el desprecio hacia todos los que se enfrentan o simplemente osan poner en duda la limpieza de sus planteamientos.

No importa si se recurre a los sectores más acomodaticios y rancios de la iglesia, como ya tuvo oportunidad de demostrar en distintas latitudes y épocas, sea con Franco, Pinochet o Eta, bendiciendo los cañones, cantando tedeums de acción de gracias o cobijando en sus sacristías a los del tiro en la nuca.

No importa si se tiende una trampa a la policía, incumpliendo el compromiso de evitar la entrada de la gente, soliviantada contra los legítimos poderes del Estado.

No importa propagar, ya desmentidas, imágenes de policías rompiendo uno a uno los dedos de una patriota mientras le manosean las tetas para humillarla.

No importa si, aprovechando las generosas transferencias autonómicas, como Educación, se han utilizado para sembrar en las mentes inocentes de los jóvenes el veneno de la falsedad histórica, el desprecio de esa España que los avasalla, atropella y roba.

No importa si, valiéndose de subvenciones distribuidas entre sus adeptos, especialmente entre los medios de información, se ha conseguido hacer creer a la sociedad catalana que hay menosprecio por parte del resto del país.

No importa si los abanderados de la independencia han estado vaciando las arcas del gobierno y de la sociedad que dicen defender.

No importa si esos mismos dirigentes, que quieren mantener a su pueblo en la inmersión lingüística provinciana y excluyente de una de las lenguas más universales, han estudiado y llevan a sus hijos a estudiar en los foros internacionales.

No importa la compra de la cohorte de sedicentes intelectuales, estómagos agradecidos, firmantes de manifiestos de los incontables agravios de la historia falseada a propósito acariciándose la barriga de sus pretendidos méritos.

No importa denunciar ante la comunidad internacional el pisoteo de los derechos de los ciudadanos, ellos que han pisoteado todos los derechos y deberes de los que emana su autoridad.

No importa vulnerar la Constitución que fue votada por la inmensa mayoría de los ciudadanos catalanes y del resto de España y de la que dimana el poder de la Generalitat.

No importa, grave incongruencia, si ante algunas decisiones administrativas desfavorables se recurre a los tribunales de los que se abomina.

No importa el empecinamiento en mantener la convocatoria del referéndum contra todas las decisiones de los órganos democráticos del Estado de derecho, a sabiendas de que los procedimientos para impedirlo implicarían violencia, casi siempre rechazable, pero en el fondo pretendida para poder ofrecer al mundo imágenes del Estado opresor que impide la expresión de las libertades de un pueblo sojuzgado.

Todo esto no importa nada.

Lo único que importa es la independencia aunque sea fracturando la convivencia, en muchos casos ya irreparable, entre los propios catalanes y con el resto del país.

Ahora ya está muy claro. Eso es lo único que importa.

El fin justifica los medios.

San Juan, 5 de octubre de 2017
J. L. Simón Cámara

Trail2Heaven 25k – Benasque (9-Septiembre-2017)

Pues aquí va mi crónica del Trail2Heaven 25k.

Siguiendo el consejo de Sergio seguir sumando distancias cortas para no acabar sin piernas(o sin ganas), me inscribí en el Trail2Heaven 25k de Benasque

No había corrido nunca en altura como la del Pirineo aunque pensaba que había entrenado bien para la prueba. Julio y agosto me ha permitido salir bastante a acumular km a pesar del calor y allí nos plantamos mi buen amigo de la infancia Gustavo Lubian y yo.

Después de un relajado viaje hasta Benasque nos acercamos a recoger el dorsal y a escuchar la charla técnica, sobre todo por la previsión cambiante del tiempo. Nos informaron de que la temperatura pasaría de 5º a -5º con lluvia en las horas finales de nuestra carrera, aunque los que lo pasarían peor serían los del 48k. Este cambio se dio en todo el Pirineo y gracias a Dios el gran Cristian pudo contarlo en su Canfranc-Canfranc. También nos indican varios puntos prohibidos para correr por seguridad.

Amanezco con el cuello rígido y dolor de espalda, regalo de los 740km de coche. Bajamos a desayunar y la aspirina y algo de antiinflamatorio me dan un respiro. Mientras vemos la salida de los 48k en Llanos de Hospital, empieza a llover y nos dirigimos al corralito con tiempo por la revisión de material. A calentar. Foto por aquí, foto por allá…pierdo el móvil que el speaker anuncia que ha encontrado…a ver que me pasa más,jaja. Del cuello ya no me acuerdo, buena señal.

Nos juntamos como un rebaño por la lluvia y dan la salida puntual a las 9:30 y salimos para llegar hasta La Renclusa. Las primeras subidas son un poco apelotonadas pero vamos contentos y disfrutando del paraje. Tienes que ir concentrado pero es difícil no querer levantar la vista mientras seguimos subiendo.

Adelantamos a gente y otros nos adelantan, estamos pagando un poco la altura, por encima de 2000 metros es cosa nuevísima para nosotros. Me voy encontrando mejor y sigo tirando para arriba por unas zetas que impresionan con el valle de fondo. Gus se queda un poco atrás, está teniendo problemas con el estómago, pero sigue contento. Con estas llegamos al Mirador del Aneto a casi 2400 y nos invitan a darnos la vuelta a mirar a un Aneto oculto por las nubes, pero al menos saldrá la foto.

Empiezo a bajar rápido, fijándome en otros corredores para mejorar en técnica. Aunque llegue a caerme 2 veces, todo sin consecuencias, bajé tan rápido que tuve que esperar casi 10 minutos a mi compi en el avituallamiento en el km.10. Gracias a la organización estamos a cubierto y calentitos por que no ha dejado de llover en todo el tiempo. Como dicen los grandes de por aquí, si no llueve y no hace frio no es una carrera de montaña.

Llega Gustavo y emprendemos la baja de casi 1500- en los próximos 15km solo alternados con unas cuantas subidas que nos llevaran a Benasque de nuevo. La travesía es impresionante hasta el pueblo y vamos bajando a buen ritmo. Tenemos algo de asfalto pero el 90% es pista y senda. Hasta llegar al último avituallamiento vamos genial de piernas y disfrutando al máximo. La gente que nos vamos encontrando saluda y anima sin parar. Ya sean senderistas, voluntarios y gente de la zona.

Avistamos Benasque y vamos pensando que todo ha pasado volando, supongo que será porque lo hemos disfrutado al máximo. La entrada al pueblo es fantástica, con la gente aplaudiendo en cada calle y sobre todo en la llegada a meta donde los corredores rapidos, familiares, amigos etc. llenan las terrazas y te animan a hacer el último esfuerzo.

Muy contento y satisfecho con el tiempo. Seguimos aprendiendo y sobre todo disfrutando de la montaña. Espero estar a la altura en la Falco de diciembre.

Un abrazo a todos y todas.

Jaume Cangrejo

Triatlón Cross Santa Pola (24-Septiembre-2017)

Hace ya 2 años que no me apuntaba esta prueba. Un parón de competiciones motivado por una dolencia en la cadera, tras un atropello de coche mientras practicaba ciclismo, fue el desencadenante de que no haya hecho triatlones ni carreras en todo el 2016.

Este verano ya empecé a acompañar a amistades de manera suave en un par de triatlones, después de haberme recuperado.

De hecho Jesús ya me estaba pidiendo crónicas.

Para mi ,este triatlón es el mejor sin duda en cuanto a ambiente y organización de toda la región de Alicante y Murcia. Antes lo organizaba el club de atletismo de Santa Pola, pero desavenencias entre el ayuntamiento y el club, estuvieron a punto de hacer suspender esta prueba, que en principio, como de costumbre, se solía hacer en Junio.

Al final una empresa de eventos retomó la prueba, así que no dudé en apuntarme.

Este año ha sido un poco más cara, sin la típica toalla de Santa Pola (que aficionado a las carreras no tiene alguna en casa?, y menos multitudinaria que otras veces ya que hemos sido 450 en vez de los 700 que fuimos otros años).

La prueba en si, consiste en nadar 1km en las aguas tranquilas y cálidas de la bahía, 18km por la sierra de Santa Pola con la bici de montaña y acabar corriendo 5km, la mitad de ellos paralelo al mar.

Una vez allí , minutos antes de la prueba , me encuentro con Juan Carlos ya en la playa, enfundados en nuestros monos de lycra y encima con gorros rosa (al final va tener razón Jesús en que esto parece un desfile de belleza).

Lastima que no volviésemos a vernos entre la multitud para sacarnos una foto.

Este año decidí probar mi forma después del parón y salir con los primeros en el agua para no recibir golpes,

Me salió bien la jugada y salí entre los 10 primeros del mar, pero el sobreesfuerzo lo acusé y en la bici me adelantaron bastantes. Preferí hacerlo asi,no arriesgar en el sector ciclista y caerme en alguna zona de piedras y que en el trabajo me pongan “una medalla” al día siguiente en el brazo roto. Además, sabia que si entraba fresco en la carrera como es mi fuerte, adelantaría a bastantes.

Finalice el 15 de mi categoría y el 23 en la general de los mas de 400 participantes,  así que muy contento, con un tiempo de 1hora21minutos, a 8 minutos del ganador, Miguel Ángel Villa Escusa de Triatlón Almansa.

Los avituallamientos y el resto de cosas de la carrera ,como otros años, bastante bien. Lo que más me ha gustado este año ha sido la disposición de los boxes que ha hecho más fácil ver la prueba para el publico ya que antes eran a lo largo de la calle y se perdía mucho tiempo en las transiciones e impedía ver bien los diferentes sectores a los espectadores.

Espero que las desavenencias y los politiqueos de turno no hagan desparecer la prueba, e independientemente de quien lo organice ,que sigamos disfrutando de este triatlón que tanto merece la pena hacer, ya que es muy popular y te puedes encontrar desde a los más “pros” galopando sobre monturas de carbono de miles de euros, hasta el mas novato con una bici del decathlon y en bañador, sin que por ello te pongan demasiadas restricciones de tiempo o fuera de control. Así deberían ser TODAS las pruebas.

Pensando ya en la temporada que viene, luciendo el mono de A To Trapo, y deseando salud y energía a todos los compañeros de A To Trapo me despido.

Un saludo a todos

Jorge

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
JORGE RODRIGUEZ ALONSO ABM 1:21:50 142 15
JUAN CARLOS DE CABO BLASCO V1M 1:42:11 301 102

Circuito de la Marina Alta 2017

Lo primero es pedir perdón por la tardanza de esta crónica que se me había olvidado y con la llegada del verano el trabajo se incrementa y no encuentras tiempo.

Vamos a lo realmente importante. Como sabéis llevo varios años realizando este circuito y es muy completo para mantenimiento.

Actualmente el circuito consta de 12 pruebas que suelen empezar en febrero y acabar en junio. Si contamos son cinco meses, pero realmente son tres pues hay semanas que se interrumpe el circuito. Así nos salimos de la rutina habitual de entrenamiento y si no puedes asistir alguna de las pruebas no pasa nada con hacer cuatro o cinco ya amortizas lo que has pagado por las 12 pruebas.

Las distancias suelen ser de 10km y los recorridos son variables, unos con más cuestas que otros. Destacaremos la carrera del Poble Nou de Benitachell, este año es la primera vez que la hago, por la cantidad de cuestas y además porque son muy exigentes. Este año solo he podido realizar la mitad del circuito: Xabia, Denia, El Poble Nou de Benitachell, Teulada, Jesús Pobre y Benisa. Así que no he hecho una gran temporada como el año pasado, pero ahí estamos trabajando para la próxima.

Os animo a participar, se vive un gran ambiente, unos 1800 participantes además de las incorporaciones individuales de cada carrera.

Eso es todo, no se olviden, sean felices, sigan corriendo porque correr es placer.

Gran Trail Aneto-Posets 2017 (21-Julio-2017)

Un pirineo extremo, un recorrido infinito.

Bienvenidos al rey del Pirineo. Altivo, con sus glaciares resistiendo al calentamiento global y sus verdes prados, y sus pinos, y su agua rebosando por cualquier rincón incluso en un año de sequía.

Pues allí nos fuimos dos cuñados bienavenidos, Jose Francisco Gosalbez Iborra (Gosa) y Jesús Santana Ródenas (Jesús jr), con nuestras incondicionales familias a enfrentarnos a un nuevo reto. A un reto formidable, que nos pondría a prueba durante más de 33 horas (con dos noches interminables incluidas). Pero vayamos por partes…

Antes de correr…

Después de haber entrenado este año lo que honradamente hemos podido (siempre menos de lo que nos gustaría), nos embarcamos rumbo a nuestra primera ultra trail pirenaica: 110 km y 6500 m de desnivel positivo. Instalamos nuestro cuartel general en la Casa la Viña de Chía a 15 km de Benasque (más o menos 15 minutos en coche).

Ya tenemos el dorsal y hemos pasado un exhaustivo control de material obligatorio. Hemos firmado un documento declarando que no haremos ningún cambio en la mochila después de la revisión. Nos han puesto un localizador GPS que permitirá seguirnos y saber en todo momento por donde vamos.  Damos nuestro primer paseo por la villa medieval de Benasque, que sería un Chamonix en nuestro país, aunque menos glamuroso y más familiar.

La salida.

Después de un día en el que no parecía pasar el tiempo, entramos en el corralito un poco antes de las 12.00 de la noche. Somos de los primeros en entrar, ya estamos ansiosos por salir. Poco a poco van llegando el resto de los 300 y pico compañeros de aventura. Suena la música, se desgañita el spiker, nos brillan los ojitos, estamos muy ilusionados. El pueblo entero está en la calle, mezclado con nuestras familias y nos arropa. Se apagan todas las luces, encendemos los frontales y salimos por la calle principal repleta de público, aplausos y ánimos… La salida del Gran Trail ha sido uno de los momentos más emocionantes en mi vida de corredor.

La primera noche.

Después de tan emocionante salida y casi con lágrimas en los ojos, la oscuridad de la noche nos devuelve de golpe a la realidad, Ay madre, ¿dónde nos hemos metido?

El nudo en el estómago no es una frase hecha delante de tantos kilómetros, collados, subidas y bajadas… Pero no hay mucho tiempo de pensar ya que tenemos que pasar el primer corte en la Renclusa a 20km y no podemos despistarnos o adiós aventura. La verdad es que salimos más rápido de lo que había calculado, muy concentrados y con las fuerzas intactas. Corremos en todos los sitios en los que se puede y pasamos por los Baños de Benasque en poco más de una hora. Aquí vemos a nuestra familia animándonos por última vez hasta mañana por la tarde que volvamos a pasar por Benasque.  Aquí empieza la lluvia que nos acompañará 5 o 6 horas para darle épica a la carrera. Qué poco apetece mojarse al principio de la noche sabiendo que esto nos hará pasar frío según ganemos altura. Pasamos el corte en el refugio de la Renclusa con desahogo (más de una hora antes del cierre). Un caldito calentito (Aneto, por supuesto), cambio de ropa y después de una bajadita a la zona de Aigüalluts comienza la temida subida al Collado de Salenques. Es larga y pendiente, por un caos de bloques graníticos que dificultan la progresión. Pienso en cómo habrán pasado los primeros casi volando, sin apenas tocar el suelo y la verdad, me cago en mi suerte tratando de no resbalarme con las rocas mojadas por la lluvia. Afortunadamente el granito es áspero como un demonio y la suela se agarra bastante bien.  Amanece en el Collado de Salenques con las nieves del Aneto a la espalda, imposible contar tanta belleza con palabras. Tendrás que ir para verlo tú mismo.

La vuelta al Aneto.

Hace frío. No hay tiempo para la poesía, ni para hacer fotos. Sacamos los guantes, bebemos un poco y tiritando devolvemos una palabra amable a los voluntarios que están controlando este punto de paso. Dos horas antes del corte, y encima se ha hecho de día. Enfilamos una bajada técnica con más bloques de granito y hacia el siguiente collado. Lo superamos por fin y empezamos a transitar por una zona de ibones. Estamos en la alta montaña, por encima de los 2.700 metros y estos lagos son una maravilla. ¡Qué grande es esto y que pequeños nosotros! Paramos algo en el refugio de Llauset y disfrutamos un poco del margen de tiempo que llevamos de adelanto sobre los cortes. De aquí al Collado de Vallibierna una nueva subida empinada. Luego bordeamos dos nuevos ibones que son espejos relucientes. La bajada al refugio de Coronas es pedregosa e incómoda, pero todo se acaba. En este avituallamiento, como en casi todos, varios corredores se retiran reventados y se justifican entre sí los motivos de su retirada. Lesiones, llagas, diarreas… La mitad de los 330 corredores que tomamos ayer la salida se retirarán en algún punto del recorrido.

En Coronas empieza la subida a la Tuca de Estibafreda 2.800 m, que es una novedad en la edición de este año y que nunca se había hecho. Bosque, prados y la luna. La parte final de lo que llaman Sierra Negra recuerda a estar en la Luna o a subir un volcán en los Andes. Es un pedregal inmenso de roca oscura y rojiza con una pendiente considerable. Coronamos y al otro lado del valle se levanta el macizo del Aneto, puesto ahí para que nosotros disfrutemos de su vista. Descendemos el cordal y de aquí a Benasque hay casi 2.000 m de desnivel negativo que acaban por hacerse pesados.  Muy pesados. Casi llegando al río Ésera nos adelantan los primeros corredores de la vuelta al Aneto. Son dos que van charrando entre ellos como si tal cosa…, llegaron juntos a meta después de hacer todo el recorrido juntos.

Hace calor. Llevamos más de 14 horas de carrera y se nos atraganta un poco la llegada al pueblo. En cuanto pisamos sus calles la gente se vuelca en animarnos como si estuviésemos llegando a meta y fuésemos los ganadores. Nos llevan en volandas hasta el polideportivo, allí nuestra familia nos recibe como héroes y nos preguntan 1000 veces que necesitamos, que queremos comer, cómo estamos… Cogemos la bolsa de vida, nos duchamos y cambiamos de ropa.

Estaría bien que la carrera se hubiese acabado aquí, pero aún queda la vuelta al Posets…

La vuelta al Posets, la segunda noche.

Salimos camino al Molino de Cerler por un umbroso bosque con hayas por el que nos cruzamos con cientos de corredores de la Maratón de las Tucas. Nos animamos mutuamente, aunque ellos nos suben la autoestima llamándonos héroes, titanes… Es una experiencia curiosa. Bajamos a Anciles y a Eriste, últimos puntos donde nuestra familia nos espera para animarnos. Aquí comienza un ascenso de 1.800 m positivos en los que nos caerá la noche encima. Armados de valor subimos al refugio Ángel Orús. El paisaje es maravilloso, remontamos un caudaloso río de montaña rodeado de cascadas y saltos de agua. Alguno de ellos muy alto y espectacular. Del refugio en adelante otra vez noche, frío y soledad. Nos agrupamos unos kilómetros con tres compañeros y la conversación ameniza un poco el tramo. De repente, empieza a soplar bastante viento y hasta escuchamos oleaje cuando bordeamos un ibón que no vemos pero sí oímos. La subida al Collado de la Forqueta es directa y explosiva, pero hace tanto frío que no podemos pararnos a esperar a nuestros compañeros y de nuevo estamos mano a mano el Gosa y yo. Una luz nos guía al collado, allí los voluntarios de protegen del frío abrigados hasta los ojos. Nos dan ánimos que se agradecen bastante y un caldo o un café caliente que también se agradece.

El descenso de la Forqueta o collado de Eriste es terrorífico. Gran pendiente, piedras sueltas y en medio de la oscuridad se adivinan unos barrancos fenomenales. Mal sitio para tener vértigo. Pero, por suerte (o no) también se acaba y viene un tramo interminable y aburridísimo hasta el refugio de Biadós. Aquí empieza mi sufrimiento particular, me entra un sueño tremendo y tengo que luchar todo el tiempo para no dormirme. Se alivia algo corriendo o hablando, pero los cuerpos y las cabezas ya no están ni para correr ni para hablar mucho. Descansamos un rato en el refugio de Biadós conversando con los voluntarios, amables y atentos. En todo el tiempo que llevamos de carrera nunca les hemos visto ni una mala cara, ni nos ha faltado una palabra de ánimo. Si al final conseguimos llegar a meta, ellos y ellas tendrán mucho que ver.

Aquí se nos une un corredor de Valencia, que lo está pasando mal como yo por el sueño y entre los dos trataremos de mantenernos despiertos. Quizá debería de haber dormido 10 o 20 minutos en Biadós, pero no estoy seguro de que me hubiese despertado para seguir la carrera. Así las cosas, nueva subida dura e interminable al Collado de Estós. Las estacas con reflectante para señalizar son lo único que vemos en la negra noche. Nos indican por donde sigue la subida, en ocasiones parece que tengamos que subir al mismo cielo y a veces parecen estrellas desparramadas por la montaña. Me cuesta subir y seguirles el ritmo, en algún momento al quedarme solo pienso que si me desvío de la senda me caeré al barranco. Sólo deseo que se haga de día, pero para eso aún queda.

La llegada

Coronado el collado de Estós, nueva bajada, primero técnica y luego interminable por prados y aguazales. Todo el tiempo tengo la sensación de ir por terreno conocido, profundamente guardado en mi memoria, en muchos tramos es cierto y hace años que estuve por aquí, pero en otros tramos es la primera vez que paso y la sensación es la misma. Dejavú? Amanece y llegamos al Refugio de Estós. Es el último punto de control antes de meta, ahora ya se ve la luz (literalmente). Jose intenta llamar a la familia para avisarles que vamos a llegar 3 horas antes de lo previsto y que tengan tiempo de salir de Chía y esperarnos en Benasque.

Parece ser que me he quedado un momento dormido en la silla. Me espabilan mis compañeros, luego de hacerme una foto, y comenzamos la bajada por el valle de Estós con su río tributario del Ésera. Es uno de los valles más bonitos del Pirineo. Siguiendo el agua llegamos al Ésera y por él de nuevo a Benasque. A estas alturas cuesta correr, pero estamos impaciente y al menos trotamos. A la entrada nos cruzamos en un puente con los 1.000 participantes de la media maratón que acaban de salir justo ahora y que nos aplauden y abren paso entusiasmados. Qué subidón.

Bajamos por la calle principal medieval, empedrada y peatonal, se oye la megafonía de meta y nuestras familias salen a recibirnos. Entramos en meta con nuestros hijos acompañándonos y locos de contentos. Besos, abrazos y la gran sensación de haber vencido muchas dificultades y de formar un buen equipo.

Después de correr.

Mari Carmen y Jose, los dueños de la Casa la Viña de Chía nos han tratado fantásticamente y nos han hecho sentir como de la familia. (Si vuelvo a este valle sé dónde tengo que alojarme). Tuvimos la gran suerte de estar 5 días más de vacaciones en el Valle y de hacer algunas visitas y excursiones que os recomendamos. Las 3 cascadas de Cerler y la subida al Plan d’Agüalluts (de día).

Gracias Eva, Jesús, Carlos, Conchi, Conxi, Josep, Merce, Antonio, Paco, Jordi, Steven y a todos los que de alguna manera estuvisteis pendientes de nosotros.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Gosa Veterano A 33:11:29 158 65
Jesús S Veterano A 33:11:29 159 66