Pasico a pasico, breve crónica de la maratón de Murcia 2019
Estoy hecho de material de desecho, esa es la conclusión a que he llegado recientemente, de chatarra oxidada.
Cuando nací no se estilaba lo del reciclaje así que mis venas y arterias, los músculos que me mueven y la osamenta que me mantiene erguido no puede provenir más que de un vertedero ilegal de las afueras.
Con esta crónica no quiero dar pena, sólo certificar algo, el hecho de que hasta el que mi cabeza se mantenga sobre mis hombros se debe a que hay un pescuezo que la sujeta en su sitio.
Mi último paso reciente por el taller me descubrió mi enésima anomalía, resulta que tengo, dicho en román paladino, algo así como una canalización demasiado estrecha para los nervios que transmiten la corriente eléctrica que me activa, en concreto he pasado mes y pico de parón atlético por dolores en mi brazo y hombro izquierdos además de la espalda, amén de que la mano se me echaba la siesta cuando le venía en gana, todo ello junto me impedía correr. Lo que digo, otra lesión para mi curriculum.
Tiempo antes de lo acaecido y relatado en los párrafos anteriores decidí apuntarme a la maratón de Murcia. Ya la corrí en su primera edición y me gustó, así que ¿por qué no rodar 42 kms. y disfrutar de paso de un fin de semana con mi mujer? (tiene ganado el cielo conmigo). Hasta aquí todo correcto hasta que con esta inscripción ha vuelto a quedarme claro el por qué no me gusta hacer planes a medio plazo.
Una vez decidido a correr y con unas piernas con menos kilómetros que las de un amputado me dispuse a mantener el plan y ¡acho, pijo!, un pat-telico de canne y un platico michirones y…a tirar millas.
Todo pintaba bien, normal, como otras muchas veces. Feria del corredor muy justita que se compensó con una camiseta chulísima. Al día siguiente todo marchaba según lo previsto, yo estaba recuperado de mis nervios (físicos, los mentales a esta altura ya me dicen poco) y de la forma más tonta, no podía ser de otro modo, al vestirme, como digo, ¡zas! me quedo más enganchado que la Amy Winehouse (es que también tengo una protusión discal, cosas mías, no me falta de nada), lo que digo, una piltrafa de tío.
Allí me hallaba yo a las 7.00 AM maldiciendo mi suerte agachado junto a la cama, mientras las palabras de mi mujer me intentaban confortar. En cuclillas como un niño jugando a las canicas, estudiando la jugada temeroso de cualquier movimiento vertebral mirando al vacío cuando de repente como si me hubieran hecho una carambola me sonó el teléfono móvil con una notificación de facebook. Una grandísima jugadora, la campeona del mundo de canicas a tres bandas, la que nunca falla me había mandado un mensaje de ánimo.
Con este impulso tenía que ponerme en pie aunque sólo fuera por la inercia del soplo de energía, o al menos intentarlo.
Pues eso, me incorporo lentamente, me termino de aviar con más miedo que destreza y ya en la calle me propongo calentar muy despacio, largo, suave, con tiempo y afortunadamente pude notar cómo si no torsionaba y pensaba cada movimiento de la espina antes de llevarlo a cabo, todo podía acabar bien.
La salida se dio puntual, con media maratón y 10 k. simultáneamente. La de Murcia es una de esas pequeñas maratones que puedes disfrutar si te lo propones, un estilo a Zaragoza o Castellón por ejemplo ya que no hay masificación, los organizadores le ponen empeño y lo hacen con mucho cariño. El circuito es en dos vueltas y el único punto despreciable es el paso en cuesta por los kms. 9-11 que por desgracia se repite en los kms. 30-32, es decir que al tío del mazo le dio tiempo de sobra para repartir mandobles a placer, ¡menuda escabechina!
Yo me decidí a salir con el práctico de las 3.30 h. y ver qué tal me encontraba. Todo fue muy bien hasta el km. 30 más o menos donde por obligación más que por elección decido bajar el ritmo y terminar rodando.
La meta en la plaza de la catedral es todo un acierto.
En definitiva, una maratón interesante para disfrutar y además cerca de casa.
Hoy aun tengo que escribir acoplado en la silla, las vértebras van poco a poco a su sitio y la cabeza sigue en su lugar, que no es poco. ¡Qué os voy a contar!, todos tenemos algo a estas alturas: algún cartílago erosionado, contracturas, roturas, desgastes. No quiero dar pena repito, más bien al contrario, sólo quiero dar ánimos y que el material de desecho no os pare, que las articulaciones oxidadas no os chirríen y si lo hacen no les hagáis caso. A mí hasta ahora me va funcionando.
Mientras la cabeza os acompañe, el resto le seguirá.
PD. Gracias Pili por la carambola.
Julián
—
Enlaces sobre esta prueba
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Julián | M50M | 3:48:50 | 179 | 15 |
—