X Transilicitana (22-Febrero-2020)

Esta carrera la he bautizado como “LOS ERRORES”. Siempre que escribo una crónica, de las pocas que escribo… me gusta contar un poco mi vida, de cómo llego hasta la carrera, por qué me decido a hacerla, como he planificado la temporada. Y esta, cómo no, no iba a ser menos. La idea era hacer la maratón de Valencia 1 de diciembre, con sus series sus cambios y sus tiradas largas (primer error) y después meter algo más de volumen entendiendo por volumen que soy de asfalto y torpe para la montaña (segundo error).

Debido a la lesión que sufrí el día de la maratón, rotura de ligamento y arrancamiento parcial de hueso del tobillo, por culpa de una de las tantas botellas que había cerradas tiradas en el asfalto. La primera parte, la preparación del maratón bien. Pero la segunda parte, después de casi dos meses sin poder correr nada de nada, pues al final a tomar por saco la velocidad y a tomar por saco el volumen.

A mediados de diciembre dando por perdida ya mi participación en la transilicitana mi mujer, “La jefa de obra”, como a mí me gusta llamarla, se marcó una de “Ah pues si no vas a ir tú, voy yo”. Yo pensé ésta dentro de dos semanas me está diciendo que abandona el barco que ceda el dorsal (tercer error). A medida que el fisio me dejaba ir caminando más, pues más rato la iba acompañando en sus tiradas de fin de semana e iba alimentando a la bestia. Entonces apareció la segunda pata del taburete, mi hermano que hizo la transilicitana el año pasado y éste quería descansar y se marcó otro “ah cuñada pues si me consigues un dorsal te acompaño” ya veis como preparamos las carreras en mi casa, yo que salía a andar un par de veces entre semana y mi hermano que no había hecho nada y estábamos a un mes de la prueba.

Ahora que la hemos conseguido quiero darle las gracias a Jesús Jurado y a Julián Moya que por mediación de ellos conseguimos el segundo dorsal.

Entonces empecé a pensar: Que los dos “genares” estos van a ir a la Transilicitana así casi sin pensarlo y yo, que la tengo apuntada en el calendario desde hace un año, ¿no? ¡Notaba como la envidia me invadía por dentro! Mala gente Jejejejeje… Así que conseguimos otro dorsal más y ya estaban las tres patas del taburete para la transilicitana. Entrenando muy poco, pero con mucha ilusión de hacerla de esta forma tan especial. Pudiendo compartirla con mi mujer y mi hermano.

Metidos en el día de la prueba, fotos de rigor hablé un rato con mi tocayo y compañero de equipo Tomás Méndez que intercambiamos los planes de carrera y ya cada uno a su guerra.

Tras consejos de mi hermano y un amigo de la familia que también venía, el gran Jose el Rubio, que él estaba apuntado por su cuenta, nos dividimos la carrera en tres partes de unos 33km. La primera parte la más bonita, transcurre por la zona del pantano de Elche, font del llop, camino mina y el cauce del río hasta el estadio de fútbol del Elche. Una parte bonita por las vistas y la zona por la que transcurre y durilla por que la subida a la font del llop lo es.

Nuestra estrategia era fácil, hacer lo que dijera “La jefa de obra” que ella quería trotar pues se trotaba, que ella quería andar pues se andaba… siempre y cuando mi tobillo lo fuera resistiendo y hasta que llegaran las “tostadas” que llegaron. En esta zona trotamos gran parte del recorrido. Al llegar al avituallamiento Jose nos comenta que él va a recuperar un poco más que salgamos nosotros y así lo hicimos.

La segunda parte era un recorrido circular saliendo del Estadio de fútbol, pasando por Torrellano, El Altet, arenales del sol corriendo por la playa un par de kilómetros y ya ir buscando otra vez el mismo avituallamiento que se repite en el km 33 y ahora en el 66 más o menos. Esta parte para los asfalteros es casi todo camino y asfalto y la más llana para correr, aunque también viniendo de la otra zona esta parte es la menos bonita de ver. Al llegar al avituallamiento del colegio de El Altet, teníamos ya la primera remesa de amigos animando, estaba mi míster y amigo Santiago Navarro con su mujer y sus hijos que nos fueron viendo por varios puntos y al gran Pacorro o más conocido como Paquito el marchador, representando al club de atletismo El Altet. En este punto vimos a mi hermano bastante tocado, no sé si debido al calor o que veníamos con un corre-anda algo fuerte para él.  Pero vamos, nada que no arreglara una cerveza bien fría y vamos si lo arregló porque él fue una pieza muy importante en la última parte del recorrido. Sin él hubiéramos sufrido mucho más en el último tramo. Nos despedimos de los amigos y continuamos en busca de la playa de arenales. Al salir de arenales había otro avituallamiento por el km 49 y en éste nos estaba esperando ya la familia. ¡Cuñada, hijos y sobrinos! Todos para ir bien arropados, ahí cogimos a Tomas Méndez que me soltó un ¡coño! ¿Tú no ibas a ir andando? fuimos juntos por lo menos 35 km cada uno a lo suyo, pero sin perdernos de vista, y así llegamos al avituallamiento del km 66 donde empezaba la tercera parte.

Esta tercera parte comprende desde el estadio de futbol, subida al pantano, la bajada al castro y ya dirección meta.

Ya en el avituallamiento nos tomamos nuestro tiempo, cambio de zapatillas, pinchar ampollas, hablar con la familia, y recuperar energía que la cosa ya empezaba a ponerse sería. Los ánimos estaban fuertes e íbamos gastando bromas y eso que el recorrido ya iba poniéndose algo durillo. Así llegamos a un avituallamiento pirata en un chalet que tenían la música a toda leche, tambores, gin tónic y un perolón de caldo con pelotas que no había quien lo dejase pasar, pero no quisimos parar demasiado que la familia nos esperaba en el último avituallamiento al que podían llegar sin complicaciones en el km 79. Ahí estaban ellas impacientes por vernos y ver como llegábamos.  Nos informaron un poco de cómo iba nuestro amigo Jose, que estaba pasando algunas dificultades, pero que seguía en la carrera, unos besos y ya quedamos en vernos en la meta. Un poco más adelante estaban mis amigos otra vez para desearnos suerte en lo que quedaba, ahí estaban con sus pancartas y sus frontales dando ánimos e igual nos despedimos de ellos que ya habían animado bastante e iban con niños pequeños. Vaya familia de locos…

De ahí ya la bajada al castro, una bajada técnica que en un par de tramos habían puesto una cuerda para evitar percances porque era terreno difícil, ni camino ni senda ni nada, en una noche cerrada sin luna que ese tramo se hizo incluso más difícil que las subidas. Poco a poco conseguimos pasarlo y ya entrar en la ciudad por la parte de polígono de Carrús que sí que está un poco desangelada entre el polígono y el tanatorio mucha fiesta no había por esa zona. Fueron sólo tres o cuatro kilómetros pero ¡ya lo teníamos hecho! ¡Entramos por el cauce del río buscando la avenida de la estación donde estaba la meta! Ya éramos Finisher después de 16h y mi hermano rebajando su marca en casi una hora y media. Nos fundimos en un abrazo y a celebrarlo con la familia.

No quisiera olvidarme de dar la enhorabuena a la organización por cómo estaba marcado el recorrido, una pasada ir viendo los trozitos de reflectantes puestos en las piedras, hacían un camino de luz imposible de perderse. Cada trozo de cinta puesto en cada rama de árbol, la labor de los voluntarios que estaban perdidos de la mano de dios por esos cerros bien metida la noche, dándote ánimos y con una sonrisa. Por último, los avituallamientos, que manera de poner comida y bebida de todo tipo! Yo creo que terminé pesando más de lo que pesaba antes de la carrera. Dulce, salado, café, pasta, sándwiches… en fin una aventura recomendable cien por cien para hacerla mínimo una vez en la vida. O una vez al año…

¡¡Un saludo!!

Tomás

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Natalia SEN FEM 16:07:44 249 21
Tomás Gª SEN MAS 16:07:49 250 229
Tomás M SEN MAS 16:59:34 289 261