Tras esta última entrega del poema de Gilgamesh reconvertido en recuerdo literario, en la medida que me alcanza, de nuestra amiga Mercedes, voy a intentar guardar un tiempo de silencio para descanso de mis pocos y selectos lectores, sobre todo amigos, que han tenido la paciencia y constancia de seguir mis devaneos por esos mundos del pasado y del presente.
No sé si lo conseguiré porque, rodeado de este mundo tan excitante por tantas razones, tendría que permanecer encerrado, harto difícil para mí, y con todos los sentidos, los cinco, dormidos, para no emitir alguna señal ante tanto estímulo.
Aunque no lo consiguiera os prometo silencio.
Me guardaré lo que “haiga”, como decían los viejos de mi pueblo, yo ya estoy empezando a reemplazarlos, aunque algún día, como un chaparrón, os caigan encima todos juntos.
Hasta entonces, un abrazo.
San Juan, 27 de agosto de 2020.
José Luis Simón Cámara.
Gracias Josele por tus escritos y reflexiones, sabes que te leo muy a menudo, más que selecto lector me considero un buen amigo, admirador de tu buena memoria y de tu talento para transmitir recuerdos y pensamientos. Estaré atento a tu vuelta.