VI Ultra Coronavirus – Santa Faz (23-Abril-2020)

Seguimos sumando días al confinamiento y seguimos siendo cada día una familia más grande y más unida en A To Trapo.

La iniciativa que impulsaron los amigos Borja y David se ha convertido en algo tan importante para cada uno de nosotros durante la cuarentena que, al menos el que suscribe, necesita el evento para poder sentirse libre durante unas horas cada domingo por la mañana. Es como si, al ver a los compañeros, al ver sus casas, jardines y fotos, te sintieras teletransportado y disfrutando con él o ella en ese otro lugar. Como además somos tan hospitalarios y campechanos, nos sentimos animados a romper la barrera física que nos han impuesto, corriendo al lado del compañero, como cuando vamos por el paseo de la playa o las sendas de la montaña. He escuchado a varios especialistas asegurar que una de las actividades que más nos están ayudando en esta situación es el compartir experiencias en encuentros grupales online. Pues probablemente sí, el sentimiento de pertenencia o grupo nos ayuda más de lo que pensamos.

Precisamente esa forma de ser que tenemos en nuestra familia, tan abierta y alegre, nos lleva a montar representaciones casi teatrales como las de este jueves. Que es Santa Faz, pues montamos la Peregrina desde casa. Pero no, conectando y saludando y cada uno a lo suyo, no. Aquí todos ponen su granito de arena. Los artistas diseñadores de los dorsales, los carteles o las composiciones de fotos y vídeos después de meta. La preparación de la logística en la inscripción o en las donaciones a la Cruz Roja. Y muchas cosas más.

Pero esta vez nos hemos superado. Ataviados para la ocasión con blusón y pañuelos, con las cañas, los rollitos, la mistela y la música. El saludo al sol del presi, siempre motivador y que se añora realizar sobre la arena de la playa. Hasta tuvimos una pedazo de speaker que nos dedicó la salida. Gracias BigMike. Los brindis, las risas, el buen rollo. Yo me monté hasta mi pequeño santuario y me vi situado delante del monasterio con su fachada resplandeciente, esa que tantas veces he visitado y donde ruego, casi cada domingo, para que los seres queridos que tenemos allá arriba, cuiden de los que quedamos aquí bajo. Los que somos alicantinos o romeros de las poblaciones limítrofes creo que hemos vivido una auténtica jornada de Santa Faz. Día grande e importante para muchos de nosotros.

Ah, se me olvidaba, además de toda esta fiesta, hicimos algo de actividad física. Unos más que otros, como siempre.

Por último, pertimitidle a un alicantino importado de Sant Vicent, que alce la copa de mistela y brinde por todos nosotros al grito que merece la ocasión.

VIVA ALACANT Y VIVA A TO TRAPO!!!

VIVA LA SANTA FAZ!!!

Sorpresas

Ya parece que se va acercando el principio del final de esta larga reclusión forzada por las circunstancias. Algunos la han considerado un abuso de poder. La mayoría la ha aceptado disciplinadamente. Quién sabe de qué parte estaba la razón. Quizá no se sepa nunca. Hay tantas cosas que no sabremos nunca. Imagina por un momento que mañana mismo podamos salir ya libremente a la calle. Sin restricciones. Aunque con guantes y mascarilla, si encontramos y de nuestra medida, porque yo llevo poniéndome una de esas de 6 horas durante más de mes y medio y los guantes son para manos más pequeñas y casi tengo que ponerme un guante en cada dedo. Todos salimos a la calle con falda o pantalones o bragas o camiseta y ¿quién se siente obligado? Todas las piezas del vestuario humano han necesitado un tiempo de adaptación. Acordaos si no del bikini. Cuántos sermones condenatorios desde los púlpitos. Cuántas miradas recriminatorias de los intransigentes, eso sí, sin dejar de mirar. Y ahora ya con las tetas al aire. Y nadie o casi nadie se sorprende. Un punto más en el largo ritual incorporado. Ya estamos en la calle. Supongámoslo por un momento. Hasta ahora, al llegar al bar, por la mañana, a tomarte el café, después de estrechar la mano a algún amigo, ahora ya en desuso, solías sentarte en un taburete junto a la barra, depositar sobre ella el móvil y las gafas, para que no te incomoden en el bolsillo, y, si estaba libre, hojear el periódico. Todo eso forma parte del pasado. Hay que evitar el contacto con las superficies del mobiliario urbano. ¿Cómo vas a colocar las gafas que te llevas a los ojos en la barra donde se apoyan todos los clientes? ¿Cómo vas a dejar ahí el móvil que manipulas permanentemente y después te llevas los dedos a la boca, a la nariz, a los ojos? ¿Y el periódico ojeado hoja a hoja después de haber visto una y otra vez cómo el monje Berengario se envenena pasando las hojas del segundo libro de la Poética de Aristóteles sobre la risa en “El nombre de la rosa”? Supongamos que el camarero es minucioso y esteriliza tazas y vasos y platos, porque si te queda la menor duda, ¿cómo vas a poner en tus labios esa copa rozada por tantos otros antes, o meter en tu boca esa cuchara? Pero si el camarero no lleva guantes o mascarilla, ¡adiós muy buenas! Sería quizá tu última visita. Aunque no sé yo si la elección del bar será posible. Muchos no van a volver a abrir sus puertas. No han soportado la presión económica. Alquileres, proveedores, suministro. Eso los dueños. ¿Y los camareros? La mayoría despedidos al comienzo de la crisis. Pobres camareros. Antes lamentaban, como todos, su trabajo monótono, repetitivo, el de siempre. Servir copas o platos o cafés, eso sí, poniendo buena cara. Porque uno puede entrar al bar como se encuentra, triste, alegre, eufórico, jodido, pero el camarero sólo puede estar amable y mejor, si cabe, sonriente, aunque acaben de extraerle una muela o se haya pillado el dedo gordo del pie instalando el barril de cerveza. Ahora seguro que añoran, como todos, aquella monotonía.

La reincorporación a la vida de siempre puede depararnos sorpresas. También tiene su aliciente. Es como salir a un mundo nuevo, al menos a un mundo distinto. Volveremos a encontrarnos con gente que había desaparecido de nuestro horizonte, aunque no habláramos con ellos, aunque no los conociéramos, pero que eran parte del paisaje, como los árboles, como las casas, como las calles. ¿Habrán cambiado mucho de aspecto? Pero habrá quizás otros que ya nunca más volvamos a encontrarnos.

San Juan, 21 de abril de 2020.
José Luis Simón Cámara.

Un mes ya y pico.

La verdad es que son ya muchos días de reclusión. Aunque, claro, eso depende también de quién lo diga. Porque poco más de 30 días ¿qué son para un condenado a cadena perpetua? Se echaría a reír del castigo. Y bien mirado, un tiempo como éste, sin prisas, sin aceleración, te permite valorar con más detenimiento todo lo que te rodea en tu casa. Si tienes casa, porque hay alguna gente, para ellos bastante, que ni siquiera tiene dónde estar recluida. A ver si va a resultar un privilegio poder estar recluido. Y en casa, por pequeña que sea, siempre hay algunas dependencias. Para comer, para dormir, para asearse, a veces para leer o ver la tele.

Ésas por lo menos. En algunos casos muchas más. Empecemos por la primera, sin duda la más importante. La cocina. De ella vivimos. En ella cocinamos lo que nos comemos, poco o mucho. Sin ese poco o mucho no podríamos vivir. Qué diversidad de objetos. Perolas, sartenes, cacerolas, ollas, fogón eléctrico o de gas o incluso de leña. La cantidad de cubiertos, cucharas, cuchillos, tenedores, cascanueces, tijeras, la tabla para cortar el chorizo o la cecina o los tomates, los utensilios de limpieza, estropajos, paños para las manos, detergentes, los armarios, la despensa con los espaguetis, el arroz, los garbanzos, las habichuelas, el frigorífico lleno o a medias de quesos, yogures, mayonesas. ¡diablos! La lista es interminable. Por cierto, se me olvidaba el pan. Ya sé que faltan aún muchas cosas, pero el pan no se puede olvidar. Aún recuerdo, y mi infancia no fue de las más desdichadas, cuando sólo nos ponían para merendar pan con aceite. El Pan no puede faltar nunca en ninguna casa. Al menos hasta hace poco. Bueno, estábamos en la cocina. Tenemos delante la cuchara. Y pensamos un momento en su utilidad. ¿Cómo podríamos tomarnos una sopa sin ella? ¿Y el cuchillo? ¿Íbamos a morderle al salchichón con los dientes? ¡Qué elegancia en ese corte limpio del queso, en esa loncha transparente del jamón! Y cuidado con no rozar el dedo. Yo creo que ha llegado el momento de dedicar un rato a esos instrumentos que cada día nos proporcionan una sinfonía gastronómica. Y no hemos salido del cajón de los cubiertos. Vamos a la mesa. La tenemos rodeada de sillas. Donde nos sentamos. Si no fueran firmes podríamos dar con el trasero en el suelo. Y ¿cómo apoyar la espalda sin respaldo? Ya estamos sentados delante de la mesa donde colocamos los alimentos. Bien distribuidos. Para poder ir cogiéndolos, cada uno en su momento. Porque cada cual es un mundo. Hay a quien le gusta antes de llevarse el vermut a los labios, morder una almendra, un berberecho, un mejillón, o bien un traguito de manzanilla de Sanlúcar bien fresquita con una aceituna de Andújar o una cervecita con anchoa y boquerón, el matrimonio que dicen por Murcia, o un vino de Jumilla, porque es el que tenemos más a mano, pero hay donde elegir, la Mancha, la Rioja, la Rivera, qué sé yo, de vinos andamos bien surtidos aunque los franceses piensen que como los suyos…. Y aún no hemos empezado a comer propiamente. Estamos levantando la copa, mirando los juegos de color al trasluz, esa pátina que se ve al otro lado del vidrio y ya casi experimentamos el sabor que todavía no ha llegado a nuestras papilas gustativas. ¡Qué conjunción de sensaciones, visuales, olfativas, gustativas, el contacto de la mano con el vaso y el sonido de los cubitos de hielo que se funden y golpetean unos contra otros y contra el vidrio haciendo saltar gotitas que nos salpican la cara y, a veces, nos manchan la camisa! Ya humean los platos en la mesa y se va percibiendo, mientras apuramos las entradas, el próximo sabor. Un simple plato de lentejas. Y nuestra mente comienza en silencio, sin que nadie lo explicite, a hacer un recorrido por su historia, desde la más antigua, allá lejísimos, cuando Esaú vendió a Jacob sus derechos de primogenitura por un plato de estas legumbres, hasta los refranes escuchados desde niños, cuando no nos gustaban, “si las quieres las tomas y si no las dejas” o la historia de que tenían mucho hierro, quizá sea verdad, para crecer fuertes y correr más que nuestros amigos. Ya se les puede hincar el diente. Pero tenemos delante todos los cubiertos. No se corta el pan con la cuchara ni se toman las lentejas con el tenedor. Cuántas cosas a tener en cuenta. Y todo eso mientras vamos conversando y escuchamos las noticias de la tele y miramos la lluvia o el viento a través de la ventana o escuchamos el revoloteo de los gorriones picoteando por las ramas de los árboles. Un poco de pan, por favor, échame más agua, abuelito, se me ha acabado el vino, ya estoy poniendo la carne o el pescado, a ver si se va a enfriar. En fin. No sé cómo nos aburrimos.

San Juan, 18 de abril de 2020.
José Luis Simón Cámara.

V Ultra Coronavirus – Media Maratón de Alicante (19-Abril-2020)

Y ya vamos por la quinta. Curioso como una experiencia atípica, extraordinaria e increíblemente excepcional se puede convertir en algo rutinario, normal e incluso gustoso. Tratando de aglutinar cuantos más sentimientos conjuntos, lo cierto es que se empieza a escuchar cierta sensación de agorafobia o miedo a que “esto” acabe.

Me resulta difícil creer en el temor a salir a la calle (aguardo con ansia esa sensación de libertad). Pero bien seguro que nuevas realidades sociales vendrán y nos tendremos que adaptar cual camaleón en busca de su color apropiado.

Sólo nos queda aprehender (con H) de lo aprendido. Siempre pensé que lo primero implica una mayor profundidad que el mero hecho de Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia (vid. Definición RAE). Y, por circunstancias de la vida, cada vez creo que esa H da un toque de calidad.

Hoy nos hemos unido a la Media Maratón de Alicante. Más de 700 participantes (en la original se alcanzaron los 1000 inscritos, ¡casi!). Todos en casa, cada uno con sus circunstancias, medios, planes y motivaciones.

El caso, como dice mi madre, es salir.

Domingo 19 de abril. A To Trapo aúna a más de 100 personas y este evento que empezó como algo simbólico se convierte en un aplauso semanal generador de buen rollismo.

David gestiona el evento como ejemplar líder de la manada. Juan Carlos, Pili, Mark, Jesuses y cía, Torregrosa, “Anas” varias, Víctor, Bea, Marías, Tomás, Felete, Juan Enrique, Carlos y Teo, Nacho y Nicolás (con apenas 1 año ya lleva más medias maratones que cualquiera de nosotros), Manolo (papá), Pura (sigues con nosotros); y muchos más nos damos cita en este día que vuelve a amanecer.

3, 2, 1 y…

  • Salida – 9:00.
  • Meta – Cuando se llegue (siempre antes de comer).
  • Avituallamiento final: 11:30.

Cientos de historias. Más de 1.000€ recaudados en las anteriores ediciones y pendiente de contabilizar esta última (vivimos en tiempos de Covid, los resultados se hacen esperar).

Un día más, un día más y un día menos.

Pronto saldremos; pronto nos veremos; llegará el momento de los besos y abrazos; y ese día, será sólo el empiece de una nueva vida.

Una vida distinta, pero llena (espero) de nuevas alegrías. Cuestas, rocas que subir, picos a los que llegar y, sobre todo, experiencias que compartir. Que no decaiga el ánimo, nos quedan millones de km por compartir y, como bien sabemos, tenemos todo el tiempo del mundo.

Embriagado de endorfinas, puedo decirlo: te quiero, vida.

Resultados:

Borja – 280 vueltas al campo. 42,3km (aprox). Maratón en confinamiento conseguido. 3 horas 41 mins. Nunca pensé que “esto” podría hacerlo, y menos me imaginé que pudiéramos aguantar.

El resto: insisto, imposible detallar el esfuerzo de cada uno. Es duro, vivimos tiempos complicados, pero entre todos hacemos que no se necesite mucho más que “estos” placeres.

P.D. Especial mención a Pura y todas aquellas personas aquejadas -aquí o allá- por ese “bicho” llamado cáncer. Ésta, va por vosotr@s.

Domingo 19 de abril.

Participantes A To Trapo (dicen que fuimos el 15% de la carrera!):

1. David Gil Pelluch
2. Francisco Martinez Corbalan
3. Isa Bernabeu Galvañ
4. JUAN CARLOS DE CABO BLASCO
5. Mark Knaggs
6. ANA MARTINEZ RUIZ
7. Pilar Mahamud Isidro
8. Rafa Olivares
9. Inma Navarro Garcia
10. Miguel lizon
11. Tomás Méndez Carrasco
12. José Antonio Méndez Carrasco
13. Miguel Lizon
14. Kike Segura
15. Juan Enrique Garrigós Gómez
16. Jose Francisco Gosalbez Ivorra
17. Guillermo Forner
18. Enri Rodríguez Payá
19. José Pablo Carbonell Castello
20. Gloria Soriano Tomás
21. José Castelló
22. Santiago Bernabéu PA
23. Noelia Amat Reina
24. Ana Nevado Berenguer
25. María Matas Millas
26. Manuel Herreros Lopez
27. Roberto ferrandiz gomis
28. Maripaz Alcaraz Baeza
29. José Antonio Torregrosa Teruel
30. José miguel
31. Jesus Jurado ATT
32. Ignacio garcia rato
33. Francisco Martinez Corbalan
34. ISABEL SELLES CRESPO
35. INAYAT HUSSAIN BAGUM
36. ISABEL SELLES CRESPO
37. Martina Schneider
38. Aránzazu García Espinosa
39. Cristina Carretero Amorós
40. Mari Carmen Iñesta Palomares
41. Pepa Sánchez Gómez
42. Jorge López Pérez
43. Angel Parra
44. Mayte Hdez Gomis
45. Francisco Aroca Ruiz
46. Johnny Utah
47. Jorge Juan Guijarro Rabasco
48. Mapi Seva Ferrandiz
49. Rubén Orts Ferrer
50. Roberto Pascual
51. Ana María Barquero
52. Inés Torregrosa Navarro
53. Clara Torregrosa Navarro
54. ERNESTO MIGUEL MARTINEZ IVORRA
55. Víctor Núñez
56. Raquel Bernabeu Ruiz
57. Vicente Villa Tomas
58. Jorge Juan Guijarro Rabasco
59. María Sempere Javaloyes
60. José Pérez Dorado
61. SERGIO GARCIA FERRER
62. Manu Alonso
63. DORADO
64. Miriam Cepa
65. Borja Runner
66. Manolo el decano
67. Jorge Moll
68. Alexis Rubert casado
69. José Antonio Mejias Garcia
70. Jesús Santana Ródenas
71. Beatriz Vildósola
72. Tania Hussain Sellés
73. Miguel Angel Sanchez Maroto
74. Jesús Santana Ródenas
75. Tania Hussain Sellés
76. Víctor Durá
77. Carlos Ramos
78. Teo