Berlín con Eliud Kipchogue es mucho Berlín, y yo que soy un poco friqui de este deporte de zapatillas cuando me llegó un correo de Fersán BMW para que me apuntase al sorteo de un dorsal para correr allí, rellené mis datos con muy poca esperanza, pero pensando….¿y si me tocase?….una mueca de sonrisa se dibujó en mi cara, de modo que relleno mis datos, pulso INTRO y a seguir con la rutina.
Ese es el preludio de todo lo demás, me comunican que me regalan el dorsal mis amigos de BMW a falta de 8 semanas para el maratón (y yo con estos pelos) y me pilla a contrapié, yo ya me había olvidado del mail y claro, podía rechazarlo, pero como le iba a hacer ese feo a mi colega Eliud, él estaba algo más entrenado que yo, pero yo sabía que si yo no iba él no estaría tan motivado y feliz.
Pues allí estábamos Eliud, yo y otros cuantos colegas en la línea de salida. Nos vemos en meta, le dije. Lo cierto es que estaba muy concentrado, parecía tener algo tramado que yo desconocía. Objetivo acabar feliz ehh? Eliud levantó el pulgar en señal inequívoca de conformidad y salió a su ritmo, pareciá que le habían robado la cartera y pronto le perdí de vista ya que cada uno tenía un objetivo. Yo le habría acompañado hasta el km 20 pero por una inoportuna lesión de gemelo que me ha llevado frito las últimas semanas(muchas gracias Noe) no me permitía llevar sus ritmos, de modo que me tocó ajustar el ritmo a cinco y pico. Eliud me dijo que tranquilo, que tenía unos colegas que le acompañarían hasta el km30, y ahí yo ya me quedé con otra grupeta más afín a mi escasa preparación.
Berlín no tiene una maldita cuesta, es más plana que una alfombra y además tuvimos el Domingo un día radiante para lo que es esta ciudad, temperatura perfecta.
Mi carrara se resume rapidito, la primera parte, como hasta el km 30 cómodo a ritmos entre 5´20 y 5´30’’, y desde el km 30 en plan “hay madre mía que me quedo muerta” o “dale tú que a mí me da la risa” , más tieso que la mojama, paraba en los avituallamientos, comí plátano, bebí a cascoporro, me eché agua por encima, pero el agotamiento me acompañó hasta el km 41, pero cuando llegaba a la Puerta de Brandeburgo y la iba a cruzar corriendo…,¡¡¡dios mío!!!, la de veces que todos nosotros soñamos con poder hacerlo….no sé cuanto visualicé ese momento en mi cabeza antes de que se convirtiese en realidad. Y en fin, allí estábamos mi colega Eliud y yo fundidos en un abrazo cada uno feliz por haber cumplido su objetivo de ser finishers del maratón de Berlín. Sueño cumplido.
¿qué has hecho? Le pregunté mientras se alejaba a atender a otros amigos, se giró y me guiñó el ojo. Supongo que le salió bien, este chaval siempre tan cumplido y humilde….