En esta ocasión, por primera vez en muchos años, suponía que me iba a resultar indiferente el resultado electoral¹, cualquiera que fuera. Era también de las primeras veces en que no había formado parte del grupo de militantes o simpatizantes que se sienten identificados con un partido y lo apoyan en reuniones, distribuyendo propaganda, pegando carteles por las calles o en los momentos álgidos de mi participación política cuando incluso formé parte de las listas electorales. No, hacía ya bastante tiempo de mi “enfriamiento” en el apoyo. De ir en las listas del “partido comunista” o más tarde de “Izquierda unida” hasta abandonar la primera línea y limitarme a colaborar ya en los últimos años como interventor de esas agrupaciones, he pasado en la actualidad a observador de las pugnas en que se ven enzarzados los distintos partidos, sorprendido por la parcialidad de los posicionamientos que los defensores de unos y de otros dan muestra, ajenos en sus argumentos a la más mínima objetividad. Para el que defiende una alternativa política, todo lo relativo a sus posicionamientos, programa, táctica, propaganda, es plausible, inmejorable, digno de elogio y apoyo. Y por supuesto las personas que lo encarnan, sus militantes y líderes que, si no rozan la perfección, están muy cerca de ella.
Por el contrario, los que defienden otra opción política, cualquiera que sea, son personajes taimados, irresponsables, malignos, dañinos para la sociedad igual que sus ideologías, opresivas, injustas, perniciosas.
Es tal la ceguera o tan alto el grado de envenenamiento que pienso que estas personas instaladas en lo que podríamos llamar primera línea de la política militante o de soporte ideológico están incapacitadas para analizar la realidad con un mínimo de objetividad porque le aplican un mecanismo de análisis viciado por los posicionamientos previos adoptados que les impiden ver con ojos limpios lo que ocurre a su lado. Personas muy próximas de mi entorno por razones familiares, de vecindad o de amistad, muy capaces en sus actividades profesionales, de la índole que sea, de fina sensibilidad para las más variadas cuestiones, artísticas, sociales, culturales… Cuando se tocan temas directa o indirectamente relacionados con la política, parecen perder la capacidad y sensibilidad que los caracteriza en la mayoría de los asuntos que nos rodean y, de forma incomprensible, se deslizan por un tobogán vertiginoso en el que la velocidad de desplazamiento les imposibilita para analizar con ecuanimidad y objetividad las virtudes y defectos propios y ajenos. Y en un “totum revolutum” son incapaces de admitir ningún aspecto positivo del adversario ni de ver alguno negativo del propio.
La vieja historia evangélica de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio.
A sabiendas de esos posicionamientos me resulta tan aburrido, estéril y absurdo tratar esos temas que prefiero obviarlos y dedicar el precioso tiempo a asuntos más placenteros y gratificantes.
1 Elecciones municipales y autonómicas del 28 de Mayo de 2023.
San Juan, 4 de junio de 2023
José Luis Simón Cámara.