Crónica de la Carrera de los Castillos 2025, 2 de Febrero.

Volver a correr Alicante

Habían pasado diez años desde la última vez que corrí la Carrera de los Castillos. En 2015, tuve la suerte de subirme al podio en mi categoría con un tercer puesto. Desde entonces, la vida me llevó lejos, a Madrid, pero el destino –y las ganas de sentir de nuevo la ciudad bajo mis pies– me trajeron de vuelta. Esta vez no corría sola: había convencido a mi hijo Fortu y a un compañero de trabajo para que se unieran a la aventura. Les advertí que era una carrera dura, pero también les prometí que sería inolvidable.

Desde el inicio, el ambiente era espectacular. Caras conocidas por todas partes, cada una de ellas con una historia, con un recuerdo compartido. Nos colocamos en la salida junto a las piscinas del Monte Tossal y, entre saludos y nervios, nos encontramos con Joel, un auténtico fuera de serie. Nos reímos, nos deseamos suerte y, en un instante, el pistoletazo de salida rompió la espera.

Los primeros 200 metros fueron en subida, un aviso de lo que nos esperaba. Nada más girar a la derecha, sentí que había salido demasiado fuerte. El primer kilómetro fue todo cuesta arriba, directo al Castillo de San Fernando. La ciudad despertaba al paso de los corredores, algunos con zancadas firmes, otros peleando contra la inclinación, pero todos avanzando. Bajamos hacia Alfonso el Sabio, un respiro momentáneo antes de la siguiente batalla: la subida al Castillo de Santa Bárbara.

No hay palabras para describir esa subida. Es un reto constante, un muro que parece infinito. A un lado, corredores bajaban ya de la cima; al otro, los que, como yo, seguíamos escalando Alicante con el corazón en la garganta. Unos más rápidos, otros caminando como podían, pero todos con el mismo objetivo: llegar arriba. Y como dicen por aquí, siempre palante, como los de Alicante.

La recompensa llegó en forma de bajada, un alivio para las piernas después de tanto esfuerzo. Descendimos por el barrio Raval Roig, con unas vistas impresionantes del mar. Fue ahí cuando vi a mi compañero Guillermo parado, con gesto de dolor. Un tirón en la pierna amenazaba con dejarlo fuera. No lo dudé y le animé a seguir, aunque fuera andando. No había llegado tan lejos para rendirse.

Buscaba a Fortu con la mirada, pero no conseguía verlo. La carrera seguía, nos adentramos en la Rambla y, de repente, sentí una presencia familiar adelantándome: era el Tractor, nuestro compañero que hace honor a su apodo con su zancada imparable. En la Rambla, la gente animaba sin descanso, impulsándonos con su energía hasta la estación. Desde ahí, aún quedaban dos kilómetros de subida. Tocaba ahorrar fuerzas y correr con el corazón, porque las piernas ya no daban más.

En la última subida, vi a Guillermo otra vez. ¡Había logrado sobreponerse al tirón y me adelantaba con una sonrisa! Me emocionó verlo, porque sé lo que cuesta superar un obstáculo así en plena carrera. Y entonces, apareció el Estadio Joaquín Vilar. La alfombra azul marcaba los últimos metros. En ese momento, el cansancio desaparece. Un subidón de adrenalina me recorrió el cuerpo. Por unos segundos, todos somos atletas de élite, olímpicos en nuestra propia hazaña. Crucé la meta en el puesto 28 de 191 mujeres y en el sexto de mi categoría, a un ritmo de 5:16 min/km. Ni tan mal para alguien que ya ronda los 55 añitos.

Nada más cruzar, busqué a Guillermo. Ahí estaba, radiante por haber terminado la carrera. Pero mi mirada seguía escaneando la línea de meta, esperando a Fortu. La emoción de ver cruzar a mi hijo fue indescriptible. No importaba el tiempo, ni la posición: había logrado completar una de las carreras más duras. Me sentí inmensamente orgullosa.

La Carrera de los Castillos volvió a ser, como siempre, una experiencia única. Dura, exigente, pero inolvidable.

Seguimos corriendo #atotrapo

Maria Jose “runneralicantina”.


Enlace prueba: https://www.carreradeloscastillosalicante.com
Clasificaciones: https://www.carreradeloscastillosalicante.com/clasificaciones.php

¿Un rey insumiso?

Este es el título, sin interrogante, de un artículo subtitulado “Palabras gruesas” de Carlos Gómez Gil, sociólogo y politólogo, publicado en el diario Información el día 19 de enero de 2025. Comienza el articulista aludiendo a la situación actual de elevada crispación y pérdida de confianza institucional y cuestionamiento del Estado y deslizando que el rey contribuye a profundizar en la crisis de nuestro sistema democrático, cuando lo que ha hecho en estos últimos meses ha sido remangarse los pantalones y meterse en arena lidiando situaciones difíciles cuando algunas autoridades han escurrido el bulto o huido ante la justa ira popular. No merece la pena responder a las alusiones a su padre. Los hijos no son responsables de los desmanes de sus padres. ¿Llama visitas furtivas a las que no quisieron acompañarlo miembros del Gobierno o a la ausencia en Nôtre Dame porque el señor Urtasun tenía que ir al circo? Y su ausencia en el acto inaugural de conmemoración de los 50 años de la muerte del dictador Franco la considera como una pieza más de la ofensiva a la que se está sometiendo al ejecutivo de Sánchez No son solo Vox y el PP quienes han visto en esta inoportuna celebración otra forma de cubrir sus miserias, hostigados por una deriva cada vez más autoritaria. ¿Acaso tenemos que celebrar la muerte del dictador hace 50 años? Más lucha contra él en su momento de aquellos de quienes se sienten herederos. Lo que habría que hacer sería celebrar la llegada de la Constitución de 1978 y dejarnos ya de necrofilia que solo sirve para alentar enfrentamientos viejos e innecesarios. En cuanto al posicionamiento del poder judicial, no ha hecho más que respetar el ordenamiento jurídico aunque era muy difícil tragar ruedas de molino cuando se revirtieron las normas que condenaron a los separatistas infractores de la ley, reconvenidos por el rey insumiso en aquel discurso del 3 de octubre de 2017.
Es cierto que la ley de amnistía fue votada en un parlamento democrático, pero también es cierto que muchos de aquellos votos puestos por el PSOE al servicio de la amnistía fueron un fraude de ley porque tanto el candidato a presidente como todos sus ministros juraron y perjuraron que jamás habría amnistía porque estaba fuera de la Constitución. Ahora, “para hacer frente a la estrategia desvergonzada de generación de noticias falsas y jueces al servicio de organizaciones cristo-fascistas”, dixit Carlos Gómez, el presidente quiere impedir por ley las iniciativas populares para cubrir sus anchas espaldas y las de su imputada familia. Para el articulista todo lo que no es Gobierno lo engloba en la derecha y la ultraderecha, como hace el “demócrata” Nicolás Maduro. Más le valdría a Pedro Sánchez y a su gobierno poner la carne en el asador en defensa de la democracia en Venezuela, donde envían un embajador a la medida de Maduro y no perder ni un minuto más, ni un acto más en la lucha contra un dictador muerto y reenterrado. Más le valdría profundizar y ensanchar nuestra democracia y abandonar la vergonzosa dependencia de huidos de la justicia que él, antes que nadie, debe defender y evitarnos la previsible visita bochornosa a comprar su apoyo a cambio de la vergüenza nacional. Un rey insumiso, sí, para aquellos que usan y cambian la ley a su antojo al servicio de sus turbios intereses. Me veo obligado a salir en defensa de Felipe VI, no por ser hijo de la polla roja, sino por haber dado muestras de imparcialidad y servicio a los españoles y constituir hoy una pieza muy importante en la garantía de respeto a la Constitución y a la unidad de España.

San Juan, 28 de enero de 2025.
José Luis Simón Cámara.