Han pasado 48 horas desde que cruzamos la meta. Es el momento de analizar y reflexionar sobre este gran reto que nos propusimos: en mi caso, por primera vez; para mi gran compañero de batallas, por segunda.
Llegamos a Elche a las 6:30 de la mañana. La temperatura era agradable y todo apuntaba a que la climatología nos acompañaría. Nos equipamos poco a poco mientras llegaban nuestros compañeros Ernesto y Lorena. Nos dirigimos tranquilamente hacia la zona de salida sin ninguna prisa.
Una vez allí, nos encontramos con la multitud de participantes y coincidimos con dos grandes compañeras, Raquel Espuch y Yolanda, que iban a correr la prueba de 50 km. Nosotros, en cambio, nos enfrentábamos al desafío de los 104 km, por lo que ellas comenzarían su carrera dos horas más tarde.
Cuando llegó el momento de la salida, los nervios estaban a flor de piel. No es lo mismo escuchar relatos sobre la prueba que estar allí, en primera persona. Comenzamos a trotar tranquilamente, sin prisas, avanzando con buen ritmo hasta el primer avituallamiento en el kilómetro 14, en la zona del Pantano. Un lugar precioso que no conocía. Allí repusimos líquidos y tomamos algo de fruta. Nada más empezar, perdimos el rastro de Ernesto, que sabíamos que iba por delante, pero nosotros seguimos con buenas sensaciones.
Llegó el primer gran reto: la subida a la montaña, el “Cau”. Las vistas eran espectaculares, y la temperatura seguía siendo ideal. A lo largo del camino, había muchos fotógrafos y personas animando, lo que nos daba un extra de motivación. Al llegar al kilómetro 20, alcanzamos a Ernesto. Conversamos un poco y nos comentó que tenía molestias en las piernas, pero lo animamos a seguir adelante.
Poco después, vivimos un momento que nos dejó impactados: nos adelantó una pareja en la que el chico remolcaba con una eslinga a su compañera, que iba en silla de ruedas. Fue un auténtico ejemplo de superación y lucha, una lección de vida que nos dio fuerzas para continuar.
Seguimos avanzando por el cauce del río, sumando kilómetros, hasta llegar al avituallamiento llamado “El Charlie”. La organización había preparado un gran montaje en ese punto, con mucha animación. Allí repusimos líquidos y comimos algo para evitar la deshidratación. Dejamos atrás las huertas y los campos de alcachofas hasta alcanzar la playa. Para entonces, ya habíamos superado el kilómetro de una maratón y decidí bajar un poco el ritmo, ya que empezaba a notar una ligera molestia en la pierna derecha, aunque sin importancia. Mi compañero, siempre pendiente de mí, me acompañó en todo momento.
Al salir de la playa, llegamos al kilómetro 50, donde estaban las mochilas de vida. Decidimos continuar con nuestras zapatillas de asfalto. Unos kilómetros más adelante, el tiempo cambió de golpe: el cielo se cubrió y comenzó a llover. Ya no teníamos ropa de repuesto, así que poco a poco nos fuimos empapando. Los pies estaban completamente calados, lo que hacía cada paso más incómodo. Caminé con la cabeza baja, ya que la lluvia empañaba mis gafas y apenas veía. De vez en cuando levantaba la mirada y ahí estaba Tiki, a mi lado, sin abandonarme en ningún momento.
Fueron dos horas de lluvia intensa hasta que llegamos nuevamente al Charlie (km 67). Analizamos la situación: estábamos mojados y con frío, pero decidí seguir adelante. No habíamos llegado hasta allí para rendirnos. Comimos algo, nos repusimos y continuamos la marcha.
Seguimos avanzando por el cauce del río en busca de la famosa antena del Castro (km 88 aprx). Se nos hizo de noche, pero la cabeza seguía fuerte. Había momentos de soledad y silencio, pero no importaba. Íbamos los dos, codo con codo. Encendimos las luces frontales y comenzamos la subida. La oscuridad era absoluta, y la cima parecía no llegar nunca. Afortunadamente, la organización tenía personas de apoyo en el camino, lo cual es admirable, pues estar en esos lugares tan solitarios a esas horas tiene mucho mérito.
Al alcanzar la cima, nos esperaba la bajada, una de las partes más complicadas de la prueba. Las piernas estaban muy cargadas, pero no había opción de detenerse. Descendimos con precaución, llegando a un tramo donde tuvimos que bajar agarrados a una cuerda.
Más adelante, alcanzamos un avituallamiento donde un grupo de personas tocaba tambores, creando un ambiente increíble. En el siguiente punto de control, el frío era intenso, pero nos revivieron con un caldo caliente. A pesar de todo, la mente seguía fuerte.
El recorrido nos llevó al polígono de Elche, una zona bastante monótona. En ese tramo, mi compañero tuvo un pequeño susto: resbaló, pero gracias a sus reflejos logró apoyarse con la mano y evitar una caída más grave.
Ya solo quedaban los últimos cuatro kilómetros. Nos metimos en el cauce del río y nos unimos a tres corredores más, entre ellos, una mujer de 63 años que estaba completando su segunda ultra. Continuamos juntos, compartiendo los kilómetros más largos de la prueba.
Tiki se adelantó en la última parte, mientras yo bajaba el ritmo debido al frío. Cuando vi la meta, animé a la corredora de 63 años para que entráramos juntos, corriendo. Y allí, en la meta, estaba mi fiel amigo y compañero, grabando mi llegada.
Gracias a él, he superado muchas metas y logros que jamás habría conseguido solo. Y esto, sin duda, es solo el principio de muchas más.
GRACIAS, TIKI, POR ESTAR SIEMPRE.
Saludos..Javi Vegara.
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Buenas tardes
Pocas cosas que añadir a lo que ha escrito Javi. Solo añadir que la gran Lorena Coll nos acompañó e hicimos un gran equipo del km 33 hasta el 50.Y que a nivel personal, la gente que me conoce sabe que para mí mis fiestas de Moros y Cristianos son parte de mi vida, pero la lealtad, compañerismo y sobre todo amistad que te dá este deporte, está por encima de eso. De lo que se “siembra se recoge”. Té lo mereces Javi.
Saludos, Tiki
Enlace prueba: https://www.ultrahelike.com/
Enlace clasificaciones: https://gestioninscripcion.es/runners/e/ultrahelike/2025/rankings
Clasificación A TO TRAPO 100 k:
Dorsal | Nombre | Posición | Club | Categoría | Tiempo oficial | |
10 | MARTINEZ CORBALAN, FRANCISCO | 331 | A TO TRAPO | M-GENERAL | 16:00:07 | View Details |
12 | Vegara Egea , Francisco javier | 334 | A TO TRAPO | M-GENERAL | 16:02:29 | View Details |
1102 | Garcia Espinosa, Aranzazu | 717 | A TO TRAPO | F-GENERAL | 22:10:20 |
Clasificacion A TO TRAPO 50 k :
Dorsal | Nombre | Posición | Club | Categoría | Tiempo oficial | |
5400 | Espuch Garcia, Raquel | 279 | A TO TRAPO | F-GENERAL | 08:56:11 |