Maratona di Roma 2022. Había ganas de volver a viajar para poder correr una maratón de asfalto después de este largo período de restricciones. Justo después de la Costa Blanca Trail en noviembre de 2021, me marco el siguiente objetivo y la maratón de Roma se convierte en ese objetivo.
No había estado nunca antes en Roma, así que la idea era conocer la ciudad y disfrutar corriendo por sus calles adoquinadas. No es lo más aconsejable el hacer turismo por la ciudad en los días previos a la maratón, pero como lo que me importa es participar y disfrutar, no tuve problemas en ese sentido.
Llego a Roma el viernes a mediodía y una vez dejado mi mochila en el hostal The Rome Hello situado a escasos 3 minutos de la estación de Roma Termini, me dedico a descubrir la ciudad, hacer tour guiado, degustar de la gastronomía y reservo el sábado (día previo a la maratón) solamente para ir al Expo para recoger el dorsal y por la tarde descansar y planificar la carrera.
En el hostal tuve la suerte de compartir la habitación con el gran José Ramón procedente de tierras muy cercanas a Alicante como es Cartagena y que lleva ya muchos años corriendo maratones por todo el mundo y con quién planificamos la carrera para el día siguiente.
Llega el día D, suena la alarma a las 7:00 y nos despertamos para prepararnos y bajar a desayunar en el comedor del hostal junto con otros compañeros de diversas partes del mundo. Una vez recargado los depósitos nos dirigimos a la estación de metro para que nos lleve hasta la estación de Circo Massimo, desde donde nos dirigiríamos a píe hasta la salida de meta ubicada en una avenida al lado del Coliseo. Hicimos bien en salir con tiempo del hostal, ya que al llegar a la zona de meta nos encontramos con varios puntos que se formaban cuellos de botellas y se tardaba mucho en avanzar hasta llegar al correspondiente cajón de salida. Una vez en el cajón de salida, me dedico a disfrutar del ambiente y admirar los monumentos heredados del imperio.
Dan el pistoletazo de salida para mi cajón y empezamos a cumplir la misión por la que estábamos allí. El día salió soleado, pero sin que se pasara excesivo calor. Seguí el plan clásico para casos cuando no existe un buen plan preparado con antelación, se trataba de correr a ritmos cómodos hasta el km 35-38 y apretar los últimos kms si me encuéntrase bien. He de decir que gracias a que me alimenté muy bien durante toda la carrera, pude disfrutar de la carrera sin mucho desgaste físico y al llegar al km 38 decidí elevar mi ritmo para cruzar a la meta en 3 horas y 41 minutos, habiéndome vaciado por completo.
Una vez en la meta nos entregan medallas y avituallamiento para reponer fuerzas, me siento en un rincón para comer, beber y admirar las caras de felicidad y orgullo de los compañeros que iban cruzando la meta.
Respecto a la carrera, en mi opinión no es una carrera para hacer tu MMP, ya que tiene algunos desniveles que te obligan a bajar el ritmo, además un gran porcentaje de la carrera transcurre por adoquines y siendo la peor parte los últimos kms ya que los adoquines están algo más sueltos y esto genera inestabilidad en la pisada teniendo en cuenta que las fuerzas ya escasean. Respecto al público he de decir que hubo público los primero 2-3 kms y en los últimos 5-6 kms, en el resto del recorrido no me acuerdo que haya habido mucho público animando.
Posteriormente me dirijo al hostal, tomo una ducha y salgo para terminar de ver el barrio de Trastevere y el mirador de Gianicolo, para concluir la tarde tomando una cerveza con José Ramón para felicitarnos y estar satisfechos por haber terminado sin molestias.