5 de Octubre de 2019, parecía que nunca iba a llegar este día, primer Ultra de montaña a la que estoy apuntado. Aunque todo esto empieza el 16 de Junio de este mismo año, horas después de hacer mi primera maratón de montaña, ¡¡¡Gosa y su mujer me animan a hacer Botamarges!!! Aún con la adrenalina de la carrera les prometo que allí estaré.
Llegó el día señalado, quedo con Gosa y su cuñado Jesús, a las 5:10 en Forna, para poner la pancarta de A To Trapo en la plaza del pueblo. Es la séptima edición consecutiva del “Dueto” de cuñados, son conocidos por componentes de la organización, “speaker”, corredores,… Con estos dos escuderos en carrera desaparecen los nervios, pero no las dudas. Nos hacemos la foto de rigor, nos ponemos el dorsal y para la línea de salida que vamos.
Una vez situados tras el arco nos deseamos suerte entre los corredores conocidos y a las 6:00 arrancamos, 64k y 3200+ de ¡pura montaña! Nada más salir Jesús desaparece entre la multitud, yo decido ir con Gosa los primeros kilómetros y ver con que sensaciones voy.
Nos adentramos en las primeras subidas y ya se van formando grupos. Me quedo en un grupo de ritmo cómodo hasta que empieza a amanecer y comienza la bajada hasta el primer avituallamiento Villalonga (Km 11). A pesar de no ser ni las 8 de la mañana nos recibe bastante gente, lleno los bidones de agua, miro alrededor por si veo a alguno de mis dos compañeros y salgo dirección a la Vía Verde, que tomo con cautela porque la noche de antes me comentan que no apriete porque después lo pagaré en la subida al Cim de la Safor. Increíbles vistas en la citada Vía Verde, transcurre el Río Serpis con bastante agua debido a las fuertes lluvias de semanas anteriores. Nos desviamos a la izquierda y empieza la subida con más desnivel de la carrera en busca del Cim de la Safor, llegamos al avituallamiento de la Casa de Tarzán (km 21), aún queda por subir unos kilómetros para hacer cima.
Coronamos la cima y empezamos a bajar, empiezo a pensar que en vez de Botamarges, debería ser Botapedres, cuanto piedra en la bajada de la Safor. En el km 26 tenemos un avituallamiento, lleno los bidones porque ya empieza a pegar fuerte el sol, miro el teléfono para ver los mensajes de apoyo y veo que voy bien de tiempo, empiezo a pensar si Gosa lo tengo cerca y si puedo alcanzar a Jesús, cojo el camino dirección a Benisili que es el próximo avituallamiento y km 32, el ecuador de la carrera. Empiezo a notar los kilómetros en las piernas y cuando llego al pueblo veo que están las mujeres de Jesús y Gosa, Jesús almorzando, ¡debía llevar unos 15 o 20 minutos esperando! Primer objetivo cumplido coger a Jesús para intentar aguantar con él la mayor parte de lo que queda de carrera. Nos comunican que Gosa tardará en llegar unos 20 minutos y decidimos salir en busca del castillo de Benisili…
Se hace dura la subida al castillo y pensando que después viene el cresteo, voy un poco guardándome y comiendo para lo que pueda venir. Empezamos el cresteo, donde me acuerdo de mi compañero y acompañante de muchos entrenamientos, Jaime Castells, en la pasada edición en esta zona lo pasó fatal, voy sin excederme en las bajadas que invitan a correr, por lo que pueda pasar. Por fin coronamos la Penya Foradà ultima cima del caluroso cresteo.
Comenzamos la bajada bastante cómoda, por fin sombra, en dirección al siguiente avituallamiento Benissiva (km 42’5). Llegamos al pueblo, ahí están de nuevo las mujeres de Gosa y Jesús, hacemos una larga parada, para comer, beber y rellenar provisiones hasta el siguiente avituallamiento. En este punto de carrera solo pasa por mi cabeza que esta carrera la termino aunque sea andando, no pienso en la retirada salvo por causa mayor. Me encuentro tan bien que dirección a Benirrama (km 48) decido ponerme por delante de Jesús a tirar, antes de la llegada al pueblo me distancio un poco de Jesús, mi idea es descansar un poco porque sé que a partir de ahora en cualquier momento va a aparecer la fatiga, nunca antes había hecho una carrera de más de 50k. Llego al avituallamiento, la gente está comiendo en las terrazas de los pocos bares que hay en Benirrama y nos animan como si fuésemos los primeros que pasan. Llega Jesús se llena los bidones, nos refrescamos en una fuente y vamos en busca de la “última” subida fuerte que se aprecia en el perfil, que equivocado estaba…, en este punto de carrera vamos adelantando a gente que va pagando sobresfuerzos de carrera, subida corta pero intensa. Decido tirar en la bajada me vuelvo a distanciar unos metros de Jesús, tengo tantas ganas de llegar al último avituallamiento L’Atzubia (km 55) que pierdo a Jesús, en este momento creo que me he perdido porque hay cintas cortadas no veo a nadie a lo lejos y decido dar la vuelta, no veo otra senda hasta donde vi la última cinta, vuelvo a subir por donde he bajado y veo a un corredor que ha dado la vuelta, también se ha debido perder un poco, en cuanto vuelvo en busca de la senda veo a Jesús de nuevo y me guía, falta un kilómetro para llegar al pueblo y en la bajada Jesús me pega un hachazo que lo pierdo de vista, en el camino asfaltado baja el ritmo para llevarme hasta el pueblo. He pagado mis sobresfuerzos y llego a L’Atzubia, los voluntarios me ven mal! Me dicen si necesito asistencia. Como en todo los avituallamientos los voluntarios están de 10, me cogen las botellas me las llenan, me traen de todo lo que les pido, incluso me ponen Reflex en las piernas. Jesús y yo nos cambiamos, nos “duchamos” en la fuente, dejamos todo lo que no vamos a utilizar en el resto de carrera a su mujer y partimos en busca de Forna.
Viendo el perfil ya parece que no queda nada, llevamos 10h 15’ parece que no tardaremos mucho en llegar, pero después de la primera subida, noto que en bajada no me van las piernas. Km 56 de carrera y llegó la fatiga que tanto esperaba, después de una larga parada en el avituallamiento creía que tardaría en notar cansancio. Pierdo a Jesús de vista, ahora el que tira es él, se le nota que tira de experiencia. Pienso que ya no lo veré hasta meta, pero cuando termina la senda y vuelve el asfalto allí está esperándome, ¡¡¡qué grande Jesús!!! Le pregunto si solo nos queda la subida al castillo de Forna, pero me dice que aún queda una pequeña subida previa al castillo, que es corredera en varios puntos. Llegamos a la subida y me da la sensación que estoy subiendo el Everest nunca termina, cuando llegamos arriba decido parar, me noto mareado y con una “pájara” como un camión, como gominolas de cafeína que es lo que más a mano me pilla. Jesús me dice que vaya bajando yo por delante, la bajada se me hace eterna también, al finalizar esta pasamos el cauce de un río seco y hay un voluntario con agua. Bebo agua fresca y me sienta genial, andamos un poco para recuperar y empezamos al trote en busca de la última subida al Castillo, esta subida todos me decían que era la más dura del final. Voy tan recuperado que ni me entero de la subida, llego al castillo veo ya la meta. En esta bajada se olvida todo y piensas que si te dicen de hacer unos kilómetros más lo haces sin ninguna pega, que subidón!!
Dejo unos metros para que Jesús entre por delante de mí en forma de agradecimiento, si no es por él, no sé qué hubiese sido de mí en esos momentos de fatiga, viendo la gente que pasamos antes del castillo y que llegaron mínimo media hora más tarde, podría haberme caído alguna hora más.
Gran carrera de Gosa, porque hacer este tipo de carrera solo y con dolor de lumbares, ¡¡es de tener una fuerza mental brutal! No dejas de sorprenderme, con hacer la mitad de lo que has hecho tú en todos estos años estoy más que satisfecho compañero. Otra más para la “butxaca”, ¡¡ya van siete!!
Agradecer a todos los que me han acompañado en los entrenamientos a lo largo del año, si pongo todos puede ser una parrafada, a los que me han transmitido mensajes de apoyo durante toda la carrera, a Gosa por animarme a hacer la carrera, de nuevo a Jesús por llevarme media carrera con él y estar ahí en mis peores momentos, a las mujeres de ellos, Conchi y Eva. Y a todos los que han aportado su granito de arena para que pueda llegar a hacer esta carrera. En especial a mi novia por tantas horas de sacrificio y mono tema carrera, lo que ha tenido que aguantar…
Ahora llega la dedicatoria más especial, esta carrera la hice motivado por mi compañero y gran amigo Jota, desde que supe que era una carrera que entraba en sus planes y no podía hacerla por causas mayores. Tenía que terminarla por él, no se me pasaba por la cabeza no terminar una carrera que es cuestión de horas, cuando hay personas que sufren día a día y salen de ello.
¡¡Ánimo Jota!!! Estamos todos los compañeros de A To Trapo contigo y en breves estas dando guerra otra vez por el monte. ¡¡¡Un fuerte abrazo amigo!!!
Víctor
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Víctor | SEN-M | 11:56:16 | 131 | 59 |
Jesús S. | VETERANO | 11:56:17 | 132 | 53 |
Gosa | VETERANO | 13:42:42 | 180 | 76 |
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