Conseguido, he pasado el trago, el sorbo no porque es más corto, y a la vez, las dos cosas bueno y malo, de estrenarme en una maratón. Esta crónica es difícil de explicar, ya que hay muchas circunstancias que me acontecieron en todo el tiempo que estuve “avanzando hacia delante”. Me pareció una carrera maravillosa, el ambiente, como estaba organizada, y sobre todo el recorrido y la disposición de la ciudad de Sevilla. Y concretamente, el apoyo y acompañamiento de la gente, imprescindible para tirar para al frente, coger ánimo, sobre todo al final, los últimos kilómetros.
Ya veía, desde el viernes que llegué, con mis compañeros, Familia Rato, Manolo, Nacho y Borja, que mejor que éstos para mi estreno en estas lindes, lo largo que iba a ser, por que tela lo que andamos, y los rincones donde estuvimos, preciosos por otra parte para conocer esta ciudad.
Adelantándome al sol, con el estimable gran apoyo de mi escudero en Sevilla, mi hermano Enrique. Me dirigí al Estadio Olímpico, dónde habíamos quedado la familia de A To Trapo pero que debido a los tiempos de preparación, objetivos y demás y a la masa ingente de personas existentes, unos dejando ropa, otros tarde por la espera en los aseos, estiramientos, últimos de detalles (vaselina más de lo habitual)… no nos pudimos encontrar.
Me dirigí, al cajón marrón, y aunque a pesar del gentío, en seguida pude correr cómodo, sin aprietos de los demás corredores. A mi parecer, y por mi falta de experiencia, demasiado, quizás con un ritmo alto. En el maratón te aconsejan empezar con prudencia, regular tus fuerzas, y yo creo que hice todo lo contrario, sobre todo por la alegría de estar corriendo la carrera que había preparado, y que por fin estaba aquí.
Los primeros kilómetros, cayeron sin darme cuenta, sin antes descargar por necesidades fisiológicas algo de peso, aunque después me di cuenta que era algo normal, por lo que observé.
Con las distintas referencias que había estudiado de hacer la maratón en cuatro horas y 15 minutos, empecé casi mejor de lo esperado. Pasé por la zona del río, y por la mítica puerta del Príncipe, pensando que esa mañana se tendría que abrir para mí (iba a completar mi primera maratón de mi vida) casi en el centro de la ciudad y donde no pudo ser (me encontraría con Manolo, acompañamiento que hubiera sido excepcional, por su experiencia, consejos y llevarme casi en brazos hacia el km 30) ya vi que esto no iba a poder ser, que me encontraría solo. Iba pasando, calles, avenidas, adoquines, la avenida donde está la Giralda, fantástica ya que en cada una de éstas me servían como referencia para dar un poco mas de mí, ya que mis fuerzas muy pronto me abandonarían. Es en la mitad de la carrera, la media maratón, y es donde ya se me notaron los primeros síntomas de desgaste. Después empiezan a hacerse más duros los kilómetros; rápidos parecían que ya no pasaban los kilómetros, ahora parecen no tener fin. El famoso MURO, el penúltimo tramo de la carrera es lo que tiene y me decía todo el mundo, la barrera física y mental que, si existe no es una leyenda, sobre todo porque a partir del kilómetro 35 empiezan a verse muchos corredores andando, atendidos por los servicios sanitarios, y otros en condiciones no muy agradables…
Entré en una parte de la carrera no muy agradable pero que había que sobreponerse y seguir, estábamos aquí para esto, y no quería que me lo contase nadie quería vivirlo y sentirlo.
Increíble, Nacho que volvía, su tiempo y ritmo espectacular, como no con el premio de una cerveza en la mano, eso siempre, sus ánimos como siempre y consejos en dos minutos, y con la crónica de los otros compañeros. Es a partir del kilómetro 39, y con la suerte de poner tu nombre en el dorsal, como la gente que anima, te ayuda a situarte en la ciudad y a pensar que te queda poco.
Es a partir del kilómetro 41, con un ambiente realmente espectacular, como la gente te anima y te grita lo que estas haciendo, ya que con la reserva a mínimos, bueno nulos, no era consciente de todo esto.
La entrada, de la oscuridad de la sombra del estadio a la luz del sol tan maravilloso, me resulta complicado de poder explicar, todos los sentimientos, pensamientos, sensaciones…tocaba el tartán, no podía parar, tenía que seguir corriendo, 400 metros, una vuelta completa, que era eso después de 42 Km, ¿un mundo?, todos esos metros mis brazos no pararon de estar levantados
Creo que, con el pensamiento de lo conseguido, y con la “chapa” que en estos días voy a dar a todo el mundo, familia, amigos, conocidos, incluso a la mujer que esta mañana estaba en la cola de la panadería esperando a comprar los bollos para sus hijos/as, y que me decía que eso era mucho ¿no?, es como ir a la Roda y más allá.
Supongo que me quedaré con todo lo vivido, y con “mas allá”, hasta la próxima de hacerlo mejor, bueno en tiempos por que mejor ya lo he hecho.
En cuanto al resto de componentes de A To Trapo, mencionar a la incombustible Pili que anotó “otro” más en su haber, esta vez haciendo de liebre, lo que es siempre de agradecer para el que le sigue… Carlos que se estrenó igualmente en este kilometraje y aguantó gran parte del recorrido al lado de nacho, para terminar con un tiempazo en sus primeros 42.195. Asimismo, aparición estelar de Diego Rivas que aparece en todas las carreras interesantes por territorio andaluz representándonos como es debido
Postdata: Mis agradecimientos, como siempre a esos compañeros, Los Rato, esta vez al completo.
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Y así lo vio Nacho en memorias garcia rato
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre |
Categoría |
Tiempo |
Puesto General |
Puesto Categoría |
Nacho |
VM-35 |
3:05:38 |
870 |
262 |
Carlos |
VM-35 |
3:17:54 |
1720 |
486 |
Diego |
VM-50 |
3:24:27 |
2250 |
120 |
Pili |
VF-45 |
3:35:15 |
3322 |
17 |
Santi |
VM-45 |
5:00:02 |
7778 |
1821 |
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