Ultra Trail Andorra. Montaña en estado puro.
Emociones a raudales, amistad y montaña salvaje, estas han sido las 3 cosas vividas en este maravilloso fin de semana, que he compartido con parte de los amigos del club “Nativos”. Hortensia incombustible deportista, compañera de aventuras y con un corazón que no le cabe en el pecho, Esteban que acababa de conocer en el Sandía Night, con el que me he reído hasta llorar y Jaime Escolano, que voy a decir de Jaime que no se sepa, un tío tan GRANDE como la copa de un pino.
Con su auto caravana “LA ESCOLANA”, nos fuimos el Jueves a Andorra para participar en la Andorra Ultratrail y así llegábamos al encantador pueblo de Ordino, para recoger nuestro dorsal cada uno correspondiente a su carrera, Jaime y Esteban a la Ronda del CIMS (170 km y 13.000 m D+) y Hortensia y yo a la ULTRA MITIC (113 km y 9700 m D+) o lo que es lo mismo subir 10 veces al PUIG CAMPANA, “pa habernos matao”).
Puntualmente a las 11 de la noche del Viernes, bajo los fuegos artificiales y una maravillosa noche estrellada, comenzábamos nuestro camino. Pronto comenzaríamos a subir. El primer pico con una subida de 1.200 metros ponía a cada uno en su sitio, la niebla nos envuelve y saco la chaqueta, no me lo podía creer en Julio y corriendo con chaqueta y guantes, me gusta ya que el calor no lo llevo tan bien. Que maravilla, bajada y comienzo a correr, ¡que pasada de sendas! pese a ser de noche, pero pronto pasaría lo bueno, subida al pico más alto, el Comapedrosa (3.000 metros). No me lo puedo creer, en la cumbre te reciben a golpe de tambor y a ritmo de gaita, que pasada. Bajada, técnica pero técnica de verdad, todo el mundo se cae, menudo resbalón me pego y ¡hale! mi 1,90 pasa por el suelo, no pasa nada, seguimos y empezamos a bajar a hacia el refugio y segundo avituallamiento.
Comienza a amanecer, parece que bajemos del cielo, las nubes van quedando por encima de nosotros, se nos presenta un espectáculo de color y formas montañosas delante de nuestros ojos. Me paro unos segundos, respiro y disfruto el espectáculo que tengo delante, hay que hacerlo, hay que vivirlo y me hace querer aún más la montaña. Vamos Edu, estás hecho un toro de San Fermín, próximo avituallamiento, picoteo un poco, mientras hablo con algún corredor, le hace gracia mi camiseta de ATOTRAPO, ya les digo que se conecte a la web para que disfruten de nuestros contenidos.
Llego a la Margineda 44 km y 11 horas en carrera, mi maratón más larga, aquí ya se producen abandonos, la carrera se advierte muy larga y extremadamente dura. Apenas se habla, es la carrera más silenciosa en la que he estado, aquí solo hablan las piedras que te advierten que como te despistes tocarás con tu cuerpo el duro suelo. Nuevas montañas más salvajes aún si caben, picos que te suben para que toques el cielo, descenso entre lagos y ríos, pies mojados, y valles llenos de hierba que dan comida a vacas y caballos. Aquí parece que cada cosa esté en su sitio, con un orden lógico como si alguien hubiera colocado cada cosa en su lugar correspondiente.
Bordes d’Envalira, km 76, casi 24 horas en carrera, estoy pletórico, mi entrenamiento de los últimos 3 meses y 12 kg menos me están ayudando. Llamo a Reme y Juanma, sus ánimos son la mejor barrita energética, aquí los abandonos alcanza la mitad de los corredores. Continuo en solitario hasta el siguiente avituallamiento, allí ya salimos en grupos de 3, la noche viene fría y con mucha niebla. Ya queda poco, solo quedan 2 subidas, 1 km vertical que mejor voy a olvidar, pero en la última subida vuelve la luz del amanecer, con un fuerte aire, las montañas vuelven a descubrirse, nuevamente el paisaje parece fabricado en cartón piedra, es imposible que todo sea tan perfecto.
Bueno esto tiene que acabar, bajada técnica de 14 km y hasta meta, son las 9:30 de la mañana, 34 horas, alcanzo la meta, me emociono, estas carrera son grandes por su gran dureza. Veo a Jaime, nos invitan a tomar una cerveza, brindamos y pregunto por Hortensia, no sabemos nada de ella, luego sabríamos que no la dejaron salir sola en el km 70 y lo dejó estar para el año que viene, y Esteban que esta a punto de llegar, se va a hacer la carrera en poco más de 50 horas, que tío es un jabalí.
A medio día nos encontramos todos, nos vamos a que nos den un masaje, allí reímos y no paramos de contar nuestra aventura. Nos vamos a ver llegar a los últimos corredores de la Ronda (la carrera larga), está llegando gente que lleva casi 60 horas sin parar, verlos llegar es fascinante, sus familiares los reciben con abrazos y vemos correr las lágrimas de la emoción y felicidad en sus caras, hasta te contagian. Llega el último corredor 60 horas y 2 minutos, un chaval muy normalito pero con una fuerza interior impresionante, hasta le hacemos una entrevista. Todo ello y mucho más en el blog de Jaime. Una cena maravillosa y un brindis con vino, pondría final a nuestra aventura, ahora nos queda volver, recordar lo pasado y pensar en los nuevos retos.
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Enlaces sobre esta prueba |
Ultra Mitic
– Ronda dels Cims
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