BOTAMARGES 2023 LA DÉCIMA. 7 Octubre 2023

Fue en el año 2013 cuando hice mi primera Botamarges. Aquí empezó mi “pasión” por las carreras largas de montaña. Desde entonces muchas han sido las ultras en las que he participado, muchos los kilómetros compartidos con la gente que hemos ido conociendo, muchos paisajes que quedaran grabados en la retina para siempre y muchas las emociones vividas. Y, como aquí empezó todo, decidimos que mientras el cuerpo nos lo permita, nos presentaríamos en Forna para estar en la línea de salida de la Botamarges. Este año, era mi X Botamarges consecutiva (si no os salen las cuentas recordar que tuvimos una pandemia que nos dejó sin carrera durante un año). Bueno, vayamos al grano:

Ya hace algunos años que los chic@s del Club de Montaña Botamarges nos dan la posibilidad de, además de la Botamarges, 64 KM y 3200 d+, hacer la Trencaclosques, 21 KM y 1100 d+. Cuchi y Pez nos representarían en la Trencaclosques, mientras que “los Mendez”, “los Gosa” y “los Jesuses” participábamos en la Botamarges.

Chuchi subió al Podio un par de veces. Tercera en la General y Segunda de su categoría. “Casi Ná”. Está fuerte y nos alegramos muchísimo por todos los éxitos que está consiguiendo.

Pez consiguió terminar la carrera en un tiempo mucho más que digno, pese a los problemas que le da su rodilla. Es incombustible.

En cuanto a los de la Botamarges, las circunstancias marcaron la carrera.

Cuando terminados la Maratón de Confrides (mes de mayo) decidí que este año iba a preparar bien la Botamarges a ver si conseguía llegar de día. Pero no tuve en cuenta la primera circunstancia. La Comparsa Templarios éramos capitanía y había que prepararla, con lo que, todas las tardes había que estar en el tajo preparando el boato. Tuve que ponerme duro y decirles que los miércoles eran míos porque tenía que ir a Perdices y Conejos a entrenar. Así que, nos presentamos en la línea de salida de la Botamarges entrenando solo los miércoles y los sábados con subidas al Cabeçó. (Jesus “el jefe”, creo que el único entreno de montaña que hizo fue en el Cabeçó el domingo anterior)

La segunda circunstancia está íntimamente ligada a la primera. Del 7 al 13 septiembre, Fiestas de Moros y Cristianos de Mutxamel. A buen entendedor ……..

Enumerada la pre-carrera, pasemos a las circunstancias que se dieron en esta.
A las 6:00, como siempre, era la hora de salida. A esa hora todos los participantes ya sabíamos a que nos enfrentaríamos durante todo el día. Tercera circunstancia CALOR y HUMEDAD.
Este año no somos muchos corredores en la Ultra. Solo 179. Así que nada más salir ya no llevamos a casi nadie detrás. Jesus Jr (Santana) ha salido delante. El resto nos mantenemos más o menos juntos. Empezamos la subida y los Méndez y Fernando se van un poco. Yo quedo detrás con Jesús y Esteban (un chico del club Botamarges que es su cuarta participación y va como nosotros a intentar terminar). No llevamos ni media hora de carrera cuando Jesus ya me dice que voy empapado y así pasé el resto del día.

Estamos bajando hacia el primer avituallamiento cuando Esteban nos suelta la bomba. Este año volvemos a subir al Castillo de Benisili y tenemos que hacer todo el cresteo de la Foradá. El año pasado eliminaron el cresteo y la subida debido al incendio que afectó la Vall de Gallinera. Esto a su vez implica hacer cima en el pico de La Safor y afrontar su larga y pedregosa bajada, que al estar dentro del primer tramo de carrera parece que no sea muy dura, pero te desgasta. El tramo final de la carrera la han dejado como el año pasado. Así que sin esperarlo nos enfrentamos a la cuarta circunstancia. Un recorrido que, ojo solo según mi poco conocimiento, es bastante más duro que en otras ediciones.
La carrera va transcurriendo y todo parece que va bien. Vamos con los ritmos adecuados para poder llegar a meta en el tiempo máximo que da la organización (15:00 horas).

Nos dirigimos al Avituallamiento de Benisili en el Kilómetro 32 de carrera. Allí están Conchi, Eva y los hijos de Jesus Jr (Jesus Jr Jr y Carlos). Este es otro de los encantos que tiene para mí la Botamarges. El seguimiento que puede hacer tu familia. Saber que los vas a ver en varios avituallamientos te da ánimos. Ellas también sufren lo suyo y aguantan como unas campeonas todas las horas que estamos nosotros “penando” por el monte. Aquí llegan las primeras noticias preocupantes. Jesus Jr va muy tocado. Ha vomitado y nos comentan que lleva muy mala cara y que las piernas no le van. Pero como es un jabato y no se da por vencido fácilmente ha decido salir y afrontar el castillo y el cresteo hasta el próximo avituallamiento a ver que tal. Nosotros avituallamos, nos refrescamos (gracias a las bebidas frías de nuestras “suporters”), tomamos aire y para arriba.

Calculo que saldríamos del avituallamiento cerca de la 13:00 h. El calor es agobiante. Afrontamos la subida animados. Por delante Fernando, Tomas y Jose Antonio. Jesús y yo no muy lejos de ellos. Todo parece ir bien, pero pasado el castillo y cerca del tramo final de subida (el amigo Jaime seguro que sabe donde digo) Tomas se siente indispuesto. Vomita. Tiene que sentarse. No tiene fuerzas. Le dejamos coger fuerzas, come algo. Le digo a mi hermano Fernando y a Jose Antonio que tiren para adelante que me quedo yo con Tomas. Jose (se me hace raro llamarlo así) dice que se queda con su hermano. Así que nos encontramos con la quinta circunstancia. En las carreras de montaña hay algo que esta por encima de resultados, por encima de metas, por encima de todo y que no sé porque me da que últimamente tenemos descuidado. El compañerismo. El cuidar del corredor que está tocado, aunque no lo conozcas de nada y aunque te diga que está bien. Ahí arriba estamos solos, no hay gente, ni coches, ni policías, nada. En nuestro caso, literalmente, estábamos solos. Éramos los últimos. Por detrás solo las escobas que a saber dónde o con quien estaban l@s pobres, porque, siendo los últimos no los vimos en ningún momento.
Así poco a poco vamos avanzando. De vez en cuando Tomas tiene que sentarse. El calor es sofocante. Llegamos al punto de agua que la organización instala a mitad del cresteo y que no cuenta como avituallamiento. Es un salvavidas para aquellos que para ahorrar peso y sin estudiar la carrera van con el agua justa. Como somos los últimos el chico y la chica responsables del control recogen para irse. Nos comentan que l@s escobas están subiendo en ese momento por el castillo lo que nos da la sexta circunstancia. Tomás se va con ellos. Su carrera ha acabado.

Nosotros seguimos. Queda bastante Foradà y el calor aprieta. Jose delante, yo detrás y por último Jesus, que va a su marcheta. Voy dejando que Méndez (ya solo queda uno), se vaya y yo voy mirando para atrás. No veo escobas ni en el principio del cresteo. Me preocupa perder a Jesús. Cualquier problema, una torcedura, una caída, un desfallecimiento (aunque él con el calor se crece) haría que se quedara solo, a pleno sol y sin saber cuándo podrían pasar l@s escobas. Sé que esto nos va a lastrar, porque el después seguro que puede correr y la ventaja que pudiéramos sacarle aquí, el nos lo hubiera recortado, como así sucedió al final.

Llegando al final de la Foradà Méndez se para. Le digo que tire, pero me dice que está algo mareado. Collons!!! que día!!. Come algo y se le pasa pronto.

Enfilamos la bajada hacia el avituallamiento de Benissiva Kilometro 42 de carrera. Han sido 10 kilómetros infernales. Me adelanto un poco a Jesús para estar un rato más con Conchi. Allí están. La mala noticia es que también esta Jesus Jr. Imposible recuperarse en el cresteo. Ha decidido que no va a sufrir más. Su carrera ha acabado. Ya van dos bajas.

Salimos del avituallamiento decididos a darlo todo. Por delante llevamos a Fernando con el que no hemos coincidido en el avituallamiento. Vamos “llaneando” un poco y en la primera subidita suave, “rampón” del 10. Grito, me quejo, me golpeo y aprieto los dientes. Sé que se pasará. Sigo. Ahora voy yo el último, pero se acaba el llaneo y para arriba. Subo bien. Me pongo delante y empiezo a tirar. Tengo que llevar mi ritmo para evitar rampas. Llego al avituallamiento del Kilómetro 47. Méndez llega cuando yo voy a salir. El próximo avituallamiento es en Villalonga. Aquí hay Corte y tenemos que estar antes de las 19:00 horas. Le ha costado subir. A Jesús también, pero sé que ellos correrán en la pista que nos lleva a la bajada. Y así es.

Primero me alcanza Méndez y a mitad de la bajada nos alcanza Jesús (yo lo tenía claro). Por cierto, ¿Cómo puede cambiar tanto una bajada de un año para otro?, es como si fuera totalmente diferente. La del año pasado fue dura. La de este año…… criminal!!!

Mi reloj ya me va pronosticando que no llegaremos en tiempo, ni al corte, ni a meta. Alguna vez me ha marcado que no llegaría a un corte, pero si a meta, lo que siempre me ha dado pie a forzar a tope para llegar al corte, pero esta vez me decía que ni una cosa ni otra.

En el avituallamiento está Fernando. Él ha llegado 10 minutos después del corte, y ha decido quedarse. Los voluntarios del avituallamiento le hubieran dejado seguir como han hecho con Esteban, el compañero con el que coincidimos al principio de carrera. Nosotros casi 20 minutos después del corte. Nos planteamos si seguir o no: Podemos hacer todos “grupeta” e intentar completar el recorrido, aunque fuera de control. Estamos en el Kilómetro 55. Nos quedan 10 y unos 500 de desnivel +. Calculamos que llegaríamos a meta, como muy pronto a las 22:00. Méndez quiere seguir. Lo entiendo. Es su primera Botamarges y quiere completar el recorrido, pero no es nada sensato. Se le explica. No tiene sentido. Así es esto. Unas veces se gana y otras……. TAMBIÉN!!!! Hemos completado 55 Km de una carrera muy dura. 13:30 horas de montaña, compañerismo, paisajes, disfrute y sufrimiento. ¡Que más se puede pedir!.
Nuestra carrera ha terminado. Seis bajas.

Así fue mi X Botamarges. Una Botamarges al estilo MTX

GOSA 9
BOTAMARGES 1

Esperemos que el año que viene las circunstancias sean otras. Sea como sea, espero poder estar en la linea de Salida de la X Botamarges de Jesús Jr

Aquí, hace 10 años, es donde encontré, en una pancarta, el lema con el que suelo acabar todas mis crónicas:

El Dolor es Pasajero
la Gloria es Eterna. (Aunque la Gloria no signifique siempre cruzar la línea de meta)

Old Runer Never Die

Salut i Muntanya
Gosa

Pd: Cuando oyes al “Espiker” decir tu nombre, dice las ediciones que llevas, cuenta de donde vienes y oyes los aplausos de los demás corredores……., tuve que tragar saliva dos veces. Solo eso ya valió pena.

Otra Pd. Lo último que supimos de Esteban ya cuando abandonábamos Forna cerca de las 21:30 es que podría haberse perdido. No sé si nos lo decían de coña o no. Espero que llegara bien a Forna y que no se le hiciera muy tarde.

Felicitar a los compañeros que corrieron la TRENCACLOSQUES, y de que manera ¡! Cuchi Ballenilla quedo la 3ª de la general femenina y 2ª de su categoría (es de otro planeta) y el amigo Jose Manuel Domenech “PEZ” que sigue con su buena racha. Enhorabuena ¡!

Ruta de las fortalezas 2020/22, crónica de un sufrimiento anunciado

Esta carrera la teníamos pendiente del año 2020 cuando un dichoso bichito, que no iba a provocar mas que unos pocos casos en España de una “gripe rara”, paralizó el mundo entero. Así que, dos años mas tarde, con pocos entrenamientos y diez kilos de mas, nos presentamos el día 2 de abril en la linea de salida. Tres eramos los componentes del Grupo A To Trapo, Tomas Méndez, Juan Punzano y un servidor (Gosa), dispuestos a afrontar esta vuelta de unos 50Km y unos 1700 metros de desnivel positivo, que rodea la ciudad de Cartagena y que sube a las antiguas fortalezas que custodiaban esta ciudad. Una carrera bien organizada por la Armada y que en alguna de sus “cimas” nos ofrece unas espectaculares vistas de la costa Cartagenera.

A las 8:05, había que cumplir con la enseña nacional, se da la salida. Escalonada en cajones con salida cada 5 minutos, Tomás sale en el penúltimo cajón y Juan y yo en el último a las 8:20. No contentos con salir en el último cajón, nos ponemos también de las últimas unidades. Al ser una carrera multitudinaria, se agotan las 4.000 inscripciones, y poder realizarse en modo senderista, tuvimos que empezar a trotar a buen ritmo para empezar a adelantar unidades. Y eso hicimos, trotar y trotar y trotar…. Las cuestas arriba no eran muy pronunciada así que trotamos cuesta arriba, y cuesta abajo y en llano y conseguimos adelantar a mucha gente.

La única pega que le veo a la carrera es que se comparte demasiadas veces la subida y la bajada a las diferentes fortalezas. Todos en fila india, unos para arriba y otros para abajo y no te queda mas que seguir el ritmo del que llevas delante. En uno de estos cruces de gente, al principio de la carrera vemos a Tomás y hasta aquí. El “Tractor” puso la reductora y ya no lo volvimos a ver.

Poco a poco nos dirigimos al avituallamiento de mitad de carrera que está en la Plaza San Francisco de Cartagena (Km 27). Comemos y bebemos (madre mía como estaban los Donuts), y descansamos un poco. A la salida del avituallamiento ya empiezo a notar que las piernas no van da dar mucho mas de sí. Le digo a Juan que tire para adelante, pero decide quedarse y acompañarme el resto de la carrera. La verdad que gracias a su apoyo la pude terminar porque después de otros mas o menos 10 km de trotar y trotar por dentro del puerto, viendo submarinos (algunos en desguace) y barcos (no entiendo mucho de esto, así que no puedo decir si eran fragatas, buques o canoas), mis piernas dieron basta. Se terminó de correr y en la siguiente subida, pasado el km 35 empieza las primeras rampas en la pierna derecha.

A partir de aquí, un infierno, las rampas de la pierna derecha aparecen también en la izquierda. Cada cambio de terreno, de llano a subida o a bajada, de bajada a subida etc. es un sufrimiento. He hecho carreras de mas de 100 Km, con miles de metros de desnivel positivo y jamás he tenido el dolor que tuve en esta carrera. En las ultras normalmente se me suele pasar, pero aquí no había manera, La ultima subida, encima la mas dura, la hago muy poco a poco. Veo un puesto de ayuda y me lo reservo para la bajada. Allí un teniente (todavía recuerdo los rangos) empieza a hacerme un masaje. Poco a poco va poniendo mi pierna derecha en el sitio, pero, cuando empieza con la izquierda un corredor que había parado también a ponerse un poco de reflex, se marea. Gracias a Juan que lo sentó rápido no cayó al suelo, así que mi pierna deja de ser una prioridad y atienden al corredor (que se recuperó bien porque lo vi entrar en meta)

Así que entre ¡ays!, ¡uys!, ¡ostias! Y otros improperios que os ahorro, llegamos a la meta en 9 horas 10 min. Tomás ya había llegado hacia casi dos horas y no lo pudimos ver.

La conclusión. Sin entrenamiento, no hay carrera fácil.

El dolor es pasajero, la gloria, es eterna.

Salut i Muntanya.

VII Perimetral a Benissa (3-Marzo-2018)

¡¡¡A la tercera va la vencida!!!

Son las 3:30 de la mañana. Suena el despertador. Me hubiese levantado igual sin que hubiese sonado. He pasado una mala noche. Estoy nervioso. Tanto como si fuese mi primera carrera o una de esas “Gigantes” por tierras lejanas de las que no conoces el terreno y te crean muchas dudas. ¿Por qué? Es fácil de entender. Solo hay tres carreras que no he conseguido terminar, Zegama a la que no llegué al corte de mitad de carrera (cuando no llegas al nivel que piden solo queda entrenar más), Yeste en la que me quedé a 8 Km de meta y la Perimetral de Benissa. ¡¡¡La Perimetral de Benissa!!!

Dos habían sido mis participaciones en esta carrera. El año 2015 sobre una distancia de 65 Km me retiré a falta de 10 ante la insistencia de Conchi. Después lo entendí todo. Ese fatídico 30 de Mayo falleció Adrián, el hijo de unos amigos en un accidente de tráfico. Desde aquel día, para mí, la Perimetral de Benissa siempre irá unida a ese nombre. Al año siguiente aumentaron la distancia a 85 Km. Esta vez fue una pájara la que me dejó fuera. Decidí no obsesionarme y dejar pasar un tiempo antes de volverlo a intentar, porque estaba seguro que la Perimetral y Yo antes o después, nos volveríamos a encontrar.

Este año 2018 la Perimetral a Benissa se presentaba en las modalidades de 73K y 42K. También se celebraba la 4ª prueba del campeonato de liga de carreras por montaña de la FEMECV. Cinco representantes de A To Trapo corríamos en esta edición. Jesús Santana (Jesús Jr), José Castelló Asensi (Jota) y un servidor (Gosa) lo haríamos en la prueba de 73K, mientras que Cristian Aracil y Alberto Sanz (Maño) lo hacían en la prueba del maratón. (Cristian terminaría en un tiempo de 5:53, el 49º en la general y el 22º en su categoría (viento en popa hacia UTMB). Alberto desgraciadamente tuvo una caída que le provocó fuertes dolores de rodilla y al final tuvo que retirarse).

A las 04:00 de la mañana recojo a Jesús, Jota y a J.A. Méndez, hermano de Tomás y buen amigo, que vendrá con nosotros de animador. Nuestro club de fans habitual solo podrá estar en esta ocasión en la línea de meta, si conseguimos llegar. Mientras vamos en el coche establecemos la estrategia de carrera. El objetivo de Jota y el mío están claros, llegar a meta como sea. El de Jesús también está claro “llevarnos a meta”, y para ello ha traído los bastones cargados, por si necesitamos algún varazo en la espalda. Tengo claro, después de los últimos entrenamientos con ellos, que Jota y Jesús están bastante más fuertes que yo, es más, hay algo en mi interior que me dice que llego muy justito de entrenamientos y como siempre, pasado de peso.

Consultamos la previsión meteorológica de la carrera y, excepto a partir de las 19:00 que dice que lloverá, dan buena temperatura y buen tiempo para correr.

Llegamos a Benissa, recogida de dorsales, desayuno, visitas varias a Roca, comprobación de material y para el corralito, pistoletazo de salida y madre mía!!!! ¿pero cómo puede salir la gente así de rápido?

El primer objetivo de carrera es pasar el corte de la Font del Bernia. Este corte está fijado en el Km 28 y la hora de corte son la 12:30 horas, pero antes de llegar hay que pasar por la Sierra de la Solana y la Sierra d’Oltà. En este tramo de carrera aparece un invitado con el que no habíamos contado: “El Viento” que en algunos tramos sopla con mucha fuerza y nos hace más complicado avanzar. Conseguimos llegar a este avituallamiento sobre las 11:00 de la mañana. ¡¡¡¡Una hora y media por delante del tiempo de corte!!!!. Como vamos bien de tiempo decidimos parar 10 minutos. Me siento eufórico. Parece que no voy a tener que estar pendiente de los tiempos de corte. ¡¡¡Pero que ingenuo!!!

Salimos del avituallamiento con las fuerzas renovadas y continuamos la ascensión. Hace ya algunos kilómetros que coincidimos con Sonia Weber, corredora del “Grup de Muntanya Calp” con la que hemos coincidido en varias carreras. Cruzamos el famoso “Forat del Bernia” y llenamos nuestra alma con las maravillosas vistas que nos ofrece la Montaña. Sonia va unos 50 metros delante de nosotros y de repente nuestros sentidos se ponen a mil. Una piedra de tamaño considerable impacta, entre ella y nosotros, justo en el centro de la senda que vamos siguiendo. Ese sonido seco, que espero no volver a oír jamás, nos recuerda lo vulnerables que podemos llegar a ser en la montaña. Si esa piedra hubiese alcanzado a alguien … Decidimos pasar lo más rápido posible ese tramo y poco a poco nos vamos tranquilizando.

Nos enfrentamos ahora a la parte, para mí, mas bonita de la carrera. Después de una fuerte subida nos plantamos ante el “Portixol”. Para salvarlo guardamos los bastones y empezamos a trepar. Si, lo he dicho bien, trepar, porque tenemos que utilizar manos y pies para poder avanzar. Una vez salvado el Portixol comienza el cresteo hacia la cima del Bernia. Cadenas, cuerdas, pasos de vértigo … ¿Se puede pedir algo mas? Pues sí, hay algo más, porque todo lo que sube baja y la bajada del Bernia es una señora bajada.

Llegamos al “Fort del Bernia”. Es a partir de esta zona donde tengo marcado que hay que empezar a trotar, pero tengo un fuerte dolor en la rodilla y las piernas no me responden. ¡¡Otra vez, y en el mismo sitio!! ¡¡¡Joder!!! Sigo caminando y mi cabeza empieza a buscar excusas para la retirada… “no estabas preparado”… ”la Bernia es demasiada montaña para ti”… “otro año será”… “no puedes correr y te van a cortar”…Vale, no puedo correr, pero puedo andar y andar muy rápido y esta vez no tengo las sensaciones de mareo que me llevaron a la retirada hace dos años justo en el avituallamiento al que me dirijo. Así que me pongo a caminar, Jesús y Jota hace tiempo que se han perdido por delante. Espero que se den cuenta que voy tocado y no pongan en riesgo su carrera. En el avituallamiento del Kilómetro 37 están los dos esperándome. Le digo a Jesús que voy bastante tocado, que lo voy a intentar pero sin correr tengo claro que no voy a llegar al corte del Kilómetro 44. El reloj dice que mi hora de llegada al punto de corte está prevista a las 16:10. Me faltan 10 minutos. Me tomo un paracetamol, un par de caldos calentitos y salgo antes que ellos. Me alcanzan pronto y Jesús me comenta que estará esperándome en el punto de corte hasta que le obliguen a salir.

A partir de aquí es una lucha constante contra el crono. Me voy forzando a “correr” pequeños tramos. Poco a poco se van haciendo mas largos. Ya estoy en tiempo de corte y tengo la ventaja que no hay cuestas arriba que ralenticen demasiado el ritmo. Sigo andando-trotanto a ritmo de “ultratrail”. Un par de kilómetros antes del corte veo a Jota. Está destrozado. Los pies le están matando. Le digo que se ponga detrás y que me siga pero le cuesta mucho. Me pide por favor que me vaya y sigo hacia delante con la esperanza de que pase el corte. En este momento el reloj marca que pasaré por el a las 15:45 y así es, llego al corte con 15 minutos de antelación. Allí, además de Jesús, está Méndez esperándonos. Le digo a Jesús que Jota viene tocado, que le espere hasta que pueda que yo voy a salir, pero mientras se lo estoy diciendo aparece Jota. Nos pide que salgamos, que no sabe que va hacer y que le quedan 10 minutos para intentar solventar lo de los pies y tomar una decisión. Yo salgo delante y Jesús se espera un poco. Jota está con Méndez y le ayudará en todo lo que pueda, así que Jesús sale también.

Comenzamos otra subida, vamos en silencio pensando que decisión habrá tomado Jota cuando desde abajo oímos una voz que grita “¡¡¡numerarse!!!” a lo que rápidamente Jesús contesta “uno” y yo contesto “último”. El número dos es Jota. (es el grito de guerra que nos acompañó toda la Perimetral). Que tío mas grande. Ha decidido continuar. Me comenta que cuesta arriba no le duele tanto y que se ha tomado un analgésico a ver como lo va. Me siento feliz y verle renueva las fuerzas del grupo. Así encaramos los tres Kilometros que separan el punto de corte con el avituallamiento que se situaba en el Kilómetro 47. Jesús esperándonos para no sacarnos mucha distancia, Jota, bastante recuperado, trotando apenas el terreno se lo permite y yo intentando que no se me vayan mucho. Llegamos casi juntos, me siento y pido un poco de caldo. Miro el reloj y me marca que, para el próximo avituallamiento y punto de corte en Senija la hora aproximada de llegada serán las 19:20. Le comento a Jesús que vamos bien, que el corte es a las 20:00 y que hemos recuperado mucho tiempo, pero entonces….. Jesús me saca de mi error. ¡¡El corte no es a las 20:00 es a las 19:00!! Y lo primero que tenemos después del avituallamiento es una subida que asusta.

Afrontamos las primeras rampas de la subida juntos pero pronto tengo que bajar el ritmo. Tengo que regular, de nada serviría desfondarme en la subida, ya que una vez hagamos cima, el resto de camino hasta Senija es un sube-baja pero siempre en bajada (que difícil se me hace explicar con palabras algunos recorridos 🙂 🙂 ) y es aquí donde tengo que intentar comerle minutos al reloj. La estrategia es la misma que para el otro corte, ellos me esperaran en el avituallamiento todo lo que les dejen esperar. Poco a poco voy viendo como Jesús y Jota se van. En la lejanía veo como adelantan a una corredora. Llevamos cerca de 11 horas de carrera y temo que la batería del reloj me gaste una mala pasada. Lo necesito para poder controlar el corte, así que lo pongo a cargar sabiendo que tengo que darlo todo. Las bajadas las hago todas corriendo y, en los llanos y repechos, intento caminar lo más rápido posible. Cada vez veo más cerca a la corredora que han adelantado Jesús y Jota y eso me va motivando. Cuando el indicador de carga del Garmin me dice que está al 50% lo quito de la base de carga. En la misma medida que el ritmo medio de carrera ha ido mejorando las previsiones de llegada a corte lo han hecho también. Estoy en tiempo minuto arriba minuto abajo. Cuando quedan un par de Kilómetros para llegar a Senija alcanzo a la chica que llevaba delante. Me comenta que ella se va a quedar en Senija que no va a continuar y me pregunta que voy a hacer yo. ¿Qué que voy a hacer? Voy a darlo todo para llegar al corte y a partir de ahí llegaré a Benissa, sí o sí, dentro de tiempo o fuera pero si paso el corte llegaré seguro.

A la entrada de Senija esta Méndez esperándome. Me dice que Jesús y Jota iban a salir ya, y que me queda muy poco al avituallamiento. Vamos corriendo y consigo llegar al corte con 10 minutos de antelación y en el avituallamiento están, como no, Jesús y Jota esperándome. Me emociono al llegar y verlos, tengo que tragar saliva, no quiero que se me note. También hay muchos miembros de la organización dándome ánimos y diciéndome que este año sí. Sí, ahora sé que este año sí llegaré a Benissa y llegaré gracias a que dos titanes han estado todo el día cuidando de mí, esperándome, bajando ritmos, arriesgando su propia carrera para hacer que yo consiga la mía. ¡¡Muchas gracias!!

Salimos de Senija y le pregunto a Jesús como es el recorrido que queda. Me comenta que queda una subidita y un par de tachuelas. Oímos los aplausos que recogen a la corredora que he adelantado. Ha llegado a tiempo de corte pero su decisión ha sido quedarse porque a los pocos minutos tengo a los escobas pegados a mi espalda. Y por si nos faltaba algo, se cumplen con exactitud las previsiones y sobre las 19:15 comienza a llover y ya no dejaría de hacerlo durante el resto de la prueba. No es que llueva con mucha intensidad, pero si lo suficiente para hacer que el terreno se vaya mojando. Afrontamos la primera “tachuela” todos juntos, voy distrayéndome con la conversación que llevan los escobas. Son corredores y hablan de sus proyectos, sueños…. a mitad de la “tachuelita” ya voy acordándome de la familia de mi cuñado Jesús. Si esto es la tachuela ¿Cómo será la subidita?. Los escobas nos informan que vamos a hacer una bajada muy técnica y que conforme está el terreno puede ponerse un poco peligrosa. Y no se equivocan. Vamos los tres juntos, como toda la carrera nos numeramos, Jesús es el uno, Jota el dos y yo el último. La verdad que el terreno está complicado. Jota cae un par de veces. Yo intento quitarle hierro al asunto y me pongo a bromear. Voy soltando todas las chorradas que se me van ocurriendo y poco a poco conseguimos terminar la dichosa bajadita. A estas horas ya hemos encendido los frontales y las luces de los otros corredores delatan el camino que nos queda por recorrer. Por delante tenemos la “subidita”. Empiezo a subir a mi ritmo. Jesús y Jota se van, yo tengo que regular. A mitad de subida está Sonia. No había coincidido con ella desde que me adelantó en la bajada del Bernia. Está con su marido, comiendo y bebiendo algo. Necesita reponer un poco las fuerzas. Los escobas se quedan con ella y yo sigo mi camino, a mi ritmo. Voy mirando hacia atrás y las luces cada vez están más lejanas. Ahora estoy solo, ni luces por delante ni luces por detrás. Una nueva “tachuelita”, control de paso, y ya todo para “abajo” hasta Senija. Voy esforzándome. Me gustaría terminar la carrera dentro del tiempo establecido. Bajo andando pero muy rápido, correr sería una temeridad conforme está el terreno. El reloj me marca el paso por el último avituallamiento pero no está. Me viene bien porque así me marca la hora de llegada en meta y las previsiones son buenas. Me dice que a las 22:03 en meta, pero no me preocupa, sé seguro que esos tres minutos los voy a recuperar.

Paso por el último avituallamiento, casi no paro, repongo el agua les doy la alegría a los voluntarios de que soy el penúltimo, que el cierre de carrera está muy cerca y sigo. El terreno empieza a ponerse propicio para correr. La meta está cerca, las sendas se convierten en caminos y los caminos en carreteras. No paro de trotar todo el rato y alcanzo a otro corredor. Va muy tocado. Nos saludamos, animamos y seguimos cada uno como puede. Tengo Benissa delante, estos últimos Kilómetros me han puesto las emociones a flor de piel.

Veo a lo lejos la carretera que hay que cruzar para llegar a Benissa y me parece oír un silbido. Lo vuelvo a oír, sino fuera por que…. diría que es el que suele hacer mi hijo Josep y que a veces tanto me molesta. Ahora sí que tengo que tragar saliva. Ahí está él, solo, mojándose, esperándome a la entrada del pueblo, que más se puede pedir. Nos abrazamos y empezamos a subir una cuesta bastante empinada. Le pregunto si queda mucho y me dice que una vez subamos esa cuesta, callejearemos un poco y a meta. Miro hacia arriba de la cuesta y justo al final veo que están Conchi y Méndez esperándome. Me abrazo a mi mujer. La meta está muy cerca pero yo tendré que callejear un poco antes de llegar.

Por fin, y después de 15 horas y 53 minutos entro en meta, bastones en alto, gesto de rabia y la mirada al cielo. ¡¡¡Adrián, va por ti!!!

El dolor es pasajero, la gloria es eterna
Nos vemos en las montañas
Old runners never die

Gosa

73 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Jesús VETERANO 15:39:23 105 42
Jota MASTER-M 15:39:33 106 11
Gosa VETERANO 15:53:20 117 50

42 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Christian VETERANO 5:53:31 49 22

IX Botamarges – Forna (7-Octubre-2017)

Botamarges 2017.    ¡¡¡No hay quinta mala!!!

Un año más, y en mi caso ya van cinco consecutivos, volvíamos a estar en la línea de salida de la Botamarges. En este caso, los representantes de A To Trapo éramos Elías, Jesús Santana y yo (Gosa).

¿El recorrido? El mismo que el de los últimos años y que está descrito en todas las crónicas anteriores de esta carrera.

¿El día? Bueno, pues el día amaneció nublado y con previsiones de lluvia en algunos tramos, aunque estos de las previsiones no tienen ni idea del poder de mi chubasquero. No nos cayó ni una gota, aunque en todos los alrededores y en algunos tramos de la carrera cayera y de lo lindo.

Este año era el año que menos había preparado la carrera, ya que di por finalizada la temporada a finales del mes de julio, cuando terminamos el Gran Trail Aneto-Posets. Desde entonces hasta el día de la carrera había entrenado poco, en parte por el descanso merecido y en parte porque un dolor en el talón, que ha resultado ser fascitis plantar, no me dejaba entrenar con normalidad.

Así, con pocos entrenamientos, 5 kilos de más y molestias en el talón, nos presentamos en la línea de salida para afrontar los 70Km y 3600 d+ de la Botamarges. Por desgracia no pudimos coincidir con Elías, al que me hubiese gustado saludar. Como siempre en Botamarges, la salida espectacular de la mano de Jaime, que nos recuerda la evolución de la carrera y la importancia de poder mantenerla. Sobre este tema haré una pequeña reflexión personal al final.

Ya en las primeras rampas de subida noto que este año va a ser complicado y cuando iniciamos la primera bajada hacia Villalonga empiezo a tener dudas si podré terminar la carrera. Me duele mucho el talón y, por si fuera poco, las zapatillas que utilizo (prestadas por Jesús Jurado) tienen mucha suela para protegerlo, pero no consigo estar a gusto con ellas porque se me doblan los tobillos. Llego como puedo al avituallamiento.

Ahora queda un buen trecho de carrera que es “llano” y la subida a La Safor. En estos tramos los tobillos no sufren, pero el sobrepeso y la falta de entrenamiento hace que la subida se me haga eterna y muy dura. Pero si eterna y dura se hizo la subida, no os podéis imaginar lo que fue la bajada. Los 7 km y 700 d- se convirtieron en un infierno, con continuas torceduras en los tobillos y un dolor cada vez más fuerte. En cualquier otra carrera, habría sopesado el retirarme, pero esto era la Botamarges y en lugar de pensar en la retirada mi mente se puso a cavilar. Tenía la esperanza que nuestros incondicionales (Conchi, Eva, Josep, Jesusín y Carlos) encontraran el avituallamiento de las antenas de Benisili que el año anterior no pudieron encontrar. La idea era poder vendarme los tobillos, cambiar de zapatillas y ver como respondía el cuerpo. Por suerte allí estaban, con cara de preocupados, Jesús S. había llegado hacía ya un buen rato. Les cuento lo que me pasa y manos a la obra, aunque al final los tobillos me los vendaron los servicios médicos de la carrera.

Así, con zapas nuevas, tobillos vendados y fuerzas renovadas salimos del avituallamiento. Jesús tiene molestias en el estómago, y cada cierto tiempo tiene que hacer una paradita, lo que hace que no se me escape mucho. Yo la verdad, como si me hubiera cambiado entero. Noto los tobillos mucho más seguros y me voy encontrando cada vez más cómodo.

Poco a poco van pasando los kilómetros. Sigo sufriendo mucho en las bajadas y por eso me toca esforzare más en las subidas y correr en los llanos. Creo que nunca he trotado durante tanto tiempo en esta carrera, pero si no lo hago no llegamos a los tiempos de corte.

No voy a cansaros con la dureza de la carrera y lo mal que lo pasé, tampoco ha sido la Botamarges en la que lo he pasado peor. Bueno pero ya se sabe, sarna con gusto no pica.

Durante toda la carrera fuimos coincidiendo en los avituallamientos con un grupo de corredores, entre los que se encontraba Félix San Juan de “Nativos”. Iban acompañando a un corredor. Ver como lo iban esperando, como lo animaban y como este luchaba por llegar a cada uno de los puntos donde le esperaban, me dio ánimos a mí también.

Al final 14 horas y 57 minutos. Quinta edición consecutiva de la Botamarges “a la saca” y con uno de los mejores tiempos que he hecho. Ya en meta nos enteramos de que Elías tuvo que abandonar a solo 10 km del final debido a un problema en el estómago.

No quiero dejar pasar la oportunidad para darle las gracias a mi cuñado Jesús. Sin él estas aventuras no serían lo mismo. Gracias por quedarte conmigo y sacrificar tus tiempos por acompañarme. Saber que estarás esperando en el próximo avituallamiento me da fuerzas para seguir y muchas de estas carreras las he conseguido acabar por estar tú ahí, controlando ritmos y esfuerzos. MOLTES GRÀCIES !!!!

Bueno, la reflexión viene de las palabras de Jaime “el speaker” en la salida contando la evolución en las inscripciones de la carrera. Hemos llegado a ser hasta 600 corredores, con inscripciones que se agotaban en tres días. El año pasado fuimos unos 300 y este año 250. Está claro que el nacimiento de nuevas e innumerables carreras hace que, aunque el número de corredores de trail haya aumentado, las carreras no llegan a cubrir inscripciones. Para mí la Botamarges es la carrera ideal.   Cerca de casa, buen recorrido, buenos avituallamientos, ideal para disfrutarla con la familia, para correrla con amigos, para sufrirla solo, y, por si fuera poco, para mi es donde empezó esta locura de las ultras y donde se me grabaron “a fuego” las palabras con las que siempre termino mis crónicas. Sería una lástima que desapareciera como les ha ocurrido a otras. Así pues, ya estoy esperando la Botamarges 2018.  Amunt Botamarges!!!!

¡¡¡El dolor es pasajero, la gloria es eterna!!!

Nos vemos en las montañas.

Gosa.

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Jesús S. Veterano 14:57:02 205 80
Gosa Veterano 14:57:26 207 82

VIII Transilicitana (11-Marzo-2017)

… y la madre que la parió

Esta carrera de 104 km discurre por el termino municipal de Elx. Una gran organización, a mi entender, con muy buenos avituallamientos y unos voluntarios preparados y dispuestos a ayudarte en todo lo que necesitaras.

La idea de participar en esta prueba partió de mi cuñado Jesús, yo no quería hacer este año la Perimetral de Benissa (no quiero obsesionarme con esta prueba que ya ha podido dos años seguidos conmigo), y un compañero de trabajo de él, Pepe, que es de Elche, se la planteó. Tuve mis dudas, 104 Km y solo 1420 metros de desnivel positivo, significa que la prueba es prácticamente llana, con lo que esto supone: correr, correr y correr, cosa que a mi no me va mucho, pero bueno, pensé que sería un buen regalo de cumple y que nos serviría para coger fondo. ¡¡Si yo hubiera sabido que en vez de ganar fondo perdería otra cosa….!!, pero, vayamos por partes.

El día 11 de marzo nos presentamos en la linea de salida Jesús S., Pepe y yo. Sabía que también participaba en la carrera Tomás Méndez, mutxamelero, hermano de mi amigo y compañero de batallas en la S.M l’Aliança José Antonio Méndez. Unas fotos rápidas en la salida (llegamos con el tiempo un poco justo), y a correr. Para variar salimos de los últimos. Normalmente no representa un problema, porque suele ser mi ritmo, pero la Transilicitana nació como una prueba senderista y sigue manteniendo esa esencia, con lo que hay mucha gente dispuesta a hacerla caminando. Somos unos 750 los participantes que nos hemos dado cita en la linea de salida. Jesús y Pepe empiezan a correr y a adelantar a todos esos participantes que van a hacer la prueba caminando. Adelanto a Tomás, nos saludamos y sigo para no perder a Jesús y a Pepe. Tomás sigue caminando. Su primera maratón ha sido en Sevilla y quiere tomarse esto con calma. Lo entiendo perfectamente.

Poco describiré el recorrido de la carrera. Sabía a lo que venía, mucho camino, mucho asfalto y poca montaña. La idea era correr el mayor tiempo posible y así va transcurriendo la carrera. Jesús y Pepe tirando y yo, “xino, xano”, todo el tiempo a mi ritmo.

Tomás se ha decidido a correr, nos alcanza y llegamos todos juntos al avituallamiento número 3, kilómetro 28 de carrera, donde está marcada la comida. Allí, como si de una comida campestre se tratara, nos sentamos sobre la hierba a la sombra de una olivera y a comer y beber. Nuestros/as “supporters” (Conchi, Eva, Josep y los peques de Jesús, Carlos y Jesús S. Jr) están todo el rato pendientes de nosotros y nos van trayendo lo que vamos necesitando. Después de unos 35 minutos (mas que un avituallamiento ha sido un comilona) salimos. Cuesta un poco arrancar, pero poco a poco cogemos el ritmo.

Jesús y Pepe siguen tirando, Tomás y yo a la nuestra, un kilómetro corriendo, otro andando. Un par de kilómetros antes del avituallamiento del polideportivo del Altet (Km 39) empiezo a notar molestias en el estómago. Le digo a Tomás que siga y bajo el ritmo. Los dolores aumentan y no veo el momento de llegar al avituallamiento. Podría parar detrás de cualquier matorral, pero me cuesta y prefiero esperar. Llego al avituallamiento y directo al baño, pero me quedo con la sensación de que esto no ha terminado, como que ha sido una “faena” a medias. Les pido a todos que salgan y me quedo comiendo algo. Barajo la posibilidad de retirarme. La molestia en el estómago sigue ahí. Treinta minutos después de entrar en este avituallamiento decido salir, el próximo está a 10 Km.

Me pongo a caminar. Sigo con la sensación de querer ir al baño y sigo con los dolores. Dejo de tomar pastillas de sales y geles. Paso toda la zona de arenales y sigo “penando”. Las estoy pasando putas, pero ya queda poco para el avituallamiento del cementerio del Altet, Km 49, donde tengo previsto cambiarme de ropa. Por si fuera poco, paso por una nube de mosquitos que me están acribillando. Cuando llego al avituallamiento veo la cara de alivio de Conchi. Jesús ha decidido esperarme, pero después de amenazarlo con los bastones sale en busca de Pepe, que también esta teniendo problemas en el estómago, pero justo al contrario que yo. Yo no puedo y él no para. Me cambio de ropa. Sigo con la molestia y sopeso la posibilidad de ir a los baños portátiles, pero no puedo. Salgo y a por el próximo avituallamiento.

Sigo caminando, me va adelantando gente, pero ya no tanta como antes, es más, empiezo a alcanzar a algunos que ya no pueden correr. El ritmo que llevo caminando no es el que suelo llevar cuando estoy bien, pero alcanzar a gente me anima un poco. Sigo sin tomar sales ni geles, pero no olvido tomar agua.

En el avituallamiento del Km 58 ya no está Jesús S. esperándome. Ha hecho bien y ha seguido. Conchi me cuenta que ha hablado con el Presi Jesús Jurado y que estará en el próximo avituallamiento. Ha hablado con un médico y le ha dado algo para mi estomago. Me tomo un par de caldos calentitos, unas gominolas y salgo con el ánimo renovado. Paso de los 10:40 min/km a los 9:30 min/km que ya se acerca más a mis ritmos de caminar. No nos adelanta nadie, y hablo en plural porque detrás de mi hay una luz que ha cogido mi estela y vamos los dos al mismo ritmo. En estos momentos pienso que en ningún momento me he sentido solo. Siempre he visto a alguien delante o detrás (y así fue durante toda la carrera).

A falta de dos kilómetros para el avituallamiento del Km 66 parece que la molestia ha remitido bastante, pero ya no me preocupa. El “Presi” estará en este avituallamiento con su remedio mágico. Entro en el avituallamiento y ahí lo veo, con su sonrisa y saludando a todo el mundo. También están, ademas de nuestro club de fans, Jesus S. su hermano Antonio y María José. Pepe no ha podido resistir, es lo que tiene pasar al lado de casa y estar hecho polvo. El estómago ha podido con él. A la próxima seguro que lo consigue. Me acerco y saludo al Presi y me dice que Conchi tiene lo que le ha dado el médico para mi. Veo que me lo dice con una sonrisita que….Conchi me lo enseña y me dice que es un enema. ¿Enema? ¡¡La madre que me parió!!, ¡¡Que Cojones!! Una LAVATIVA de toda la vida. Buff, no lo veo yo, no lo veo. Al final me convencen y… allí, detrás de un gran matorral, junto al muro de una fábrica en Elx, perdí parte de mi virginidad. Menos mal que fue Conchi la que me ayudó a perderla que si no….”bien corramos un tupido velo y no seamos mas explícitos, pero vamos, allí quedo todo”.

Una vez terminada la operación “Evacuación” salimos de nuevo. Esta vez se que no voy a convencer a Jesús S. para que se adelante. Se quedará conmigo le diga lo que le diga. Esta parte del recorrido ya la conocemos porque la semana anterior estuvimos entrenando por aquí. Cada vez me voy encontrando mejor. Como hace tiempo que no tomo ninguna pastilla de sales, tomo una y enseguida vuelven las molestias. Empiezo a pensar que algo ha cambiado en la composición de las sales que me ha afectado al estómago. Decido que ya no tomaré más en el resto de carrera y poco a poco la molestia se va.

A estas alturas de carrera ya tengo alguna llaga en las plantas de los pies y en algún dedo que otro. Molestan, pero las llagas en los pies es algo que suelo soportar bastante bien. Estamos en el avituallamiento del Km 78. Un par de caldos calentitos, que se convierten otra vez en el mejor gel, cargamos agua y yo algo de isotónica para suplir las sales, nos despedimos de las chicas a las que ya no volveremos a ver hasta la meta y a seguir.

A partir de aquí se concentra gran parte del desnivel de esta prueba. Caminamos a buen ritmo, a muy buen ritmo diría yo. Vamos cogiendo a gente y sólo nos adelantan algunos que corren, pero como las fuerzas están al límite, cuando paran a caminar los volvemos a alcanzar y así van transcurriendo los kilómetros. El objetivo es llegar a una antena donde está la altura máxima de la prueba. Cuanto más hacia arriba tira la carretera, mas gente cogemos. Los que corrían ya no pueden y nosotros no bajamos el ritmo con lo que los dejamos bastante atrás. Es nuestro terreno y cuando llegamos arriba….. ¡¡¡Por fin comienza la montaña!!! Es el único pedacito “técnico”, de bajada y como si de un milagro se tratara puedo correr. Estamos en el Km 90 ¡¡¡y puedo correr!!!. Ahora si es la nuestra. Seguimos adelantando a gente sin parar. En el avituallamiento del Km 92 casi no paramos, reponemos agua y salimos pitando.

El reloj me avisa. Km 100. Quedan cuatro y mi cabeza empieza a hacer cálculos. Cuatro kilómetros a 8 min/km más o menos… media hora… y entonces es cuando no puedo mas y grito “Me cage’n la….tinc els peus fotuts….m’han picat els mosquits…estic fins els “ous” de correr i caminar per l’asfalt….. he tengut mal de panxa…i per si tot això fora poc, m’han clavat gairebé mig litre d’aigua per el cul!!!…. Transilicitana, la mare que ta parit!!

Cuando cruzo la meta con Jesús, siento la satisfacción de cuando se consiguen los grandes retos. Justo delante de nosotros ha entrado un chico de amarillo y cuando nos damos cuenta resulta que es Tomás. Al final hemos entrado casi juntos.

Bien pues ya sabéis, si queréis una carrera para coger fondo y no os importa pasar horas y horas corriendo por asfalto y caminos, esta es vuestra carrera. Ahh!! eso sí, si en algún momento os duele el estomago, no llaméis al Presi, que aparecerá con una sonrisita picarona a solucionar el problema 🙂 🙂

El dolor es pasajero, la gloria es eterna

Old Runner Never Die

Nos vemos en las montañas.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Tomás Méndez Masc. 17:25:20 180 166
Jesús S. Masc. 17:25:32 181 167
Gosa Masc. 17:25:32 182 168