Este año la gente de Lurbel nos proponía para su Desafío Aitana tres pruebas con tres distancias muy diferentes:
- Una maratón (40K) con 2600 metros de desnivel positivo acumulado que recorrería las zonas de Sierra Cortina, Puig Campana y Sierra de Orxeta.
- Una ultra de 80 kilómetros con 4500 metros de desnivel positivo acumulado que recorría Sierra Cortina, Puig Campana, Comptador, Aitana y el Coll de Sacarest.
- Una ultra de 120 kilómetros con 7200 metros de desnivel positivo acumulado que recorría Sierra Cortina, Puig Campana, Comptador, toda la Serrella incluyendo sus cimas mas significativas (Malla del Llop y Pla de la Casa), Aitana, Coll de Sacarets y para rematar la Sierra de Orxeta.
Un total de seis corredores de A To Trapo nos inscribimos a este desafío 2015. Alejandro lo haría en la modalidad de maratón y Josemi, Sergio, Carlos, Jesús S. y yo (Gosa) lo haríamos en la modalidad de 120K. Además Josemi participaría en la modalidad por equipos junto a Esteban de Nativos.
El día amaneció despejado, algo fresquito, ideal para correr. Conforme fueron pasando las horas pasamos del calor casi agobiante, al frío de la noche. La oscilación de la temperatura fue de los 26ºC a mediodía a los 3ºC del amanecer.
En cuanto a la organización de la carrera, para mi gusto ha estado bien. Los avituallamientos bien colocados y completos, incluso habían geles y botiquín en la mayoría de ellos. Se que alguno me podrá decir que faltaba café en algún avituallamiento, que los macarrones estaban fríos, que faltaba algún tipo de medicamento en determinado avituallamiento, ¡¡¡pero leches, esto es una carrera de montaña, no el Hotel Ritz!!! (aunque el precio de la inscripción lo pueda suponer). Para mí los avituallamientos de 9 sobre 10, excepto el del final. Una carrera que pretende ser el referente nacional de las ultras no puede dejarte en meta sin tu ración de plancha. Si no va a haber para todos, no lo pongas en la ficha técnica. Soy capaz de perdonar fallos en avituallamientos en los que es difícil llegar, pero en línea de meta, en un pueblo, que no puedan ponernos algo para acompañar a la cerveza “Dios…”. Lo que les queda que aprender a estos de la Lurbel de otras carreras… (com no vaig a estimarte Botamarges). Al año que viene que me descuenten la parte de la plancha de la inscripción o que les cobren a los primeros más, porque yo llegar antes para poder hacerme la cerveza acompañada, como que no.
Bolsa del corredor completita, camiseta, calcetines largos y calcetines cortos, por lo menos para los corredores de la 120K. Lo que tampoco me gustó es que, el único detalle de “finisher” fuera una visera de Lurbel. El año pasado nos dieron una medallita de plástico que he lucido de forma muy orgullosa en el comedor de mi casa. Este año no podré admirar el detalle de “finisher” de una ultra de 120K, porque mi mujer es comprensiva, pero una visera en el mueble del comedor… Creo que no va a colar. Y otra cosa, ¿saben los de Lurbel como nos queda una visera a los que hemos sido agraciados con cabezas bonitas y por tanto con poco pelo? Si por lo menos fuera una gorrita 🙂 🙂 🙂
Quiero hacer una mención especial a los voluntarios. Mil gracias, señoras y señores de los avituallamientos, porque cuando lo normal es estar hasta el moño, por no decir otra cosa, de pasar frío y estar toda la noche, nos recibían con ánimos y sonrisas, dispuestos a ayudarte en lo que necesitaras. Madre mía como les temblaban las manos a algunos cuando te ponían agua o coca-cola. Lo dicho ¡¡Mil Gracias!!.
Bueno, vayamos al grano. El viernes por la tarde partíamos de Mutxamel hacia Finestrat Jesús y yo, para recoger los dorsales e irnos a descansar a la caravana que teníamos instalada en un camping a unos 10 minutos de la salida, lo que nos permitiría descansar el máximo tiempo posible. Después de la cena de rigor hicimos una puesta en común sobre algunos puntos de la carrera, los tiempos de paso por cada avituallamiento, el tiempo que podíamos perder en cada uno, lo que teníamos que comer y beber, el ritmo medio que nos permitiría llegar dentro del tiempo límite que estaba fijado en 30 horas, etc, etc… Fue una noche larga, donde los nervios, por lo menos a mi, no me dejaron dormir mucho.
A las 4:30 en pie, desayuno sin prisas y para la línea de salida. Llegamos, la verdad con el tiempo un poco justo, unos 15 o 20 minutos antes del pistoletazo. Veo la pancarta y por suerte localizamos sin problemas, justo antes de entrar en el corralito a nuestros compañeros en la 120K. Nos deseamos suerte, unas fotitos para la posteridad y repartimos las barritas energéticas de Chocolates Tonda. Josemi, capitán del equipo, marca una estrategia de carrera muy clara. No está permitida la derrota y todos, todos, tenemos que llegar a meta. Mientras nos dirigimos a la salida, me fijo en Josemi y Esteban y pienso que estos hoy van a volar. Al que no pudimos ver fue a Alejandro, que tomaría la salida dos horas más tarde. Después supimos que hizo una buena carrera para lo que le había sucedido el día anterior, ya que se hizo un esguince. Así y todo se presentó en la línea de salida y terminó en un tiempo que ya quisiera más de uno, entre los que me incluyo, poder alcanzar algún día, y es que los hay que tela marinera, no hay quien pueda con ellos. ¡¡¡Enhorabuena Alejandro!!!
Nos tomamos con tranquilidad la salida, lo que nos permite ver como las primeras unidades han salido como si de una media maratón se tratara. Entre ellos están Carlos y Sergio que han salido fuertes. Van a intentar hacer la carrera juntos. Carlos necesita los puntos para la UTMB y Sergio, igual que Jesús y yo, se estrena en una distancia superior a los 85 Kilómetros. Ya no los volveríamos a ver, aunque si que estuvimos informados de cómo iban en carrera. Vaya par de Titanes. ¡¡Enhorabuena!!
Intento localizar entre la multitud a los Mutxameleros del equipo objetivo, sobre todo a Joan Andreu y Marcos que también participaran en la 120K, pero no consigo verlos. Bueno, la carrera es muy larga y antes o después coincidiremos en algún punto.
El primer escollo a afrontar es Sierra Cortina. La subimos a buen ritmo, todos los corredores vamos en fila india, y la imagen de la serpiente de frontales es impresionante. Desde su cima, situada a unos 500 metros de altura, tenemos unas preciosas vistas de Villajoyosa, Benidorm y Calpe, sobre el reflejo del mar y bajo las estrellas. Una pena que ni fotógrafo ni cámara estén a la altura.
Una vez finalizada Sierra Cortina iniciamos la aproximación al Puig Campana, donde coincido con Nacho Bernabeu, Mutxamelero de corredores solitarios que participa en la modalidad de 80K y que tiene una cuenta pendiente con esta distancia. ¡¡Enhorabona Nacho, objetiu cumplit!!.
Antes del ataque al Puig Campana se encuentra el avituallamiento del km 15, donde cargamos agua y yo pruebo una de las barritas de Chocolates Tonda. Si te gusta el Turrón de Alicante seguro que te gustarán y llevando miel, almendras y azúcar la energía está asegurada. Falta testarlas cuando llevemos muchos más kilómetros a ver que tal se mastican y entran. Jesús toma uno de los geles de cafeína que lleva y que ya ha probado en varias carreras. Repuestos los líquidos y las fuerzas, a subir se ha dicho. La subida al Puig, brutal, como siempre. La hacemos a ritmo, Jesús va por delante, pero yo tengo claro que es el principio de la carrera, y no puedo forzar. Voy siguiendo el ritmo cómodo de los que llevo delante, pero poco a poco se van viniendo abajo y como en una escapada de ciclismo vamos dándonos relevos. Cuando llego a la cima está Jesús esperándome. Iniciamos el descenso y me viene a la cabeza el del año pasado. Por lo menos este año no está mojado, pero incluso en seco la bajada del Puig es complicada.
En el avituallamiento del km 21 vemos a Marcos y a Joan Andreu. Ellos van a salir ya. Nosotros cargamos agua y rápidamente nos unimos a ellos. Ya no nos separaríamos hasta el final de la carrera.
De camino al siguiente avituallamiento (km 32, subida al Comptador), sufro el primer contratiempo. El caso es que he intentado seguir el ritmo de mis compañeros y en una subida complicada hago mas esfuerzo del debido con la pierna derecha y sufro un tirón tremendo en la parte interior del muslo. Nunca jamás me había pasado. El dolor es muy fuerte y pienso que es el final. Estoy muy enfadado y me doy un par de golpes con la mano en el muslo maldiciendo mi mala suerte y….”voala”, no sé lo que he hecho pero el dolor desaparece poco a poco y cuando llego al avituallamiento ya estoy recuperado. Allí me están esperando mis compañeros de aventura. Les cuento lo que me ha pasado y me dan ánimos. Les pregunto como van. Es una pregunta retórica, pero Jesús no lleva la cara de siempre e intuyo que algo le pasa. Bueno en estas carreras tan largas todos pasamos por momentos complicados.
Nada más salir del avituallamiento me vienen a la mente las palabras que la tarde antes me dijo Jesús “El Jefe”. “Gosa, tu a tu ritmo, olvídate de los demás. Si quieren ir contigo que te esperen. A tu ritmo llegas seguro”, Así lo hago. Me olvido de ellos y a mi ritmo subo por la zona del Racó Ample, hasta alcanzar los 1000 metros de altura, para una vez alcanzada esta, empezar a bajar hacia Benimantell. Bajo feliz porque allí voy a encontrar a Josep, Conchi y Eva. Vaya equipo de amimador@s que tenemos. Sin ell@s las carreras no serían lo mismo. Gracias por estar ahí, y por sufrir tanto como nosotros. Solo decir que pasaron toda la noche de avituallamiento en avituallamiento, casi sin pegar ojo y pasando tanto frío como nosotros. Saber que en el próximo avituallamiento vais a estar ahí nos da fuerza para llegar.
Cuando llego al pueblo están todos sentados en una especie de plaza pequeña que tiene un parasol. Me quedo un poco fuera de juego viéndolos allí, comiéndose un bocata tan tranquilos. Me dan un montadito que como a regañadientes, unos tragos de Powerade fresquito, nos hacemos unas fotos y les meto prisa para ir al avituallamiento, ya que allí están las bolsas para cambiarnos de ropa. Así pues, avanzamos unos 200 metros por el pueblo y de nuevo avituallamiento. Allí nos recibe Mª Ángeles con una sonrisa inmensa y nos da muchos ánimos. Cambio de ropa, nos ponemos más fresquitos y le doy a mi mujer toda la ropa de frío, excepto el chubasquero, para aligerar el peso de la mochila ya que es considerable. Aquí me entero de que le pasa a Jesús, el gel de esta mañana ha causado estragos en su estómago y el pobre va todo el rato sufriendo y controlando mucho para no deshidratarse. Salimos del avituallamiento con dos horas de margen de cierre de control lo que nos da seguridad para afrontar la Serrella.
La Serrella se hace larga, muy larga y cada uno de nosotros pasa por su momento malo. Primero Joan, después Marcos, yo…. Jesús va delante, y aunque lo está pasando fatal no se le nota. Estos montañeros son duros de verdad.
A mitad de ascenso empiezo a sentir frío, mucho frío y echo de menos las cosas que le dejé a Conchi. Lección aprendida. Coronamos el primer pico de la Serrella la “Malla del Llop”, foto, chubasquero y cresteo, un par de bajadas duras, nuevo avituallamiento y para Confrides.
Segundo punto de cambio de ropa, nos abrigamos bien, descansamos un poco, hidratamos, comemos y hacia la Aitana. Llevamos cerca de 14:40 horas de carrera, son alrededor de la 20:40 horas y ya podemos intuir lo que nos espera esta noche. Frío, mucho frío.
La aproximación a la Aitana la hacemos todos juntos, andando a ritmo vivo y en un descuido se me cruza uno de los bastones por entre las piernas y se rompe. Me viene a la cabeza el gran Antonio con su bastón tuneado, pero yo no soy Antonio y la pérdida de un bastón será algo que pagaré más adelante. Conforme nos acercamos a la Font de la Forata vemos que la cima de la Aitana esta cubierta por las nubes. Iniciamos el ascenso. La humedad ha mojado las piedras y están resbaladizas. Ellos suben a buen ritmo pero yo empiezo a notar un vacío en mi estomago bastante sospechoso. Tengo angustia. Solo de pensar en tomarme un gel la cosa empeora. Decido parar un momento y entonces me vienen a la cabeza las gominolas que llevo en la mochila. Voy comiendo poco a poco y parece que mi cuerpo las acepta bien. El azúcar hace su efecto, voy cogiendo fuerzas y consigo llegar a la cima más o menos entero. La cima está completamente cubierta, y no tengo a nadie por delante que me sirva de guía. Miro hacia abajo y tampoco distingo ninguna luz para esperar y afrontar el cresteo en compañía. Conozco la zona y no tengo por qué tener problemas así que empiezo a seguir las marcas y cuando me doy cuenta voy por una senda, pero hace mucho tiempo que no hay cintas. Me cruzo con un sapo, al que le pregunto si voy bien, y empiezo a reírme solo. Si me llega a ver alguien hubiera pensado que tenía alucinaciones. Como suponía la senda lleva a otra donde ya encuentro alguna marca. Veo luces delante lo que significa que me voy aproximando a la gente. Es Marcos. Juntos vamos buscando el camino. De repente vemos luces por detrás, alguien nos está alcanzando, pero son Jesús y Joan. No sé por donde pero hemos cogido un atajo. Al final contactamos con más gente y hacemos un grupito de unos 10-12 corredores que poco a poco vamos buscando marcas y bajando. Al final conseguimos la senda correcta y llegamos al avituallamiento de Tagarina.
Afrontamos las pistas para llegar al descenso de Sella cada uno un poco a su ritmo, conscientes de que no estamos muy separados y que en Sella nos volveremos a agrupar. El descenso de Sella es un infierno. La rodilla izquierda no es capaz de soportar mi peso y me falta un bastón. Lo paso mal, pero otra vez la visión de los míos en el avituallamiento me hace coger fuerzas. Entrando en Sella, están Josep y Eva esperando y me preguntan por Jesús. Les digo que venía delante y que seguramente ha tenido que parar. El pobre lleva todo el día haciendo paraditas. Conforme va pasando el tiempo me voy preocupando, pasados unos cinco minutos aparece y todos respiramos un poco aliviados. Los que conocéis la bajada de Sella sabéis de lo que hablo.
En Sella, último cambio de ropa. Camiseta de ATT para la llegada, pasta, coca-cola, descanso, vaselina 🙂 y en marcha. Queda mucho todavía pero yo ya no tengo duda. Vamos a llegar. Somos cuatro Mutxameleros con un fin común y al final de ese fin nos espera…… una CERVEZA. Quien podía dudar que llegáramos.
Este es el trozo más aburrido de carrera, pista, asfalto, pista y más pista hasta llegar a la subida del Coll de Sacarest. La subida no es muy dura pero la bajada. Insufrible. Es aquí que emulando a Superpaco, recojo un palo de pino bastante gordo pero efectivo que me sirve para ir apoyando el peso del cuerpo y no dejarlo caer sobre la rodilla. Llegamos al último avituallamiento. Allí siguen Conchi, Josep y Eva. Como un sándwich, para que no me ocurra lo del año anterior que llegué vacío a la cima de Orxeta, y salimos. Salimos todos menos Marcos que tiene un problema de rozaduras en los muslos y en el avituallamiento de Sella equivocó la crema y se puso antirrozaduras de los pies. Él se queda embadurnándose, esta vez si, de vaselina. No queríamos salir sin él, pero es más alto que nosotros y cualquiera no le hace caso.
Solo nos queda Orxeta. Si no tenemos un percance lo tenemos casi hecho, pero la experiencia del año pasado tiene que servirme para no equivocarme. Encabeza el grupo Joan que poco a poco se va adelantando. Esta vez Jesús insiste en que sea yo el que marque nuestro ritmo, señal de que está más o menos recuperado y se encuentra fuerte y no quiere reventarme. La subida es dura, muy dura para los kilómetros que llevamos en el cuerpo. Pero cuando los pies no van, la cabeza manda y cuando fallan los pies y la cabeza… cuando fallan los pies y la cabeza está el corazón que hace que no pares y que consigue que recuperes la cabeza, que vuelve a ordenar a tus pies que sigan y sigan. Así conseguimos, sin detenernos una sola vez subir Orxeta. Arriba está Joan, pletórico, sabiéndose finisher, pero con su amigo Marcos en la cabeza. Es lo primero que hace, preguntar por él. No lo hemos visto, pero le digo que es un tío duro, que una mierda de rozadura no podrá con él (tuve un profesor en el instituto que me enseñó que las palabras están para utilizarlas).
Bajo Orxeta y lo hago llorando. No me importa decirlo. En parte por la emoción, en parte por el dolor que siento cada vez que apoyo la pierna izquierda. Y encima … bajo corriendo. Terminada la bajada nos reagrupamos. Mientras caminamos hacia Finestrat recuerdo a mis compañeros de entrenamientos Ángel, David, Juanma…. También de Cristian que está empezando y que tantas veces me ha dicho que lo iba a conseguir. Finestrat ya esta ahí y voy saboreando la meta. Soy feliz, muy feliz. Entramos juntos y nos fundimos en un abrazo. Solo nos falta Marcos, pero ya sabemos que ha salido del último avituallamiento y que va a llegar. Y así ocurre. Los cuatro en meta. Los cuatro “finishers”
Dar la enhorabuena a Josemi y Esteban que aunque subieron al cajón como segundos clasificados en realidad fueron Primeros.
Sergio y Carlos hicieron su carrera juntos y también entraron juntos a meta.
Y a mi cuñado Jesús decirle que lo que hizo tiene un merito grandísimo, que muy pocos están capacitados para terminar una ultra de 120Km y +7200m en las condiciones de carrera que el tuvo que padecer. Cualquier otro, estoy convencido, hubiera arrojado la toalla.
Trascurridos ya unos días desde la carrera me doy cuenta que lo que nos pasa en las ultras nos sirve para aplicarlo en la vida. Podemos tener bajones, ver que todo se derrumba, creer que no voy a llegar pero si estás convencido, si sigues un poco más, eres capaz de recuperarte y llegar a la meta. Ahora mientras ”lamo” mis heridas recuerdo mi primera ultra, aquel Botamarges del 2013 y el lema de aquella pancarta que tanto me ha marcado y con el que desde entonces termino todas mis crónicas:
“El dolor es pasajero, La Gloria es Eterna”
Nos vemos en las montañas
Old runners never die.
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Enlaces sobre esta prueba
120k
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Josemi | VETERANO | 20:55:12 | 34 | 12 |
Carlos | VETERANO | 26:37:18 | 109 | 47 |
Sergio | VETERANO | 26:37:19 | 110 | 48 |
Jesús S. | – | 28:42:51 | 140 | – |
Gosa | VETERANO | 28:42:58 | 141 | 61 |
40k
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Alejandro | – | 7:43:20 | 272 | – |
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[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]
Este es el recorrido recogido con un Garmin Forerunner 310XT. Las marcas aparecen cada 10 kilómetros.
El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.
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