Seguimos sumando días al confinamiento y seguimos siendo cada día una familia más grande y más unida en A To Trapo.
La iniciativa que impulsaron los amigos Borja y David se ha convertido en algo tan importante para cada uno de nosotros durante la cuarentena que, al menos el que suscribe, necesita el evento para poder sentirse libre durante unas horas cada domingo por la mañana. Es como si, al ver a los compañeros, al ver sus casas, jardines y fotos, te sintieras teletransportado y disfrutando con él o ella en ese otro lugar. Como además somos tan hospitalarios y campechanos, nos sentimos animados a romper la barrera física que nos han impuesto, corriendo al lado del compañero, como cuando vamos por el paseo de la playa o las sendas de la montaña. He escuchado a varios especialistas asegurar que una de las actividades que más nos están ayudando en esta situación es el compartir experiencias en encuentros grupales online. Pues probablemente sí, el sentimiento de pertenencia o grupo nos ayuda más de lo que pensamos.
Precisamente esa forma de ser que tenemos en nuestra familia, tan abierta y alegre, nos lleva a montar representaciones casi teatrales como las de este jueves. Que es Santa Faz, pues montamos la Peregrina desde casa. Pero no, conectando y saludando y cada uno a lo suyo, no. Aquí todos ponen su granito de arena. Los artistas diseñadores de los dorsales, los carteles o las composiciones de fotos y vídeos después de meta. La preparación de la logística en la inscripción o en las donaciones a la Cruz Roja. Y muchas cosas más.
Pero esta vez nos hemos superado. Ataviados para la ocasión con blusón y pañuelos, con las cañas, los rollitos, la mistela y la música. El saludo al sol del presi, siempre motivador y que se añora realizar sobre la arena de la playa. Hasta tuvimos una pedazo de speaker que nos dedicó la salida. Gracias BigMike. Los brindis, las risas, el buen rollo. Yo me monté hasta mi pequeño santuario y me vi situado delante del monasterio con su fachada resplandeciente, esa que tantas veces he visitado y donde ruego, casi cada domingo, para que los seres queridos que tenemos allá arriba, cuiden de los que quedamos aquí bajo. Los que somos alicantinos o romeros de las poblaciones limítrofes creo que hemos vivido una auténtica jornada de Santa Faz. Día grande e importante para muchos de nosotros.
Ah, se me olvidaba, además de toda esta fiesta, hicimos algo de actividad física. Unos más que otros, como siempre.
Por último, pertimitidle a un alicantino importado de Sant Vicent, que alce la copa de mistela y brinde por todos nosotros al grito que merece la ocasión.
VIVA ALACANT Y VIVA A TO TRAPO!!!
VIVA LA SANTA FAZ!!!