Y llegó mi primera ultra. Como siguiendo un orden lógico de acontecimientos. Así, sin forzar, porque desde que hace aproximadamente dos años aterricé entre este grupo de trotadores, no he parado de hacer cosas que en mi vida hubiera pensado hacer, casi sin darme cuenta. No hace ni un año que corrí mi primera media maratón de montaña en Cuenca, luego vino la primera maratón en Confrides y la segunda en la Sagra y más carreras de mayor o menor tirada o desnivel y ahora me encuentro aquí corriendo una ultra de 59K y 5.078m de desnivel acumulado. Como un adicto a alguna sustancia he pasado de dar unas caladas a un porro a meterme en vena directamente las carreras y puedo decir que me costaría mucho desengancharme de este mundo, pero ¿Quién tiene ganas de hacerlo? Yo no, desde luego.
Vaya por delante antes de entrar en faena, el agradecimiento que quiero darle a mi compañero y amigo Julián Moya. En el transcurso de la carrera me prometí que si llegaba a meta le dedicaría esta crónica, porque si hoy estoy aquí ha sido por él. De su mano llegué a A To Trapo en un momento vital muy necesario. Por tanto es justo que, aunque sea en estas líneas le muestre mi gratitud, sobretodo en este momento en el que está en boxes curándose de una lesión. Al igual que en una carrera avanzamos hacia adelante, centrados sólo en alcanzar un objetivo, llegar a un avituallamiento, culminar una subida y no miramos atrás, no vemos al que viene peor porque ha tenido un problema durante la carrera, así vamos por la vida, avanzando, es algo lógico y normal. Pero de vez en cuando es necesario pararse y preguntar: ¿por dónde irá este o ese otro? Y es justo y necesario que me acuerde de Julián. ¡Va por ti compañero, ánimo, sé que pronto tendré el placer de correr contigo! Bueno, detrás de ti, para ser justos.
Y… al lio:
5 AM: suena el despertador, aunque a decir verdad llevo media hora despierto, los nervios, supongo. Ya con todo preparado me encamino hacia el Aula de la Naturaleza de la Sierra de Salinas, lugar de salida y llegada de la prueba. En el trayecto y de noche me pierdo un poco con el coche pero enseguida encuentro la carretera y llego sobre las 7. Recojo el dorsal con muy buen ambiente y música “cañera” a tope.
Poco a poco me voy quitando el sueño del cuerpo y entrando en calor, porque la mañana es fresca. Las primeras luces van despuntando y se va viendo el valle con una densa niebla a media altura pero despejado en las alturas, señal de que el día promete soleado y con calor.
Ya con todo lo necesario a cuestas me voy acercando a la línea de salida. Me hago la foto en solitario junto al podium, para dejar constancia de que A To Trapo ha estado aquí, pero, qué va!! si nos conoce todo el mundo!!. Un tal David de Crevillente me da recuerdos para el Presi y otro corredor me pregunta si he venido solo. Pues sí le digo y añado: “es que mis compañeros ven una de más de 100k y allí que se apuntan, esto les parece poco”. Risas.
Bueno, llegó el momento, el speaker da comienzo a la cuenta atrás. Pistoletazo de salida y allá voy, con todas las dudas del mundo en la cabeza pero dispuesto a darlo todo, con los ánimos y consejos de Benjamín Vidal, mi entrenador: “Aplica las tres C: Calma al principio, Cabeza durante la carrera, con Cojones al final”.
La carrera discurre por una pista ancha, entre almendros ya en flor, en plan tobogán, con subiditas y bajadas suaves. Pronto me quedo casi el último y miro el crono. Pero si voy a 6 minutos y me quedo el último!! Dios mío, pero donde me he metido!!. Me engancho a unos chicos y una chica, de Cartagena y de San Javier. Durante varios kilómetros vamos juntos, comentando ellos, yo no, las pruebas donde han participado: que si el Iron man de Tenerife, que si la Ultra de Mont Blanc y cuando me llega el turno a mí, les digo que es mi primer ultra. Jajaja, segundos de silencio. En fin, es lo que hay.
Salimos de la sierra de Salinas para cruzar la carretera que lleva desde Pinoso a Yecla, por un falso llano hacia el valle de enfrente con la sierra del Carche al fondo. Llegamos al Km. 11 a la pedanía de Raspay donde está el primer avituallamiento. Estoy ya enchufado, me paro poco tiempo y sigo yo solo, pero al poco engancho al “maestro” Juan de Dios. Conversamos un rato, como no podía ser de otra manera, de las anécdotas vividas con el Presi en no sé qué carera en la que se perdieron juntos. También me dice que son de la misma quinta. Tranquilo Presi que ya le dije que tú solo tienes 60, él tiene 62, pero muy bien llevados porque cuando empieza la primera subida del día en un momento me va dejando atrás. Madre mía!! Que pasada de ritmo que me cogió el hombre!!
En fin, a subir con tranquilidad hasta llegar al segundo avituallamiento, tras una bajada divertida, entre desbroces de monte. Desde aquí varios kilómetros de bajada técnica y en algunos tramos muy técnica, de esas que no me gustan nada. Llega un momento que ya no sé hasta donde se puede bajar más, pero tiene un sentido, coger en el Km. 22 la primera gran suida del día, ascendiendo casi en vertical durante 2´5 k al pico del Carche, una subida por la misma cresta de la montaña, la verdad, fuerte. Aquí empiezo a tener mis primeros problemas estomacales. Me doy cuenta porque no me entra nada en el cuerpo a pesar de encontrarme algo vacío. La subida se me atraganta al final. Pasamos por el refugio y por el pozo de nieve, que la verdad, ni veo de lo justo que voy. Valoro continuar hasta el próximo avituallamiento en el km. 25 y ver como lo llevo. En el avituallamiento me obligo a comer unos dátiles, pero los problemas continúan. Aquí ya hay gente que está abandonando, al final creo que fueron alrededor de 20 personas las que se marcharon a casa antes de hora.
Con la perspectiva de la bajada que viene a continuación, decido continuar hasta el avituallamiento sólido del Km. 42,5. El camino transcurre entre bajadas técnicas pero muy guapas entre barrancos y pistas forestales anchas. Me voy animando y cogiendo fuerzas. Adelanto a algunos corredores, bueno no voy del todo mal. En el km. 35 y tras acabar las bajadas técnicas hay otro avituallamiento. Me informan de que voy bien de tiempo lo que me termina de animar. Más corredores que se han quedado aquí. Continúo, ya he pasado dos de las cuatro subidas de la carrera.
La pista por la que voy empieza a picar poco a poco hacia arriba para convertirse en senda y pasar por el tercer alto del día, la Sierra de las Pansas. Son las 3 de la tarde y hace bastante calor. La subida fuerte, tiene su recompensa al otro lado, ya que la bajada es fantástica, una pista ancha que me lleva entre almendros en flor a ambos lados. Un verdadero espectáculo. A 3 km. de la pedanía de Raspay, de nuevo se pasa por aquí, vuelvo a sentirme mal, hasta el punto de que aun bajando me tengo que para en repetidas ocasiones y en una de ellas a esconderme detrás de unos arbustos con resultado negativo, falsa alarma.
Llego a Raspay bien de tiempo. Avituallamiento sólido. A pesar de no querer saber nada de comida, el maestro Juan de Dios, al que me encuentro allí, me aconseja que coma dulce de membrillo que me arreglará el estómago y que no desfallezca. Bueno, pues si él lo dice, así que me como un plato de macarrones y me atiborro a dulce de membrillo. Entre eso y un antinflamatorio parece que la vida se ve de otra manera. Esto y unos minutos en el excusado me terminan de reponer, jajaja. Estoy ya a 15k de meta y empiezo a ver las cosas de otra forma.
Así que enfilo el último tramo, sé que tengo varios kilómetros más o menos suaves hasta llegar de nuevo a la sierra de Salinas, porque estoy haciendo en este tramo el recorrido inicial pero a la inversa. Voy adelantando a algún corredor. Conversamos lo justo, a estas alturas ya las fuerzas van justas. Nos damos ánimos y continuamos, cada uno a lo suyo, que ya es suficiente.
Estoy ya a unos 9 km. de meta y cuando ya lo daba todo por hecho, se presenta la cuarta dificultad de la prueba: la peña del águila, una subida de nuevo casi vertical con algún tramo en los que me toca trepar con las manos. Y a sólo 7 km. de meta!!. Es que lo ponen complicado. Hay momento en los que escucho al speaker en meta, el viento debe de traerme el sonido, pero la subida continúa. Por fin llego arriba, paso por el punto geodésico y empieza la bajada, primero por una senda, luego por una pista ancha. Último avituallamiento, giro a la derecha y ¿de nuevo subida? Pero es que esto no se acaba? La verdad sea dicha, me vengo un poco abajo. Saco fuerzas de donde no las hay y sigo. A unos 200m. Vuelvo a ver al “Maestro”. Paso por el cartel de 3km. a meta, me vengo arriba, esto está hecho. Me invade una sensación increíble, parece que todo el cansancio se retira por arte de magia. Tanto me he venido arriba que no me doy cuenta que he entrado en una bajada muy técnica, casi en vertical.
2km. para meta, sigo bajando a un ritmo, para mí, fuerte, me acuerdo de los compañeros del grupo Ñ, para ellos esta bajada sería una delicia, para mí, dura. Al final se me suben los gemelos. ¡Maldita sea! ¡Que me quedan 800m.! Relajo un instante y sigo. Salgo al llano, giro a la izquierda y veo ya la meta. Aún queda genta aplaudiendo, animando. Son las 18´40h. Hay corredores en meta, entre ellos Juan de Dios, que me anima: “Vamos Jose, ya estás”. Sonrisa de felicidad y ánimos de todos los que allí están. Entro en meta casi flotando, porque no me lo creo, he conseguido acabar mi primera ultra. Con 20 minutos antes del cierre pero me da lo mismo. Eso es lo de menos, ya vendrán mejores… o no, lo que toca ahora es disfrutar del momento y pesar que hace mes y medio lo veía negro cuando me torcí el tobillo y ahora aquí estoy.
Muchas gracias a todos los que me habéis ayudado en este camino. Gracias por esperarme en las bajadas (y en las subidas, pero esto menos, jeje) cuando salimos a entrenar: Ángel, Gosa, Cristhian, David. Por darme buenos consejos, por hacerme sentir uno más del grupo.
Hoy, como me dijo Ramón en un mensaje, me he consagrado y ahora… hasta el infinito y más allá. Próximo objetivo: Marató i Mitja de Castellón. Hasta pronto!!
Jota
—
Enlaces sobre esta prueba
Nombre |
Categoría |
Tiempo |
Puesto General |
Puesto Categoría |
Jota |
M50-MAS |
10:44:15 |
102 |
14 |
—