Una vez más el pequeño Eduardo nos invitaba a trotar por los montes de Petrer con salida y meta en su casa, donde las cervezas empezaban a refrescarse para la vuelta. Empezamos a llegar todos y a prepararnos para la salida.
Tras un breve resumen de lo que iba a ser la trotada, nos pusimos en camino por la rambla de Salinetas para empezar luego a subir por la senda hacia el abeto de navidad y de allí a la antena del Cid. Ramonet quiso imprimir un ritmo endiablado que nos obligó a muchos a suplicar que parase. Oscureció poco antes de llegar al abeto y con los frontales nos fuimos guiando hasta la cima, unos por la senda directa y otros por la pista.
Las vistas que nos regaló el esfuerzo de la ascensión bien merecieron la pena. Toda la costa, desde el faro de Santa Pola hasta Campello, los pueblos del interior, Agost, Novelda, Monovar y al otro lado Petrer, Elda, Sax y hasta Villena, todo con la iluminación nocturna en una noche perfectamente clara en la que también pudimos contemplar el cielo estrellado que Juanma, con la ayuda de no sé qué aplicación de móvil, midió, clasificó e identificó estrella por estrella, constelación por constelación… Luego dicen que los ovnis no existen… ¡pues que le pregunten al móvil de Juanma!
A partir de allí todo fue bajada, aunque no cómoda pues piedras sueltas y pendientes pronunciadas nos hacían llevar especial cuidado. Después de aquello quiso Eduardo intentar reducir el grupo llevándonos por un senda de unos 30 cms de ancho pegada al lado de un precipicio al que ni alumbrando con el frontal le veíamos el fondo… No caímos ninguno, meno mal, pero el sudor frío de pasar por allí nos duró un buen rato. Ya una vez en el cruce del Contador y tras celebrar cónclave allí mismo, decidimos no subir a la Silla del Cid y atajar para llegar antes al Pi del aire y de allí bajar por la rambla al punto de partida. El rugido de nuestros estómagos y los compromisos de no llegar muy tarde convirtieron el voto en unánime y en poco menos de 1 hora estábamos ya todos en fila india esperando nuestro turno de ducha para luego regar el gaznate con unas cervezas y reponer fuerzas con los bocadillos y unos nachos picantes…
Magnífica velada, 17 km, casi 3 horas, 700 m de desnivel positivo y la agradable compañía de los que amamos este deporte… No será la última nocturna este verano…
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Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 210. Las marcas aparecen cada 4 kilómetros. El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo. |
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