Maratón de Atenas, las bodas de plata
Este año iba a celebrar mi 25 maratón y ya que a los de New York no les bastó mi marca para poder correr, ¿en cuál celebraría mis bodas de plata? En un foro de maratonianos Víctor de Zaragoza puso ¿alguien se viene a Atenas?
De siempre me ha gustado la cultura griega, son los precursores y padres del pensamiento filosófico (en el instituto fui la rarita que se leyó todo lo que escribió Platón y Aristóteles) y científico, y son los padres de los juegos olímpicos, es más fue Thales de Mileto el que escribió la frase “Νοῦς ὑγιὴς ἐν σώματι ὑγιεῖ” o como lo conocemos nosotros “Mens sana in corpore sano”, así que si unimos el pensar, la ciencia y el deporte, pues ¿por qué no ir a recorrer el maratón original a Atenas?. Me han dicho que es muy dura, pero es la 25 y el sitio lo merece así que sin pensarlo demasiado, inscripción, billetes y hotel reservado.
Día 8 de noviembre, vamos para Atenas, esta vez me acompaña mi madre que hay que celebrar el cumple, llegada y en el aeropuerto un stand de la organización en la que nos dan un abono para todos los transportes del área de Atenas, además el chico súper simpático me pregunta ¿corres tú sola? y yo sí, aun así me da dos abonos. Por la noche nos acercamos a ver el Estadio, que bonito que es.
Día 9 para la feria del corredor, que está en el Pireo, en las instalaciones que albergaron los JJOO de 2004. La feria muy bien, con bastantes cosas, y una entrega rápida, aunque un poco extraña, ya que te hacen recoger el dorsal, pasar por todos lados como si de ikea se tratara, para por fin salir y darte la camiseta, y darme cuenta que mi bolsa tiene la mitad de las cosas que las de las personas que la recogieron el día de antes. Según una chica, no muy amable, los patrocinadores son los que dan las cosas. Este detalle me parece muy muy feo, máxime cuando luego me entero que hay personas que se llevaron dos gorras o camisetas 🙁 Por la tarde paseo por el barrio de Plaka donde el Partenón nos observa…
Día 10 de noviembre, día del maratón y he dormido tirando a nada y como siempre algo me tiene que pasar; la verdad es que cuando llegué a Atenas no estaba en mi mejor momento, anímicamente el ver a Juan Enrique en el maratón de Murcia me dejó muy tocada, vi la cara mala del maratón, esa que a mí por suerte nunca me ha mostrado, y por otra físicamente tampoco, llevo un resfriado que no se me quita desde hace mucho, encima el día de antes me baja la regla, me dieron un maletazo en la rodilla mala que me la dejó morada… vamos que encontrarme no me encuentro… pero este maratón lo tengo que hacer sí o sí, por mi, por Juan Enrique y por Bruno, una personita que nos ha enseñado mucho de cómo afrontar las cosas en la vida. Así que a las 6:30 a coger el autobús a la Plaza Syntagma, frente al Parlamento. Somos 13000 personas que nos desplazamos en autobuses hasta Marathon, por lo que una gran cantidad de éstos recorren las calles atenienses a esas horas.
Yo sabía que el maratón éste era durillo, en el perfil son 32 km cuesta arriba y luego cuesta abajo, pero el autobús hace parte del recorrido y me doy cuenta que este maratón se las trae, es un continuo sube y baja, donde una parte ganan los sube y otra ganan los baja… así que como me dijo una vez Rodrigo Gavela, una cosa es lo que has entrenado y luego hay que tener en cuenta las condiciones del día y la carrera, así que paso del plan A al plan Z, sólo quiero llegar al estadio olímpico de Panathinaikó sonriendo, con los brazos en alto.
La salida en Marathon muy bien organizada, por bloques. La elite y detrás está mi cajón, cuando llevo como 20’ dentro se me acerca un chico polaco, Dariuz, y me dice ¿tú corriste Varsovia? Y yo sí, y me comenta que corrió un rato conmigo, que hizo 3:22 y quiere bajar ese tiempo… yo le digo que esta vez llegará delante y como no me encuentro me pongo al final del cajón y allí conozco a Andrés, un chico Valenciano que afronta su primer maratón…
A las 9 en punto, al ritmo del Sirtaki versión remix dan la salida a la élite, un minuto más tarde nosotros y yo salgo muyyyyy lenta, y Andrés delante, así que me pongo a su lado para ir hablando un rato. Es curioso este maratón tiene indicado de manera permanente los Km, para que cualquier persona lo haga cuando quiera, aunque con el tráfico que hay en Atenas yo no me atrevería a correr por esa carretera. La carrera transcurre por la carretera Leof. Marathonos, vamos que es la carretera del maratón, con estatuas y poco más. Aunque vamos pasando por diferentes municipios donde sí se congregan muchos niños que han participado en una carrera de un km que se hace ese día.
De repente nos desvían hacía la playa y es ahí en el km 5 donde de verdad soy consciente que hoy no es mi día, que hace calor y que el circuito realmente se las trae, que me duele la tripa, que me molesta la cadera y la rodilla, y que no merece la pena, que llegar llegaré pero me da igual que sea en 4 horas… Así que dejo a Andrés que se vaya por delante pero nunca se va mucho así que lo vuelvo a pillar, hasta que en el km 15 decido que voy a ir al aseo, con tranquilidad salgo del aseo y pienso que no voy a correr más que despacio, km a 5:50, pero en el 16 una niña pequeña rubieta me da una rama de olivo y fue como el revulsivo, esta carrera hay que correrla no solo pasearse, que corro por más que por mí, tengo que alejar algunos fantasmas. Vuelvo a enganchar a todo los que ya había pasado, aunque no voy rápido voy adelantando a gente… El circuito constante sube y baja y desde el 18 al 25 una subida muyyyyy mala, donde gente que salió delante va andando, ufff esta carrera se las trae, más de una vez pensé “ahora entiendo porque se murió Filípides”, que encima sin asfalto, sin avituallamiento, sin nada… En el 21 engancho otra vez a Andrés y vamos juntos pasando la media en 1:41, pero creo que en el 24 o así se descuelga y ya no lo veo más… Yo hacía arriba pasito a pasito, voy bien pero sin forzar.
Y llegamos arriba de la cuesta, km 31,5 o algo así y empieza la cuesta abajo, pienso esto ya está hecho, así que me dejo ir, acelero y a partir de aquí solo hago que adelantar a gente, pero no está todo hecho, en el km 34 veo a un chico sentado totalmente blanco, me paro le pregunto si está bien, me mira con cara extrañado y me dice que sí, así que sigo… En el 36 adelanto a Dariuz le digo que se venga y me dice que esta carrera es de locos, a lo que le respondo que “de muy locos”, y sigo… y en el km 38 ya en Atenas un chico tirado en el suelo al que le han puesto una vía, eso me hace frenar pero yo voy bien así que sin perder los papeles vamos para delante, Km 40 y se pasa por la estatua de cristal del corredor y se ve el monte Likavetos, una preciosidad, km 41 ya está, pero otro corredor al que le están poniendo una vía me recuerda que no, que no está, pero a mí ya me da igual… acelero y enfilamos la carretera detrás del Parlamento y los Jardines, y aparece imponente el estadio… Una maravilla de mármol blanco con un tartan negro en el que el sonido de las personas es atronador… así que a meta… Solo por este momento merece la pena este maratón… nos hacen dar la vuelta a la pista para salir y es la primera vez en mi vida que me arrodillo y beso una pista… esta pista tiene mucho significado.
Luego voy a recoger mis cosas y a buscar a mi madre y volver para ver a Víctor entrar, y veo que la cara fea del maratón no tiene piedad, dos personas se desploman entrando al estadio, uffff… pero yo he llegado muy bien físicamente y anímicamente lo malo se quedó en el km 34… ahora a descansar aunque activamente.
El martes volvemos al estadio para verlo y recorrer su historia, y me hago la foto en el podium, pensaba que iba la 40 y al final la 18 chica y segunda de mi categoría… y bueno en estas carreras grandes no dan trofeos por categorías, pero como el podium está, me aprovecho 😉
Luego una semana de vacaciones conociendo este ciudad cuna del pensamiento, donde dioses como Zeus, Poseidón o Nike tienen sus templos, y que por desgracia han dejado caer en un abandono, que a mí me resultó muy triste.
Veinticinco maratones es mucho o poco según con quien te compares, pero lo que es mucho y con lo que me quedo es con las personas que he ido conociendo a lo largo de estos años, muchas de ellas ligadas a este deporte… Llegar a casa y ver que tengo más de 100 mensajes de felicidades, la verdad es que emociona…
Como siempre muchas gracias a los que están ahí, mi entrenador (al que llevo muy mareado) José Luis Mareca sin el que nada de esto sería posible, mi madre, familia, personas que siempre están ahí como Lita, Viky o Aless, mi fisio Noe que hace lo imposible para encontrar el hueco para dejarme las paticas preparadas, los amigos/as de compartir muchos domingos correteando de Atotrapo Juanma (sin el que estas crónicas no serían posibles), Martina, Juan Enrique, Fernando, Jesús, Jorge, Tomás, Juan Carlos, etc., los amigos/as del foro Antonio, Susana, Duquito, Lobo, Sergio, Moncho, Juan, Juanjo, Roberto, Alex, Beto, Luis, Mario, Raki, Pablo, Joslette, etc., el grupo increíble del trabajo de los que sólo corre uno pero en cambio siempre están atentos a mis correrías: Mónica, Natalia, Isabel, Leticia, José, Juanjo, Oto, Maribel, Demo, otras personas que la vida va poniendo en mi camino como Idoia, Ángela, Paco, Silvia, Raúl, Juan Carlos, Lola, etc. … bueno muchas personas que siempre, siempre están y a las que nunca podré agradecerles el que estén.
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Tal y como Homero planteó en su Odisea, tanto Ulises como Telémaco deben emprender un viaje en el que lo importante no es el destino sino lo que aprenden durante el viaje, esto ha sido para mí estos 25 maratones. Creo que el maratón es una distancia atractiva por lo misteriosa que se nos hace. Hay un punto en el que nunca sabemos como va a responder el cuerpo y por muchos que lleve tengo mucho respeto a la prueba, pero ya se me ha quitado el miedo, sé que si regulo llego sin sufrir, y esto es para mí es lo fundamental, por eso nunca haré buenas marcas, pero no importa.
Como explicó Platón en su mito de la Caverna, “hay que deshacerse de las cadenas y mover los músculos que nos han dejado inmóviles y volver a contemplar el mundo de las ideas”, así que poco a poco mover los músculos y descubrir las ciudades desde el interior de sus calles, donde es el día del maratón en la que todas son para nosotros. Muchas personas me han preguntado ¿te vas de vacaciones o a correr? O también ¿quién te paga esto? Pues me lo pago yo porque me encanta ver y conocer el mundo de esta forma.
Efjaristó polí o lo que es lo mismo muchas gracias por leeros el tocho que al final siempre me sale.
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