A to trapo estuvo allí
Fue una escapada rápida. Sabíamos que la media maratón de Madrid tenía fama de ser algo dura, por las rampas que nos ofrecía el trazado de la carrera. Tampoco era para tanto… En esta ocasión subimos dos trapenses: la gran Lola Rejas y el Rafa S. Las previsiones meteorológicas daban posible lluvia débil por la mañana, pero como siempre, la meteo se equivoca. Tiempo privilegiado, 9º a la salida y unos 14-15º a media mañana. Salida desde el parque del Retiro.
Nos encaminamos en Metro, y parece que no fuimos los únicos en usar el transporte público. Poco a poco, las paradas recogían más y más corredores. Llegamos al recinto de salida. Vaya ambientazo…hasta 20.000 corredores. Camiseta con tonos vivos, entre roja y naranja, que componía una imagen de salida, con muchos runners con la oficial puesta, que dibujaban una enorme cola roja delante de nosotros. Pistoletazo de salida puntual. 9.30h. Lola no tenía todas las fuerzas consigo y le digo que ni se le ocurra abandonar. La acompaño durante los primeros 9Km, todo el tramo de subida más duro. Vamos a un ritmo entre 6m y 5.45m el Km. Dejamos el Retiro pronto y encaramos Príncipe de Vergara.
Llano, muy llano de momento. Grandes avenidas siempre concurridas y ruidosas, ahora en silencio absoluto. Sólo las pisadas de los runners. Público, poco, muy poco. A esas horas Madrid duerme. Nos metemos por todo el Barrio de Salamanca con los majestuosos edificios del ensanche madrileño mirando tanta gente corriendo. Enfilamos Diego de León y giramos por Santa Engracia para encarar las primeras rampas. No muy duras, pero sostenidas y largas. Lola Rejas no dice ni pío. Yo no paro de hablar para que no decaiga. Le cuento anécdotas de la ciudad. Ella escucha y aguanta el ritmo. Nos ponemos en un ritmo estable de 5.45h. Magnífico para nuestro objetivo de 2h. Primer avituallamiento y como si paseáramos. Bien!!! Encaramos la Glorieta de 4 Caminos. Esto nos recuerda al Monopoly, pero en lugar de comprar casas, compramos metros y aliento… Ahí vamos!!.
Hacia el norte de Madrid. Con respeto, pero si dudarlo, volvemos a las rampas hasta que vislumbramos las Torres KIO, en Plaza Castilla. Nos contemplan estos mastodontes desde las alturas con una sana envidia de correr y correr. Las torres quietas, pero con ganas de moverse. Pasamos por Juzgados de Plaza Castilla: se nota un tufillo a chorizo algo sospechoso… Y ahí llegamos a la zona más al Norte de la carrera. Le digo a Lola que ya vienen las bajadas de la calle Serrano y que si eso … ya nos vemos :). Nos separamos y empiezo a meter ritmo contundente. Alcanzo un ritmo de 5.05m y voy lanzado hacia la meta. Pasamos por lo más granado de Madrid, colonia El Viso, inicios de Calle Serrano. Seguimos por Plaza República Dominicana, Los Delfines, más Serrano, rampas y más rampas, pero el intelecto de la sede del CSIC nos da alas a la mente.
La parte central y final de Serrano es llana y con bajadas. Allá que va Rafaelito Soler con su hernia discal. Dale, dale… que el Castaví anima ¡!!! Las boutiques de alta gama abren sus persianas y los maniquíes aplauden a tanto runner con ganas de llegar. Príncipe de Vergara nos deja otear que ya estamos cerca: se vislumbra el Retiro. Buen ritmo y bajando … Rodeamos todo el Retiro y Menéndez Pelayo nos ofrece una bajada digna de apretar (Pili, sí me aceleréeeee). Corro como nunca porque a partir del Km 19 viene la caña de España, una subida por Atocha y Alfonso XIII que ni el abuelo del Rey se imagina. Estamos rotos. Los 2 últimos Km son duros, muy duros. Me pasa el globo de las 2h. Yo quiero hacer 2h!!!! Eso no estaba previsto!!!!. Volvemos a entrar al parque del Retiro. Llano. Aprieto y aprieto y por fin META!!! 2h.02m. Y aquí sí, aquí ya ha despertado Madrid y hay gente animando por doquier. Les ha costado, pero al final aparecieron. Lola aparece 10m después, con esa camiseta de A TO TRAPO inconfundible. Termina ¡!!! Y con una gran sonrisa, como es ella…
Y esta crónica se la dedico a mi amigo Pedro y su familia. Su padre falleció el sábado y por estar yo en Madrid no pude acudir a despedirlo, pero el aliento y la fuerza que transmiten las personas que nos quieren y se van, queda en esta crónica como homenaje a los que vienen y vendrán. Siempre nos queda lo mejor de ellos. Un abrazo, Pedro.
Rafa S.
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