IV Trail de Aigües (4-Febrero-2018)

Pensat y fet. Así es como llegué a esta carrera, instigada por Cristian, que tenía mono de montaña e iba convenciendo a la peña, aunque sé que muchos participaban ese mismo día en una carrera en el pantano de Tibi.

Como se trataba apenas de 15 km, me pareció buena idea salir de casa y ver otros paisajes durante una mañana fresquita. El día finalmente resultó nublado e ideal para correr ligero, pues al no hacer calor se podía llevar poca ropa y pocos complementos (ni gafas, ni gorras, ni guantes, ni chubasquero, ni camel-bak).

Se trata de un evento organizado por 15 Cumbres que estaba abierto a la participación de corredores y senderistas. He de decir que a los andarines no me los topé en ningún momento de la carrera.

El recorrido está muy equilibrado en su configuración técnica. Tiene dos avituallamientos en carrera más uno meta muy suculento, con fruta y deliciosas cocas tanto dulces como saladas.

La carrera tiene no poca pista, lo que permite a los de pies ligeros, imprimirle velocidad. Si se es de larga distancia (maratón, ultras…), los 15 km a altas pulsaciones descolocan un poco. Pero a veces las piernas piden variedad y está bien darles un cambio.

Es recomendable hacer una salida rápida y a tó trapo, como hicieron David, Cristian y creo que también Sergio. Jota, Pirri y yo sí que encontramos algo de tapón al inicio de carrera.

Las subidas fuertes se dejan ver pronto. Antes de llegar al km 5 ya teníamos dos de ellas. Las bajadas en cambio, eran muy comedidas, sin terreno demasiado técnico. La señalización, perfecta. Y la llegada a meta es muy agradecida, pues la carrera no da rodeos innecesarios y tras abandonar el monte, casi enseguida se está cruzando el arco de meta.

Una carrera para disfrutar y para hacer un entrenamiento vivo. Muy recomendable. No sé si a Cristian se le habrá quitado el mono ya. Igual y hasta tiene más ahora.

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Sergio Vet C Mas 1:23:27 27 7
Cristian Vet B Mas 1:27:15 37 7
David G. Vet B Mas 1:28:47 38 8
Verena Vet B Fem 1:35:15 57 3
Jota Vet D Mas 1:38:45 63 5
Pirri Vet B Mas 1:39:36 66 16

Cursa Muntanya d’Olocau (2-Octubre-2016)

Este fin de semana he repetido una carrera que disfruté y sufrí a partes iguales hace dos años.

img-20161002-wa0003Se trata de la Cursa de Muntanya d’Olocau, en la Sierra Calderona, de 30 km y 1550 m de desnivel positivo acumulado. Bah, números… Como los 28 meses que tiene mi perrita Roma y que con apenas cuatro (cuando era una cachorra) ya conoció el trajín al que la sometería varios fines de semana.

Esta carrera me dejó una huella especial porque, tal y como conté en la crónica de 2014, tuve un dolor de pie que me hizo ser muy conservadora en los primeros kilómetros. Este año las complicaciones serían otras: falta de entrenamiento en las dos semanas anteriores a la carrera y cierta indulgencia en la dieta que vaya si se nota… En fin, sin presión pero con presión… Porque este año he cumplido los 40 y tengo un medio trauma, porque yo nunca pensé verme con estos años encima, os juro que no…

14468775_804415892995499_8737672385796546020_oEl recorrido era exactamente el mismo que el de años anteriores. Lo recordaba muy bien, pues me impresionó lo bien trazado que estaba: un grado de dureza alto, sendas limpiadas (que es más que limpias), zonas muy técnicas, algo de pista, mínimo asfalto (solo el del inicio, la vuelta al pueblo, de 1 km).  En fin, dura y bonita. Mucho.

Volví a ver la misma entrega del pueblo de Olocau (alcalde, voluntarios de la carrera…). Otra vez estaba Jaime González, el espíquer y la causa benéfica de la carrera (AVAPACE). Cambiaban los rostros de los participantes. Sobre todo de las chicas, no conocía a casi nadie pero ya muchos me iban dando referencias del gran nivel que había y de quién sería la ganadora presumiblemente (presunción confirmada finalmente, carrerón de Eva Bernat).

14542290_804419449661810_8237145681024610889_oSin presión, que yo he venido a rodar y mantener la costumbre de ponerme un dorsal de vez en cuando. Sin embargo, los de la carrera me sugirieron que me pusiera delante en la salida (“para la foto”). Qué risa, que yo soy una cuarentona ahora. Pero salí pisando con alegría desde el inicio, porque me gusta este ambiente y esta gente. Me encontraba muy a gusto cuando veo la marca del km 5 y mi reloj marca 34 minutos. Voy rápida, para lo que soy yo. Llevaba las zapatillas Topo que son súper ligeras y notaba que daba algunas zancadas en bajada bastante osadas para mi forma de correr.

14556687_804696079634147_3341072703425264949_oMe sentí alegre hasta el km 12, que es el segundo avituallamiento y que tiene lugar en el pueblo tras entrar por una bonita senda. Y allí no estaba Luis como hace dos años. Me sentí sola y me dio un bajón anímico. Tampoco en carrera conocía a nadie, todas caras nuevas, como he dicho más arriba. Nadie a quien saludar o quien compartir un ratillo de conversación… Así que me iba fijando en las chicas que tenía algunas veces por delante y otras veces por detrás. No quería adelantar a nadie a menos que realmente fuera necesario. Hasta que me pasa una chancletera corredora minimalista. Y bueno, como en Leadville ya disfruté comiéndome a todos los “tarahumara wannabe” que me encontré en el camino, pensé que, puesto que me sentía un poco aburrida en carrera, un objetivo le añadiría diversión a lo que quedaba. Y a falta de uno me tracé dos: dejar a la de las sandalias bien atrás y hacer menos de cuatro horas (4h13’ hice en 2014). ¡Ah!, porque si he de ser honesta, sí que salí de casa más que dispuesta a hacer mejor que nadie el tramo de Kilómetro Vertical de la carrera, que al final no pudo ser y que me dejó algo tristona.

Yo creo que es sano querer ganarle a algunos corredores. Eso me lo enseñó mi amigo Diego hace como diez años:  ver por detrás alguna camiseta cuyo color no te guste e intentar darle alcance. Y los dos objetivos que me inventé en el km 18 los conseguí gracias, creo, a que me gusta trepar riscos y correr en las subidas.

Y poco más que añadir.  Que esta carrera me gusta mucho y que la recomiendo a todo el mundo. No es demasiado larga y el ambiente es genial.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Verena Vet. F 3:56:38 65 1

Emocionante Trail de Bronchales TDB 43K (3-Julio-2016)

43 kilómetros no son nada. Ya nadie presume de maratones. Pero, qué le vamos a hacer, a mí todo lo que vaya entre los 30 y 65 km me gusta y se me ajusta bien al cuerpo. Es esa sensación de darlo todo, incluido el punto masoquista de sufrir y la gloria divina que se siente al darse una buena ducha el mismo día… Eso tiene precio…

El TDB era una de las carreras que tenía claro desde principios de año que iba hacer. Había estado en estos mismos montes de la Sierra de Albarracín (Teruel) hace muchísimos años y podría volver a pasear corriendo por “el pinar más denso de Europa”.

Esta carrera está hecha de tres ingredientes principales: 1. el cariño de toda la gente de Bronchales y Noguera, que miman hasta lo indecible a todos los visitantes (prácticamente todos llegados de la provincia de Valencia). 2. La implicación de un montón de personas y negocios locales dispuestos a trabajar más horas de las que nos pensamos para que el fin de semana fuera inolvidable. 3. El entorno natural con que cuentan y que merece la pena ser conocido y disfrutado.

La Organización había preparado otras varias carreras (10K, 20K, 24K) para ese día, que compartían parte del recorrido y de las cumbres de la carrera más larga. Con 43K y 2.000 m acumulados de desnivel positivo, la carrera no debería llevarme más de 6 horas. Pero no contaba con el calor de ese día. Unas temperaturas inusualmente altas, según comentaban los del lugar, me convencieron para tomar precauciones adicionales a las habituales. Bebería agua de forma calculada (no solo por sensaciones) y cada hora ingeriría una cantidad pequeña de sal para combatir los efectos de mi excesiva sudoración cuando corro.

Estas dos cosas las decidí durante la charla técnica del sábado por la tarde, donde una nutricionista y un médico nos dieron valiosísimos consejos para afrontar esta y cualquier otra carrera de larga distancia. También me encontré con Gloria Fuller y su hermana, que me insistieron mucho en ingerir sales, sobre todo Mg. Yo, como no tengo costumbre de ingerir estas cosas y hace tres años justos que no ingiero ni una gota de isotónico ni de geles, me eché esta vez en una bolsita plástica un poco de la sal de mesa (NaCl) que me había llevado al camping para aderezar el tomate de la cena.

20160703_164606Tomé la salida con bastante tranquilidad, fiel a mi estilo. Cada vez soy de menos agobios y al final uno queda donde las piernas ese día te permiten estar, como bien demuestra el haber visto prácticamente las mismas caras (y culos) durante gran parte del recorrido.

Los avituallamientos estaban bien surtidos y planificados. Siete en total, cada uno con los alimentos claves que la nutricionista de la carrera había estipulado. Un lujo contar con este detalle pues todo me pareció rico, sano y nutricionalmente perfecto para cada etapa de la carrera.

Entro otros, alcanzamos los dos picos más altos de estos montes: el Caimodorro y por último la Sierra Alta tras una penosa subida con la mayor diferencia de desnivel de toda la carrera. Pero el tramo que realmente me hizo agonizar fueron los “supuestamente” últimos 5 km, desde Sierra Alta hasta la menta en la plaza de la Fuente en Bronchales. Y digo lo de supuestamente, porque para mí que eran al menos 3 km más de lo marcado. No es que en total hiciéramos 46 km, pero sí ha sido como que las marcas de km anteriores estuvieran desplazadas y esa diferencia se corregía todo al final. Esto lo comenté en meta con un par de corredores que sí llevaban GPS y al parecer ha sido así, pero no lo he confirmado de manera irrefutable.

20160703_164513Además, el perfil escondía una subida hasta el camping Las Corralizas que era mucho más larga y empinada de lo que mostraba el perfil dibujado en el dorsal. Yo, que conocía el camping pues es donde nos hemos alojado este fin de semana, no salía de mi asombro cuando hemos tenido que rodearlo y atravesarlo. Sí, es el camping a más altitud de España (1.720 msnm), pero el domingo me pareció también el más grande del mundo.

20160703_172941-01Fue a 2 km de meta donde me vine abajo. Hacía ya más de media hora que me habían dicho aquello de “te queda 1,5 km”. Así varias veces. Y a mi mente y a mis piernas les costó mucho readaptarse al esfuerzo adicional que no me esperaba a esas alturas. Cuando vi que ser sub-6H ya no iba a poder ser, me sentí un poco engañada. Había hecho hasta entonces una buena carrera, con mucha cabeza a pesar de que el calor no es lo mío y no me había dado por vencida en ningún momento, siempre positiva y remontando. Hasta 2 km antes de meta en que las ganas de llorar pudieron conmigo.

Finalmente llegué a meta sprintando los últimos metros. Mucha animación y bonitos regalos además de los que ya nos habían dado el sábado al recoger los dorsales. Luis y Roma felices y contentos de verme. El verles tan felices y las dos cervezas con que me homenajeé en meta me hicieron olvidar el gusto amargo de los minutos de más que tardé.

Ahora me tomaré un breve descanso estival y me prepararé para mi próxima aventura, que será nocturna, muy probablemente.

 

Notas con algunas reflexiones:

Esta carrera quedaría mejor en mayo o en septiembre. O un julio de otro año más benévolo.

El camping que cito más arriba es el alojamiento perfecto. Si se quiere descansar, allí la paz es envidiable, sobre todo si se quiere descansar la noche antes de la carrera, que en el pueblo más abajo había fiesta con batucada. Además, a los corredores no nos imponían hora de desalojo y podíamos ducharnos a la hora que acabáramos. Los trabajadores del camping son realmente encantadores y cuando pasé corriendo por el tramo que lo atraviesa, me animaron como si hubieran sido de mi familia.

Información de la carrera de 43K (también hay de 10K, 20K y 24K).

XV KM Vertical Gandía (10-Enero-2016)

Juanma me pidió que os contara mi experiencia en esta prueba del KV Vertical Gandía con la esperanza de que os motive a alguno a realizarla el próximo año.

Pero antes os contaré que esta ha sido mi tercera vez inscrita en este evento pero la primera vez que llegaba a participar realmente, pues en las dos ocasiones anteriores, por razones que ahora no recuerdo bien, tuve que cambiar de planes a última hora.

IMG-20160111-WA0003Fue Alberto (amigo de A Tó Trapo de Xàtiva, aunque él aclarará que es de Enova) quien me animó a apuntarme. Es cierto que los primeros días de enero no parecen fechas muy propicias para estrenar el año con una carrera corta y explosiva, pero en mi caso, el saber que mi cuerpo estaba bien abastecido de jamones, turrones y roscones (cuantas delicias acaban en “-ones”, ¡uf!) me infundía consuelo. Sospechaba que no iba a ser la única que llevara a cuestas un kilito o dos extra; así, estas fiestas nos igualaban a todos como pocas veces volverá a ocurrir dentro del calendario deportivo.

Lo que sí que era distinto en mi caso es que iba casi de estreno. ¡Hacía nueve meses que no me colocaba un dorsal! El último había sido casualmente en otro KV, el del Puig Campana, allá por abril de 2015. Debido a esta falta de costumbre olvidé echar en el bolso la camiseta oficial roji-verde de ATT que tanto me gusta y que tan buena suerte me da siempre (perdón, presi…).

En definitiva: a mí, si hay alguien que no lo sepa ya, las carreras con mucha subida me gustan. Mucho. Muchísimo. Me dan morbo, hacen que me sienta… un poco… no sé, entre sexy y animal. Aunque siendo siendo estrictos, he de decir que esta carrera no es realmente un KV como reza su nombre, ni siquiera sería una carrera vertical. Aquí van un par de definiciones extraídas del Reglamento de Carreras por Montaña de la FEDME:

Carrera vertical:

“Las competiciones de Carrera Vertical constarán de una única subida, permitiéndose un máximo del 5% de bajadas propias de las características del terreno y no provocadas. El desnivel mínimo en subida será de 700 metros. La distancia máxima será de 8 kilómetros.”

Siendo KV Gandía cronometrable durante 13 km (y no 8 como mucho), ya no califica como carrera vertical. Mucho menos como KV:

“Sólo se considerará Kilómetro Vertical aquella competición de 1.000 metros de desnivel positivo entre salida y llegada (+/- 5% tolerancia) que se desarrolle sobre terreno irregular de gran pendiente, el recorrido del cual no exceda de 5 km.”

Pero bueno, nos entendemos entre nosotros, ¿verdad? Y subir a la cima del Mondúver es siempre gratificante.

Jaime “el espíquer” (Sense Límits) anima la salida en una zona de la ciudad de Gandía conocida como el Barranco de Beniopa. Los corredores salimos en tres grupos cajones escalonados con 5 minutos de diferencia entre ellos. En el momento de hacer la inscripción cada corredor elige libremente en qué cajón salir. Como no tenía referencias y sabía de mi deficitario entrenamiento, opté por salir en el último, pensando que iría más cómoda con menos gente respirándome en la nuca. Posiblemente no fue una buena decisión, pues adelanté desde muy temprano a mucha gente y pasé valiosísimos segundos esperando que se disolvieran los atascos en las sendas. Esto lo pensaba, pero no me preocupaba gran cosa y cada parón me servía para recuperar y volver a arrancar con más fuerza.

El trazado me pareció cómodo y muy asequible, pues los 7 primeros kilómetros son prácticamente llanos y anchos. Imposible que se formen tapones. Luego llega la subida con fuerte pendiente, pero al ser esta la parte en la que yo disfruto, se me pasó en un abrir y cerrar de ojos. Veía la hilera de gente por delante ascendiendo poquito a poco y de vez en cuando miraba hacia el mar para regalarme la vista con el paisaje. Llegué a meta casi sin darme cuenta y allí recibí la bonita sorpresa de que mi Luis y mi Roma estaban allí esperándome. Corría un fuerte viento y el poncho de plástico que nos daba la organización en meta se agitaba ruidosamente. Tras esperar a Alberto un par de minutos, bajamos juntos por el trazado indicado por la Organización, conversando animadamente.

En total, 13.7 km de carrera con un desnivel positivo acumulado de 1.120 m en 2 horas y 1 minuto, más otros 4 km para bajar hasta el área recreativa de la urbanización Font de la Drova, donde estaba el catering que ofrecía la organización. La bolsa del corredor incluía una bonita camiseta de algodón conmemorando el 15º aniversario de este evento y un buff. En meta había masajistas y un catering muy completo con bollería, hot dogs, caldo calentito, sándwiches, fruta, cerveza, entre otras cosas.

Allí pude saludar a Sofía García (la ganadora) y a Rosi Llorens (que llegó segunda) y esperaban a subir al podio. Rosi es de Cuenca y fue allí donde la conocí hace unos años. De esos encuentros breves, pero es volverla a ver y saludarnos con mucho cariño. Tengo que regresar a Cuenca, me parece un lugar precioso y nunca he competido allí…

Alberto, Jessica Mataix, Sofía… Estos son los agradables rostros que te alegras de ver en las carreras. Significa que todo sigue en su sitio. Estoy feliz de haber vuelto y de haber acabado con tan buenas sensaciones la primera carrera de un año que espero que sea, sobre todo, divertido. La emoción me dura dos días después y me noto con una vitalidad desacostumbrada últimamente. Las montañas y los montañeros me dan vida. Gracias por estar allí.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Verena VET FEM 2:01:13 231 8
Alberto VET MASC 2:10:23 329 125

[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]

Este es el recorrido publicado por la organización. Las marcas aparecen cada kilómetro.

El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.

Sierra Helada (5-Julio-2015)

IMG_7361Buscábamos una salida a rodar suave y de pocos kilómetros, simplemente para vernos y presentar la peña a Unai, un amigo corredor vasco que estaría por Benidorm durante esos días.

De las varias alternativas propuestas antes, la de Sierra Helada me pareció la que reunía las mejores condiciones para ese día: punto de encuentro céntrico y urbano, bonitos paisajes y baño en el mar incluido.

2015-07-05 07.58.06Se quedó un excelente grupo: el presi Jesús, Juanma, Juanjo, Gosa, Unai y yo. Empezamos el recorrido subiendo hasta las antenas, disfrutando y fotografiando las hermosas vistas. Había algo de bruma en el horizonte, así que no pudimos divisar la isla de Ibiza, aunque Unai la tenía ya muy vista porque acaba de pasar unos días de vacaciones allí.

El grupo de seis pronto comenzó a estirarse. El presi y Unai iban en cabeza, corriendo y hablando de esto y lo otro. Pronto llegamos hasta la cruz de Benidorm. Nunca había estado allí y me sorprendió por sus grandes dimensiones. Bajo su sombra descansamos un par de minutos y nos hicimos algunas fotos más. Juanjo y Gosa que optaron por no llegar hasta allí, pero enseguida volveríamos a verles al desandar el camino.

IMG_7370A medida que pasaban los kilómetros, nos íbamos encontrando otros corredores menos madrugadores que nosotros. No muchos, la verdad, pero sí muy resueltos, preparándose retos importantes para este verano. La fiebre de correr ultras sigue extendiéndose… Pero es tan bonito soñar… Yo, que por ahora tengo los sueños locos guardados en un cajón, comparto totalmente la ilusión de los demás: Unai este domingo en la Galarleiz, Juanma azotando el asfalto dentro de un par de meses en Chicago y para 2016 nuevos límites que se abren ante nosotros.

A pesar de lo corto del recorrido y el ritmo llevadero, el calor empezó a hacerse notar con contundencia. A algunos se nos agotaron completamente las reservas de agua y yo deseaba llegar al coche para hidratarme con la botella adicional del maletero, pero sobre todo con esa prometida cerveza que se anunciaba desde la convocatoria por correo electrónico.

IMG_1818Pero antes, el broche de oro del recorrido: baño en una cala privada y exclusiva para nosotros. Llena de dolorosas piedras, sí. Y a la que se debe acceder con un buen calzado si luego se quiere salir de allí. Pero con un agua deliciosíma, a la temperatura perfecta y una cala del tamaño idóneo para recogerse allí y disfrutar.

Quitado de esta manera el calor exterior, era imperativo hacer lo mismo por dentro. Así que nos fuimos al bar de guardia y pedimos que nos inyectaran en vena la cerveza más fría que hubiera.

Ya estábamos preparados para partir, ficha imantada incluida que todavía no tenía por no haber podido asistir a la Sandía Night. Una mañana perfecta. ¡Feliz verano a todos y que volvamos a reunirnos pronto, aquí o más al norte!

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