Subida CABEÇÓ, 25 Diciembre 2022 (Último domingo del año).

Como marca la tradición, el último domingo del año, subimos el grupo A TO TRAPO al Cabeçó, en sus comienzos fue Bauti/Tista quien lo encabezó y posteriormente los García pa Rato cogieron el testigo, pero en esta ocasión el testigo fue compartido por los que en el parking del mismo nos dimos cita; dos liebres de lujo en esta ocasión: Tana y Max, o mejor dicho, fueron 3, ya que Álvaro (hijo de Ramonet) se unió al grupo; grupo por cierto de amplia horquilla de edad (entre los 17 y 65 años). En animada tertulia fuimos poniéndonos al día de temas diversos, de toda índole, Ramonet y Álvaro pronto se pusieron en cabeza y el resto seguimos disfrutando a veces trotando y otras andando en este soleado día, el viento soplaba de sur y otras de norte, por lo tanto teníamos el contraste frío/calor asegurado, alguno de los concurrente fiel a los genes paternos acudió con alguna capa de más, las cuales fue mudando al poco de comenzar. Atrás dejamos el Racó de Seva, para sin hacer parada en el Collado Polset seguir hasta la cima del Cabeço donde Ramonet ya nos esperaba con Mario de Xixona que se sumó y se empeñó en hacernos la foto grupal (gracias), seguimos con brindis, lectura de agradecimiento y manifiesto de los objetivos deportivos para el 2023 de cada uno de los asistentes y no faltó el avituallamiento navideño en la cumbre, para posteriormente bajar, algunos por la solana y otros por la umbría, en el parking nos despedimos y nos citamos para el próximo 24 de diciembre del 2023 (último domingo del año). Un abrazo pulpero y nos vemos en LA BAÑÁ .

Jesús

MARTINA 60, primera SENADORA de A TO TRAPO.

Queridos amigos,

Menuda sorpresa más maravillosa me habéis organizado para mi cumple! Ha sido muy emocionante entrar en la sala y encontrármela con tantos amigos, y los senadores esperándome para que pueda formar parte de tan ilustre grupo. Os habéis volcado en organizar toda una serie de sorpresas, cada una preparada con cariño, ilusión, arte y creatividad que me han llegado al corazón. Nuestra cena sin duda formará parte de mi Tesoro de recuerdos más valiosos, por la alegría, felicidad, amistad y el calor humano que me habéis brindado y que hemos compartido como grupo de amigos que somos.

Os doy las gracias a cada una y a cada uno por los kilómetros compartidos, los ánimos, los viajes, los abrazos, las carreras, las risas, las fiestas, el compañerismo, los chistes, los consejos, y ante todo por hacerme sentir como una más de esta terreta y de esta familia del tap tap tap.  LLegar así a los 60 es un gran privilegio.

Soy muy afortunada por haberos conocido, y orgullosa por ser la primera senadora de ATT. Gracias por formar parte de mi vida, y a por mucho más!

Vivir la vida – ¡A To Trapo!

Martina

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Imposición de la corona de olivo (60 años) .

El olivo ha sido en la historia de la humanidad:

Símbolo de la paz, recordad a Noé enviando después del diluvio a la paloma que volvió con una rama de olivo en el pico.

Símbolo de fertilidad, las mujeres con dificultad para engendrar dormían bajo su sombra.

Símbolo de fuerza e inmortalidad, porque es capaz de resistir en condiciones extremas de sequía y se renueva desde hace miles de años.

Con aceite de oliva ungían y lubricaban los cuerpos de los atletas y con una rama de olivo coronaban a los vencedores en los juegos olímpicos.

Esto es la historia y la mitología.

Hoy lo cierto y real es que nuestra amiga MARTINA ha cumplido 60 años.

Esperamos que, con la imposición de esta corona, cuyos atributos acabamos de referir, MARTINA siga alumbrándonos y acompañándonos en este camino por muchos años más y para ello le exigimos que doble la rodilla para recibir de manos del más anciano de los senadores esta corona que solo se consigue con el lento paso del tiempo.
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Cumpleaños de Martina (Josele)

Cuando algún desconocido me pregunta de dónde soy, aunque por educación le diga dónde he nacido, en el fondo me pregunto a mí mismo qué importa eso realmente en la vida de un ser humano porque eso es en muchos casos fruto de la casualidad.

Es cierto que a ese hecho suelen estar después vinculadas la lengua, la cultura, la religión y otras circunstancias que llevaron a Ortega y Gasset a decir “yo soy yo y mi circunstancia”. Mi tierra, tu tierra, nuestra tierra. Pero ¿qué mérito tiene haber nacido en una u otra tierra, en una u otra cuna? Ya lo decía El Lazarillo en el prólogo de su historia.

“Escribo a vuestra Merced para que tenga entera noticia de mi persona y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando salieron a buen puerto”.

Y ya metidos en la arena de la historia de la literatura me viene a la mente aquel discurso que Don Quijote, cogiendo en la mano un puñado de bellotas, dijo a los cabreros después de ser invitado a cenar por ellos bajo una encina:

“Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de TUYO Y MÍO. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas.

Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían… Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia. Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir su honestidad. No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza”

Si echamos una mirada por la historia, pasada y reciente, vemos que las únicas fronteras buenas son las inexistentes. Todas las demás son fuente de guerra, de invasión, de muerte, de conflicto. Quizá uno de los objetivos más importantes en estos tiempos que vivimos sea justamente ése: borrar las fronteras de la tierra. Todas las fronteras: las geográficas, las de las lenguas, las de las religiones, las del hambre y la abundancia, las del norte y el sur. Pero hay poderes a la vista, con intereses ocultos, que dicen estar al servicio del pueblo y sólo se dedican a servirse del pueblo. Dicen servir a su país y sólo se sirven de su país. En el fondo les interesa un bledo el pueblo y el país. Hasta que esta gentuza despreciable siga al frente de los gobiernos de la tierra, todo será miseria, pobreza, guerra y destrucción. Y esto seguirá ocurriendo mientras consigan mantener al pueblo en la ignorancia, en la incultura. Luchemos porque nuestros jóvenes crezcan con un espíritu crítico que haga imposible envolverlos en el engaño. Entonces, sólo entonces, podremos librarnos de la opresión y acercarnos más a la ansiada libertad. Me parece, por estas razones, que es digna de elogio y apoyo la actitud solidaria de Martina y Uve con Uganda en un proyecto de ayuda a la educación y cultura en pueblos que luchan por alcanzarla. Un abrazo y muchos años más para disfrutar juntos de la amistad, del amor y de la libertad.

San Juan, 21 de octubre de 2022. José Luis Simón Cámara.

Capítulo 11 de la 1ª parte del Quijote.

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Permitidme por favor las comparaciones, a mi criterio (Julian) y disculpad mi osadía al colocarme junto a los maestros.

Cuando escucho a nuestro Josele siempre lo veo un poco como al maestro Gastón Castelló: de trazos rectos, limpios, precisos, simétricos, de suaves colores pastel. Agradable al oído y de fácil digestión.

Rafa en cambio se me antoja más como el grandísimo Andy Warhol: atrevido, instantáneo, colorido, simple y profundo a la vez, refrescante como un chicle de menta.
Yo en cambio me identifico más como el irreverente Bansky: grafitero, artista urbano, espontáneo, autodidacta, aprendiz sin formación académica, pintor de paleta en blanco y negro.

Yo estudié la E.G.B. y no me enseñaron a estos tres pintores pero sí otras materias. Aprendí a cambio algo de Historia, Geografía, cuentas, problemas y otras cosas, como gimnasia. Doña Sagrario nos hacía dictados y nos obligaba a escribir textos y los leíamos todos. Mi seño nos decía que todas las redacciones tienen valor y que por eso había que ponerles un título y como también aprendimos a respetar y hacer caso a nuestros mayores pues, ahí va.

CONOZCO A UNA ALICANTINA

Esto que hoy os cuento me vino una mañana a la cabeza de una tirada, en una tirada más bien.

No sé si a vosotros os pasa como a mí. Correr en mi caso particular suele convertirse casi siempre además del hecho físico en sí, en un acto mental que no logro dominar conscientemente. Correr para mí, habitualmente es sinónimo de algo más, de dedicarme a aclarar mis ideas y pensar en mis cosas. Como no la puedo sujetar, no pocas veces la mente se me escapa más allá, lejos, en un ritmo frenético que mis piernas son incapaces de seguir. Esta asincronía cuerpo-mente, a veces incluso me lleva al agobio, a la frustración debido al miedo a perder algo valioso por la falta de un lápiz y un papel pues temo olvidar lo que me pasa por la cabeza en ese momento de seguido, a gran velocidad mientras miro por donde piso. Esa sensación me visita recurrentemente y así fue que el otro día de súbito me dispuse a bajar el ritmo de mi carrera y poner en orden un par de ideas que tengo sobre alguien, mientras corría, agarrando los pensamientos bajo el brazo y llevándomelos bien sujetos hasta casa, cuidándome de no perder ni uno en el camino.

Hay quien dice que un idioma no se domina hasta que eres capaz de traducirlo de corrido, es lo que viene a ser leerlo y decir lo que pone. Incluso hay quien afirma que lo verdaderamente importante es llegar a ser capaz de pensar en ese idioma, o sea ir un paso más allá que la impersonal traducción. Yo soy de los que creen que ambas afirmaciones son falsas o al menos mejorables. Me explicaré. Pienso que de nada sirve ser un gran traductor si no eres capaz de comprender lo que estás leyendo y tu única habilidad se limita a repetir lo que otro dice. En el segundo caso incluso me parece más desacertado el suponer que pensar, siendo como es el pensamiento algo relativo, puede universalizar un acto de por sí independiente de cada uno, pues el pensamiento es libre.

Yo entiendo que me apaña más una tercera hipótesis, sea ésta la del entendimiento, es decir, entender que un idioma ha de ser entendido entendiendo que si entiendes por ejemplo que repetir un verbo en diferentes tiempos hasta su entendimiento -o no- ha de entenderse como un recurso literario bien entendido, al menos eso es a lo que llegan mis entendederas.

Una persona auténticamente dominante -de un idioma-, sabe que si no espabilas no te comerá el oso como te dijeron una vez, entenderá otra cosa. Cualquier paisano que hable castellano sabe que no se pueden disparar balas de goma ni a dos pájaros con un solo tiro y que el arma la carga el diablo, que a nadie le amarga un dulce y que las tortas no siempre son peores que el pan; que “si hay colillas es porque han fumado” es una frase mucho más compleja en su significado de lo que pueda parecernos. Sabe incluso que hay a quien le encanta el agua aunque sea de borrajas y por supuesto sabe lo que es un comino porque de verdad le importa. A esa persona sin duda y llegado el momento le gustaría que le echaran un capote cuando le hiciera falta incluso si su necesidad surgiera por una imprudente porta gayola y por supuesto mamar, mamar sin necesidad de llorar a pesar de que te hayas levantado meado por dormir con tu hijo que teme la oscuridad. Por un hijo se hace todo, se aguanta todo. Un dominante -de una lengua- sabe que existe una gran diferencia entre los años y la edad, la vida, lo vivido y lo que queda por vivir, entre algo cotidiano y algo excepcional, sabe que la palabra que ha de usarse en ese caso no es otra que “acojonable”, entiende la diferencia entre el mar y la mar (que no son lo mismo) y sabe sin duda que los gatos huyen del agua, que no llevan guantes y si no cazan es por otra cosa, a lo mejor porque sólo tienen tres pies o simplemente porque están demasiado ocupados entrenando porque, no lo olvidemos, los gatos de noche en A to trapo, siempre son gatopardos.

Un buen entendedor sabe y aquí empieza la anáfora, otro recurso, que una alicantina no tiene por qué ser borracha y fina.

Una alicantina no duda sobre cuál es la millor terreta, aunque no sepa de dónde viene ese dicho porque eso ya es para nota.

Una alicantina siente arraigo a su barrio, a sus vecinos y a los que sufren y ríen con ella.

Una alicantina sabe que es mentira que el sol pase los inviernos en Alicante, aunque no sé si esto es verdad.

Una alicantina comprende que el carácter de sus paisanos es como es y no por eso es malo.
Una alicantina degusta, respira, mastica y traga con deleite la brisa y el olor a mar.

Una alicantina se integra y disfruta del idioma aunque sus raíces vengan de lejos, porque lo domina.

Una alicantina, una buena alicantina escucha música cuando el tap tap tap tap de sus pisadas se funde con las mías mientras corremos sin hablar, porque a veces hablar no es preciso.

Hace ya bastante tiempo que conocí a una alicantina que tengo en mi libreta de contactos guardada entre hojas de pan de oro. Ella ha llegado a aprender, no sin esfuerzo, a hacer malabares con el lenguaje. En realidad habla dos idiomas que se complementan y que de entrada pueden parecernos fáciles porque prácticamente todos nacemos con ellos, pero no es así. Nada hay tan complejo como dominar la gramática de la simpatía, el vocabulario del saber estar y las conjugaciones caprichosas de la tenacidad, la alegría y la amabilidad. Podría parecernos por otro lado que es muy sencillo que lo que hace esta alicantina en sus ratos libres sea simplemente hablar el segundo idioma a que me refiero y que de normal nos sale de forma natural cuando somos niños pero que desafortunadamente olvidamos al cabo de un tiempo. Correr es algo lúdico, instintivo en un patio de preescolar entre la algarabía de los gritos y las risas, pero no lo es tanto cuando pasas de los cuarenta y cincuenta y sesenta y setenta y ya ríes menos y no alzas la voz y ese idioma se convierte en una lengua muerta.

“Yo antes corría”, “Yo jugaba en los infantiles del Mutxamel” o “yo me compré una bici del PRYCA y aun la tengo…el el trastero”, me dicen algunos que conozco y no saben que su problema no es ese, el vivir de un pasado que en realidad añoran, su carencia es muy básica, su defecto es simplemente que no dominan el idioma, nuestro idioma. Yo los miro inapetente y les esbozo una sonrisa de compromiso de medio lado y pienso y me formulo siempre las mismas preguntas y me termino respondiendo invariable lo mismo: en una tirada larga te da tiempo a pensar, a resolver, a socializar a menudo contigo mismo, te da tiempo a hablar un idioma que otros no traducen ni entienden ni interpretan y eso sólo se comprende cuando dominas una lengua a la perfección, como una alicantina que conozco. Correr para mí es eso, es hablar un idioma y acordarme sin aviso y sin saber por qué de Martina mientras mi mente vuela. Y sentirla a mi lado sonriendo, siempre sonriendo, callados ambos, escuchando la música del tap tap tap tap y sentirme un hombre afortunado porque hablamos el mismo idioma. Somos afortunados. Gracias.

Julián Moya Jurado

Crónica Sandia Marathon Day – Junio 2021

Segundo año consecutivo que no podemos realizar la Sandía Night por culpa de esta pandemia. Otro año sin poder celebrar el solsticio de verano entre la familia #atotrapo ataviados con las mejores galas aunque algunos acaben con pañales. Pero lo que nadie nos podrá quitar es salir a la calle, correr, trotar, soñar y luchar por nuestros sueños.

Este año mi sueño era comenzar a trabajar como profe de secundaria aunque fuera de interino y luchar por una plaza fija. El primer reto conseguido y el segundo está a la espera de saber si he hecho podio. Por ahora ya sé que la ultra la he superado junto con 108 supervivientes de 676 que lo empezamos y puedo estar satisfecho del esfuerzo realizado. Enseñanzas que nos da el deporte.

Por eso, cada idea loca que se les ocurre a los/las GRANDES de nuestra familia como Pili, Juanma, el presi, etc., hay que aprovecharlos para entrenar ese espíritu aventurero. Que hay II Liga A To Trapo y se pueden hacer dos maratones, pues se hacen. Que no tenemos Sandía Night, pues nos inventamos una Sandía Marathon Day. Así surgió la idea en mi cabeza.

42km pasando por los puntos más emblemáticos de nuestra ruta dominguera y la clásica de la Sandía Night. En mi caso, empiezo en casa como casi siempre, pasando por los abuelos, haciendo todo el paseo de Playa San Juan, no hubo amanecer a falta de sol, por Salesianos y hasta el punto de encuentro, pero sí hubo encuentro con la vieja guardia (el presi, Martina y Manolo). La mayor alegría de la ruta, ver a Manolo al que no veía desde aquel confinamiento el 13 de marzo de 2020 (ya tenía alegría pa’ rato). De ahí a Mutxamel que empieza a ser mi segunda casa, pasando por el Olivo hasta Villa Rosa. Y a bajar hacia el mar pasando por Santa Faz y la Cervecería de nuestro amigo Miguel Max antes de que le de un lavado de cara. Luego al punto de baño donde me vuelvo a cruzar con el presi y Manolo unas calles más arriba y con el gran Juan Enrique, Ferpelu y Mark a punto de tirarse al agua. Última vueltecita callejeando por la zona del Cabo de vuelta a casa y los 42 hechos con una foto para el recuerdo de cada uno de esos pasos obligados y con el depósito del corazón lleno de alegría al haber podido ver a tantos amigos por el camino.

Así es como logramos los grandes retos que nos proponemos, apoyándonos en nuestros amigos y seres queridos cuando más estamos sufriendo, cuando más lo necesitamos. Seguir luchando, aunque caigamos una y otra vez, hasta alcanzar nuestras metas.

¡¡Feliz Sandía Marathon Day y feliz verano 2021. Que sea el último verano COVID y podamos celebrar un nuevo triunfo!!

 

 

Tradicional “Banyà” A TO TRAPO, año nuevo 2021

Un nuevo año ha empezado de la mejor manera que había podido imaginar. Tener la suerte de formar parte de este grupo de corredores, vitales donde los haya y cargados de ese espíritu deportivo imprescindible para madrugar el primer día de año, ha sido una experiencia inolvidable.

Eran las 7:35 horas de la mañana y me disponía a vivir la tradicional “banyà” de A to trapo. Un año sin precedentes acababa por fin marcado por un virus que cambió nuestras vidas y el nuevo año 2021 se iniciaba lleno de esperanzas.

Nerviosa y a la vez impaciente empezaba mi aventura con mi compañera Pili. Ello me daba serenidad y un gran orgullo pues ir acompañada de tal pedazo de atleta es una gran satisfacción para mí. Con trote suave llegamos al punto de encuentro donde esperaban nuestros compañeros que nos recibieron felicitándonos el año con una reconfortante sonrisa. Después de inmortalizar el momento con las fotos pertinentes retomamos la carrera hasta llegar a la playa donde el asfalto se convirtió en arena y esperamos a ver salir el “astro rey” para saludarle con el tradicional Saludo al Sol cuyas posturas de yoga nos permitió despertar el cuerpo y llenarlo de energía. Llenos de vitalidad llegamos a la estatua de los abuelos, que se convirtieron en uno más del grupo ataviados con algún complemento de la indumentaria del equipo que les pusimos en ese momento, para fotografiarnos junto a ellos que ya son como de la familia. Llegados a este punto el grupo se dividió entre los que siguieron el camino por el maravilloso sendero de la playa y los que como yo decidimos ir por la Avenida de la Costa Blanca. Unos llegamos antes y otros llegaron después a la zona de baño en el Cabo pero todos los que nos animamos a zambullirnos en el agua fría fue muy gratificante porque nos llenó de energía renovada para atraer la prosperidad a este nuevo año, como marca la tradición. En mi caso era mi primer chapuzón de Año Nuevo en el mar y aunque hacía frío pronto pude entrar en calor con el avituallamiento ofrecido por mis compañeros y el posterior brindis pero sobretodo al sentirme tan bien arropada entre este grupo de magníficas personas. Para acabar la vuelta a casa, que en principio iba a ser corriendo, fue diferente a lo pensado, pues las temperaturas eran muy bajas, y se agradeció que nuestro compañero Manolo, que insistió en llevarnos hasta casa, nos acercara en coche hasta San Juan donde nos despedimos de Martina y Rafa que se vinieron con nosotros también. Así que el último tramo hasta llegar a casa lo hice en compañía de Pili pero esta vez en lugar de correr aprovechamos para hacer algo de ejercicio caminando mientras charlábamos animadamente.

Espero poder disfrutar de esta tradición con todos vosotros muchos años más. Gracias por todo y deseo que tengamos un Feliz Año cargado de buenos momentos y positividad.

Rosa del Campo Aznar.