A las 7.45 de la mañana en el punto de encuentro empezábamos a llegar corredores, el grupo Ñ a la media de montaña de Xixona, otros a la trotada dominical. Habituales y caras nuevas para un numeroso grupo de corredores. Tras la foto de rigor salimos hacia Xixona. Lo que esperábamos iba a ser un día de lluvias amaneció despejado y pintaba que el sol luciría brillante, así fue y nos hizo disfrutar de un día estupendo durante toda la carrera.
Edu, Juanma, Juanjo, Antoñito, Lisardo y Juanmi nos dirigimos a recoger nuestros dorsales y a pertrecharnos para la carrera. La uniformidad brillaba por su ausencia, aunque todos identificados de Atotrapo cada uno combinó las prendas a su gusto, especialmente Antoñito que quiso despistar a sus rivales corriendo en pijama…
La carrera empezó en pendiente preludiando lo que sería el principio de la misma. Pronto pisamos pista de tierra, luego senda y nos tocó meter el pie en el agua para cruzar pequeños riachuelos. Se sucedían los atascos pues la noche anterior había llovido y algunos pasos eran estrechos y estaban mojados, lo que hacía reducir el ritmo y extremar las precauciones. Pasamos el primer avituallamiento y ya estiraba la carrera. El paraje prometía, bonitas vistas y sendas bien marcadas. Pronto empezamos a bajar hacia el barranco donde nos esperaban pasos técnicos donde los resbalones, saltos y diferentes tipos de terreno empezaban a ser frecuentes. No dejó ni un cabo suelto la organización, con voluntarios ayudando en todos los puntos conflictivos y cuerdas fijas para asegurar bajadas y subidas complicadas. Arribamos al segundo avituallamiento donde, para alegría y jubilo de Eduardito, había turrón, dátiles, mazapanes y otros dulces originarios de Xixona. Dimos buena cuenta de ello y seguimos en lo que, ya apuntaba, sería en breve, la subida a la peña Migjorn. El recorrido nos seguía sorprendiendo con preciosas vistas y un entorno magnífico.
De repente algo pareció dar alas a Eduardo, su ritmo se tornó mucho mas rápido, no pude seguirle, se escapaba ¿Qué ocurría, acaso había olido a comida, le perseguía un inspector de hacienda, iba a cazar un jabalí…? Pronto supe el motivo… había visto a Juanma, que andaba delante y estaba a su alcance. Podía superarlo, acabar delante de él… tantos años detrás y por fin tendría oportunidad de superarlo. No era el momento, ni el lugar, no era el duelo al sol pero no desaprovecharía su oportunidad. Eduardito sabía que era su momento, tomó un trago de poción mágica y ¡por Tutatis, a por la pobre gacela herida…! Poco después alcanzaba a Juanma con una sonrisa en la cara, tirando espuma blanca por la boca y le daba una unas palmadas en la espalda disfrutando del momento. Sabía que no podría coger al hombre del pijama pero Eduardo siguió dándolo todo para hacer un buen crono.
El último tramo de subida a la peña se puso realmente bravido pero allí estaba la cima y sabíamos que después nos esperaban 5 kms de bajada. Aunque técnica al principio, disfrutamos bajando. Sin duda un buen colofón a un recorrido tan divertido y técnico y que nos estaba haciendo disfrutar. Llegamos a la pista donde unos 3 kms de cómoda carrera y rastros de espuma blanca de Eduardo nos llevarían a la meta. Allí nos esperaba el hombre del pijama, que se había preparado un plato combinado para vernos llegar sentado en la acera. Fuimos entrando todos uno tras otro y repusimos fuerzas en el avituallamiento de meta.
Con el estómago lleno nos fuimos a ducharnos. Los vestuarios eran algo estrechos lo que provocó algún que otro roce entre hombres desnudos. Edu y el hombre del pijama, ahora sin pijama, decidieron retozar juntos en las duchas, yo te froto a ti, tu a mi, se te ha caído la pastilla de jabón, recógemela… los JM’s no pudimos participar de la fiesta por estar con el período pero fuimos observadores de excepción y tomamos alguna foto… Luego, seguido a la fiesta del pijama de Antonio, compartimos chanclas, toallas y alguna prenda para afianzar aun más los lazos que nos unen.
Misión cumplida y de vuelta a casa no si antes felicitar a la organización por el magnifico trabajo realizado.
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Enlaces sobre esta prueba
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Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 210. Las marcas aparecen cada cinco kilómetros. El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo. |
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