Este año creía ya que no iba a poder acudir a Ronda porque hasta una semana antes estaba sin dorsal, pero al final casi por azar, cuando ya no tenía esperanzas lo conseguí, y ya son 3 años sin faltar a la cita de Ronda y de La Legión.
No sé que tiene esta carrera que desde que me animó Jesús en 2011 a hacerla y la hice con él (todo un lujo), me ha enganchado y es punto obligado en mi calendario anual. Será por la gente tan variopinta que te encuentras, o porque brotan a borbollones valores tan humanos como la solidaridad, el compañerismo, la bondad en su estado puro, o quizás por el despliegue de medios logísticos que sólo podría hacer La Legión, con puestos de avituallamiento cada 4,5 Kms. y una atención exquisita a los corredores, o por las muchas horas de goce-sufrimiento que se emplean para completar los 101 Kms., el caso es que repitiré mientras pueda.
Y eso que este año además le han añadido dos subidas más a partir del km. 80 que han endurecido la prueba, pero de eso se trata, de poner de relieve hasta cuánto puedes llegar a ser capaz y descubrir lo que llevas dentro, eso no tiene precio.
Pero bueno, vayamos a la prueba que es de lo que se trata. Había quedado con Pili el viernes que me traía la equipación ATT, ella la iba a correr en Equipo junto a 4 compañeros de Alicante, otro reto porque tienen que entrar en meta todos juntos. Me acuerdo de la pancarta e improvisamos foto. Amanece un día soleado, sobre 22º, espléndido, aunque un poco con la mosca por los estragos que el calor hizo el año pasado, nos encontramos dos amigos de Antequera y 6 de Granada que iban a correr en Grupo . Nos encierran en el campo de futbol desde las 10 AM junto a los ciclistas, que se tiran 27 minutos saliendo por la pista de atletismo, me encuentro con los amigos de Puente Genil que van en equipo, los discursos, los vítores y suena el disparo. Nos damos el paseíto por la calle La Bola, abarrotada de gente animando, el Puente Nuevo, y salimos al campo. La fila se pierde en el horizonte y vamos haciendo kilómetros entre campos de cereales que dan paso a dehesas de encinas ya por el Campo de Tiro las Navetas, el circuito Áscari, y vuelta para Arriate donde ya empieza a apretar el calor y hay que tomárselo con calma porque nos espera una subida que el año pasado era un poema con la gente por las cunetas deshidratada.
Este año corría un poco de brisa, menos mal, aún así hacía ya sobre 30º y a pesar de que recordábamos que hay que beber sin sed y comer sin apetito, cuando coronamos la cuesta de Salinas empezaron a aparecer los calambres, el grupo en el que íbamos se rompió en 3 trozos, se quedó mi compañero Javi de Antequera, corredor de asfalto pero más inexperto en estas lides, yo me encontraba bien, pero decidí quedarme con él y animarlo para intentar volver a trotar porque hasta Alcalá del Valle el terreno era en ligera bajada, llegamos, km 50, nos queda la mitad, le propongo continuar poco a poco hasta Setenil, donde tenemos las mochilas, descansamos un poco y valorar si continuar. Va acalambrado, los gemelos, los cuádriceps, los aductores, pero no sé como, ya estamos cambiándonos, se recupera un poco y seguimos, subimos de nuevo las Cumbres, vemos que el personal va ya justito, así nos pilla la noche. En la bajada quiere reservarse hasta llegar al Cuartel en el Km. 77, por lo que la hace andando, yo me adelanto a trote porque noto ampollas en los talones y así aprovecho que hay podólogos en esta parada del Cuartel. Parece mentira, pero el pundonor y el tesón pueden con algunas mermas físicas en momentos donde la determinación es firme.
Salimos hacia la Ermita de Montejaque, sin prisas, vamos subiendo, un descansito, otro escalón y llegamos, bajamos de golpe hasta Montejaque, carretera a Benaoján, Km. 86, y a mí las ampollas del talón se me reproducen andando; él no puede trotar porque sigue con calambres, faltan 15 Km., decisión final: tú terminas andando y yo trotando, nos vemos en la Meta. Nos quedaba la parte nueva del trazado, una subida muy dura, otra suave, La Muela y la cuesta del Cachondeo. A estas alturas de la carrera, no sé cómo, sacas fuerzas de debajo de las piedras y llegas al fin del mundo si hace falta. Me quedo en la meta a que llegue y nos damos un gran abrazo. Son las 4 y pico, vamos a comer y nos encontramos con Pili, a su equipo le ha pasado lo mismo, se han esperado unos a otros. Esto son los 101 Km.de Ronda.
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Clasificación carrera individual
Clasificación carrera por equipos
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