Botamarges 2017. ¡¡¡No hay quinta mala!!!
Un año más, y en mi caso ya van cinco consecutivos, volvíamos a estar en la línea de salida de la Botamarges. En este caso, los representantes de A To Trapo éramos Elías, Jesús Santana y yo (Gosa).
¿El recorrido? El mismo que el de los últimos años y que está descrito en todas las crónicas anteriores de esta carrera.
¿El día? Bueno, pues el día amaneció nublado y con previsiones de lluvia en algunos tramos, aunque estos de las previsiones no tienen ni idea del poder de mi chubasquero. No nos cayó ni una gota, aunque en todos los alrededores y en algunos tramos de la carrera cayera y de lo lindo.
Este año era el año que menos había preparado la carrera, ya que di por finalizada la temporada a finales del mes de julio, cuando terminamos el Gran Trail Aneto-Posets. Desde entonces hasta el día de la carrera había entrenado poco, en parte por el descanso merecido y en parte porque un dolor en el talón, que ha resultado ser fascitis plantar, no me dejaba entrenar con normalidad.
Así, con pocos entrenamientos, 5 kilos de más y molestias en el talón, nos presentamos en la línea de salida para afrontar los 70Km y 3600 d+ de la Botamarges. Por desgracia no pudimos coincidir con Elías, al que me hubiese gustado saludar. Como siempre en Botamarges, la salida espectacular de la mano de Jaime, que nos recuerda la evolución de la carrera y la importancia de poder mantenerla. Sobre este tema haré una pequeña reflexión personal al final.
Ya en las primeras rampas de subida noto que este año va a ser complicado y cuando iniciamos la primera bajada hacia Villalonga empiezo a tener dudas si podré terminar la carrera. Me duele mucho el talón y, por si fuera poco, las zapatillas que utilizo (prestadas por Jesús Jurado) tienen mucha suela para protegerlo, pero no consigo estar a gusto con ellas porque se me doblan los tobillos. Llego como puedo al avituallamiento.
Ahora queda un buen trecho de carrera que es “llano” y la subida a La Safor. En estos tramos los tobillos no sufren, pero el sobrepeso y la falta de entrenamiento hace que la subida se me haga eterna y muy dura. Pero si eterna y dura se hizo la subida, no os podéis imaginar lo que fue la bajada. Los 7 km y 700 d- se convirtieron en un infierno, con continuas torceduras en los tobillos y un dolor cada vez más fuerte. En cualquier otra carrera, habría sopesado el retirarme, pero esto era la Botamarges y en lugar de pensar en la retirada mi mente se puso a cavilar. Tenía la esperanza que nuestros incondicionales (Conchi, Eva, Josep, Jesusín y Carlos) encontraran el avituallamiento de las antenas de Benisili que el año anterior no pudieron encontrar. La idea era poder vendarme los tobillos, cambiar de zapatillas y ver como respondía el cuerpo. Por suerte allí estaban, con cara de preocupados, Jesús S. había llegado hacía ya un buen rato. Les cuento lo que me pasa y manos a la obra, aunque al final los tobillos me los vendaron los servicios médicos de la carrera.
Así, con zapas nuevas, tobillos vendados y fuerzas renovadas salimos del avituallamiento. Jesús tiene molestias en el estómago, y cada cierto tiempo tiene que hacer una paradita, lo que hace que no se me escape mucho. Yo la verdad, como si me hubiera cambiado entero. Noto los tobillos mucho más seguros y me voy encontrando cada vez más cómodo.
Poco a poco van pasando los kilómetros. Sigo sufriendo mucho en las bajadas y por eso me toca esforzare más en las subidas y correr en los llanos. Creo que nunca he trotado durante tanto tiempo en esta carrera, pero si no lo hago no llegamos a los tiempos de corte.
No voy a cansaros con la dureza de la carrera y lo mal que lo pasé, tampoco ha sido la Botamarges en la que lo he pasado peor. Bueno pero ya se sabe, sarna con gusto no pica.
Durante toda la carrera fuimos coincidiendo en los avituallamientos con un grupo de corredores, entre los que se encontraba Félix San Juan de “Nativos”. Iban acompañando a un corredor. Ver como lo iban esperando, como lo animaban y como este luchaba por llegar a cada uno de los puntos donde le esperaban, me dio ánimos a mí también.
Al final 14 horas y 57 minutos. Quinta edición consecutiva de la Botamarges “a la saca” y con uno de los mejores tiempos que he hecho. Ya en meta nos enteramos de que Elías tuvo que abandonar a solo 10 km del final debido a un problema en el estómago.
No quiero dejar pasar la oportunidad para darle las gracias a mi cuñado Jesús. Sin él estas aventuras no serían lo mismo. Gracias por quedarte conmigo y sacrificar tus tiempos por acompañarme. Saber que estarás esperando en el próximo avituallamiento me da fuerzas para seguir y muchas de estas carreras las he conseguido acabar por estar tú ahí, controlando ritmos y esfuerzos. MOLTES GRÀCIES !!!!
Bueno, la reflexión viene de las palabras de Jaime “el speaker” en la salida contando la evolución en las inscripciones de la carrera. Hemos llegado a ser hasta 600 corredores, con inscripciones que se agotaban en tres días. El año pasado fuimos unos 300 y este año 250. Está claro que el nacimiento de nuevas e innumerables carreras hace que, aunque el número de corredores de trail haya aumentado, las carreras no llegan a cubrir inscripciones. Para mí la Botamarges es la carrera ideal. Cerca de casa, buen recorrido, buenos avituallamientos, ideal para disfrutarla con la familia, para correrla con amigos, para sufrirla solo, y, por si fuera poco, para mi es donde empezó esta locura de las ultras y donde se me grabaron “a fuego” las palabras con las que siempre termino mis crónicas. Sería una lástima que desapareciera como les ha ocurrido a otras. Así pues, ya estoy esperando la Botamarges 2018. Amunt Botamarges!!!!
¡¡¡El dolor es pasajero, la gloria es eterna!!!
Nos vemos en las montañas.
Gosa.
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre |
Categoría |
Tiempo |
Puesto General |
Puesto Categoría |
Jesús S. |
Veterano |
14:57:02 |
205 |
80 |
Gosa |
Veterano |
14:57:26 |
207 |
82 |
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