Tal como reza el cartel de la organización, esta carrera es la más antigua de Europa en la categoría de carreras de escaleras.
La primera para mi, y sin preparación previa, ¿de dónde saco yo tanta escalera?, me dispuse a afrontarla, 52 pisos, 900 escalones.
Alrededor de 100 inscritos se reunieron en el hall del hotel, a las 17h, en primera línea y por orden de estricto curriculum la organización coloca a los posibles ganadores, yo por el final, no quiero molestar.
Pistoletazo de salida y a fuerza de empujones y codazos enfilamos el primer tramo de escaleras, formándose un tapón, a partir del 4º piso se estiraría el pelotón, aunque con dificultad para adelantar.
Yo hasta el piso 12 logro subir como alma que lleva el diablo, y en el 25 empiezo a guardar fuerzas, ya que noto un cierto mareo y falta de aire.
Vamos subiendo entre ánimos de familiares y cuando llego al piso 40 decido apretar, pensando que los últimos 12 pisos puedo restar algo de tiempo y he guardado algo de fuerzas.
Inmediatamente oigo entre la gente gritar “ánimo que ya habéis llegado”, a lo cual pienso … “Ya está el graciosillo de turno” … en todas las carreras siempre que pregunto: ¿falta mucho? te suelen decir “sobre 4 kms”, que al final son 10, o “ya ha pasado lo más duro, a partir de aquí es todo llano”…. y cuando terminas piensas “pabernos matao”, pero no, del 43 pasamos a unas escaleras metálicas y en dos pisos ya estamos en meta. ¿?
Claro hombre que los pisos de servicio y entresuelos no se cuentan… Ahh!!! y además no están numerados…
En fin una experiencia más que termina en un periquete.
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